Evidentemente, la ahora princesa mexicana, de 1.80 metros de estatura, no desaprovechó una sola de sus lecciones, lo cual le brindó una gran seguridad en el momento de la competencia final. Ataviada con un vestido azul claro que dejaba al descubierto parte de su delineada cintura, la mexicana mostró gran seguridad y sonrió en todo momento, incluso cuando supo que la corona se le iba de las manos.
Evidentemente, la ahora princesa mexicana, de 1.80 metros de estatura, no desaprovechó una sola de sus lecciones, lo cual le brindó una gran seguridad en el momento de la competencia final. Ataviada con un vestido azul claro que dejaba al descubierto parte de su delineada cintura, la mexicana mostró gran seguridad y sonrió en todo momento, incluso cuando supo que la corona se le iba de las manos.Fotos: EFE, AP y Reuters. 10 de diciembre 2005.
publicada el 09 de diciembre de 2005