El pánico se desató en la provincia de Tungurahua cuando una lluvia de cascajo empezó a caer sobre sus siete cantones, en algunos casos del tamaño de una ciruela, que llegaron a romper cristales y cubrieron tejados y plantas.
Con el fondo del volcán incandescente y el río de fuego cayendo por su ladera, se desató una tormenta eléctrica provocada por la erupción, que aumentó el pánico.
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El pánico se desató en la provincia de Tungurahua cuando una lluvia de cascajo empezó a caer sobre sus siete cantones, en algunos casos del tamaño de una ciruela, que llegaron a romper cristales y cubrieron tejados y plantas.
Con el fondo del volcán incandescente y el río de fuego cayendo por su ladera, se desató una tormenta eléctrica provocada por la erupción, que aumentó el pánico.
El pánico se desató en la provincia de Tungurahua cuando una lluvia de cascajo empezó a caer sobre sus siete cantones, en algunos casos del tamaño de una ciruela, que llegaron a romper cristales y cubrieron tejados y plantas.
Con el fondo del volcán incandescente y el río de fuego cayendo por su ladera, se desató una tormenta eléctrica provocada por la erupción, que aumentó el pánico.Fotos: AP y EFE
17 de agosto 2006