Protagonista de hoy: Guadalupe Álvarez Naveda
Guadalupe Álvarez Naveda, una destacada maestra normalista, es reconocida como la pionera en el ámbito de la educación especial para niños con discapacidad intelectual. Su influencia no se limitó sólo al ámbito educativo, sino que también dejó una huella significativa en el campo de la investigación. Durante su tiempo en la Escuela Normal, donde se graduó en 1941, presentó una tesis titulada "La actividad espontánea del niño", la cual marcó tempranamente el rumbo de su futura carrera y desarrollo.
Esta dedicada educadora mexicana canalizó sus esfuerzos hacia la educación especial para niños con discapacidad. Nacida el 7 de agosto de 1927 en Xalapa, Veracruz, dejó patente su determinación y excelencia académica desde sus años de educación primaria y secundaria. Posteriormente, al trasladarse a la Ciudad de México para continuar su formación, completó sus estudios en la Escuela Normal de especialización, donde se preparó como maestra especialista en educación para niños con discapacidades intelectuales, anormales y menores infractores.
En 1951, defendió su tesis titulada "Procedimiento de diagnóstico en la deficiencia mental". Tras finalizar sus estudios de posgrado, regresó a Xalapa en 1951 con la firme intención de establecer una escuela de educación especial. A pesar de los obstáculos iniciales, logró la fundación en 1962 de la Clínica de Conducta de la Universidad Veracruzana y en 1966 del Instituto Roberto Solís Quiroga, un destacado centro que se convirtió en líder en su área, enfocado en niños con dificultades de aprendizaje.
En 1979, marcó un hito al crear las primeras cinco escuelas federales de educación especial en el estado de Veracruz. En 1988, su labor fue reconocida por la UNESCO con un galardón. La institución que creó dejó una huella perdurable en la educación especial al adoptar un enfoque inclusivo y presentar diversas metodologías a profesionales, autoridades educativas, padres y estudiantes.
A pesar de retirarse en 1981, Guadalupe Álvarez Naveda siguió brindando asesoramiento a quienes buscaban apoyar a niños y niñas con discapacidad intelectual. En reconocimiento a sus notables logros educativos, fue distinguida como Mujer del Año por la Unión Femenina Iberoamericana en 1985. Durante la década de 1960, también plasmó su conocimiento en varios libros especializados, incluyendo las obras: "Cómo conocer al educando" (1963), "Psicología educativa" (1963) y "Técnica psicométrica" (1965).