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Muchas parejas acostumbran sostener relaciones sexuales frecuentes, varias veces a la semana, incluso diariamente. Su vida íntima en ocasiones es frenética, extraordinaria, apasionante. La satisfacción retrata en su rostro los momentos eróticos compartidos.
Sin embargo, uno de ellos (o los dos) ha fingido sus orgasmos de manera eventual, o tal vez nunca los han alcanzado.
Este aparentar que todo marcha bien y que la vida sexual compartida es excelente, encubre recelo y temor por parte de quien nunca ha experimentado un orgasmo y considera mejor hacer creer al otro que lo alcanzó.
Tanto de manera solitaria como en pareja, la exploración sexual pretende alcanzar este clímax, que se manifiesta por una gradual y ascendente excitación que incluye sensaciones corporales placenteras asociadas a caricias, besos y tocamientos más o menos intensos.
El varón consolida una erección firme, el escroto se comprime y eleva, y toda la piel de su cuerpo se convierte en un mapa erógeno. La mujer, por su parte, experimenta una sensación excitante sobre su piel, constituyéndose esta en una superficie erotizable, sensible a las caricias, besos o tocamientos que pueden incluir o no la penetración vaginal.
La zona más excitable en el varón es el pene y en la mujer el clítoris. La respuesta a esta excitación sexual es la liberación del orgasmo que en el varón se acompaña de contracciones pélvicas y eyaculación. En la mujer ocurren contracciones involuntarias en la vagina y útero con sensaciones extraordinariamente placenteras. El corazón y la respiración se aceleran y las exclamaciones o jadeos son frecuentes.
La sensación compartida de esta experiencia proporciona a la pareja un sentido de pertenencia, complicidad y el deseo vehemente de volver a disfrutarlo.
EL ORGASMO PERFECTO
En muchas parejas, cada encuentro sexual se convierte en un maratón de pasión. No se deja nada a la improvisación. Se cuidan todos los detalles y los encuentros se verán coronados con emociones al máximo; la medalla emblemática será el orgasmo compartido.
Sin duda, alcanzar la simultaneidad del orgasmo es una barda muy alta para quienes, a pesar de anhelarlo, cada encuentro les genera una mayor frustración. Aunque trabajen en cada detalle y procuren no pensar en nada durante el intercurso sexual, algo pasa que no llega o, si llega, no es frecuente.
Es necesario aclarar que muchas parejas obtienen orgasmos frecuentes y grandiosos, sin embargo, en momentos inesperados, aún cuando todo iba viento en popa, las cosas tomaron otro rumbo; se cortó la comunicación entre las caricias y besos, quedándose a mitad del camino.
ORGASMO INTERRUMPIDO
Si todo iba bien, ¿qué puede interrumpirlo? Existen múltiples causas: algún comentario fuera de lugar, la no aceptación plena del atractivo personal, enojos, sospechas respecto al genuino interés sexual de la pareja e incluso algún indicio de infidelidad (aunque solo sea la sospecha por mensajes que contesta discretamente). Cualquier preocupación o cansancio mental puede zanjar la tan anhelada respuesta orgásmica. Así de frágil es.
Los antecedentes de educación sexual en la infancia pueden revivir viejos prejuicios condenatorios alrededor del placer sexual, viéndolo como sucio, insano o pecaminoso.
Quienes nunca han experimentado un orgasmo a través de la autocomplacencia o mediante relaciones sexuales, necesitan revisión médicopsicosexológica.
NO TODO SON ORGASMOS
La opinión generalizada se encamina a que es necesario lograr el orgasmo en cada encuentro carnal; pero si la mente está demasiado enfocada en ese objetivo, se pueden dejar de lado todas las sensaciones placenteras que ofrece la relación sexual.
Cabe mencionar, además, que muchos orgasmos no tienen la intensidad de fuegos pirotécnicos, pero permiten a los amantes el goce de su mutua compañía.
Pretender orgasmos en cada ocasión es someter a presión todo el encuentro sexual y favorecer con ello las dificultades para lograr el tan anhelado placer.
Fingir no es solo actividad femenina, muchos varones recurren a esta maniobra para salir del paso cuando se sienten agotados, padecen algún bloqueo mental o tienen dificultad para eyacular.
Percatarse de que la pareja finge el placer orgásmico puede desencadenar enojo y frustración, así como una sensación de fracaso personal. Por ello los amantes necesitan asumir con valentía su intimidad sexual y proponer una mejor comunicación que promueva el entendimiento y no la descalificación.
ENCONTRAR SOLUCIONES
Reconocer la necesidad de ayuda es el primer paso para encontrar una solución a la dificultad para lograr relajarse sexualmente y alcanzar un orgasmo fluido, gozoso, espléndido.
La asesoría médico-psicosexológica propone alternativas basadas en un cambio estructural en la forma de comunicación en pareja, así como procedimientos clínico médicos.
Darse permiso de experimentar sensaciones placenteras antes, durante y después de sostener relaciones favorecerá las condiciones necesarias para lograr la liberación sexual.
Cada instante compartido ofrece una oportunidad única de expresar el amor y complacencia mutua. Descubrir nuevas y mejores sensaciones sin que intervengan falsas expectativas (como condicionar orgasmos en cada relación) sino un placer que fluya libremente.
La pareja necesita evitar dañarse recriminando interiormente al compañero, o bien, señalándose a sí mismo como causante o víctima de esta disfunción orgásmica.
La comunicación amorosa y no recriminativa pondrá la base para una nueva sexualidad plena y consciente. Cada día son más las parejas que logran encontrar una solución a esta condición y alcanzan una vida íntima plena y satisfactoria.