Me duele el oído
La otitis media y la otitis externa (oído de nadador) son infecciones comunes de los oidos.
La otitis media consiste en la inflamación e infección del oído medio, el cual se encuentra localizado justo detrás del tímpano siendo una de las enfermedades más frecuentes de la infancia y una de las causas de pérdida de audición en los niños. Afecta a todos los grupos de edad pero es más frecuente en el período de edad comprendido entre los 0 y los 7 años.
Dependiendo de la evolución de la otitis media, ésta puede presentar una efusión de líquido (otitis media seromucosa) en el oído medio que puede ser de tipo seroso (fluído, parecido al agua), mucoso (viscoso, parecido al moco) o purulento (pus).
La causa más importante de la otitis media es la disfunción tubárica o el mal funcionamiento de la trompa de Eustaquio que es el conducto que comunica el oído medio con la rinofaringe. Este mal funcionamiento suele estar relacionado con su obstrucción ya sea por la inflamación de la mucosa o de las vías respiratorias altas entre la nariz y la parte posterior de la garganta.
Por su parte, el oído de nadador (otitis externa) básicamente es una infección del canal auditivo causada por hongos o bacterias provocada a menudo por agua que quedó atrapada al nadar o también al introducir objetos en el oído o rascarse.
Otras posibles causas incluyen permanecer en lugares templados y húmedos, hacer una limpieza brusca del canal auditivo, ausencia de cera del oído, eczema y otras formas de dermatitis.
La otitis externa es más común en adolescentes y adultos jóvenes.
Los síntomas son: enrojecimiento, comezón, dolor al tocar o mover el lóbulo de la oreja, supuración del oído, glándulas inflamadas en el cuello, canal auditivo inflamado, pérdida progresiva de la audición.
Para diagnosticar cualquiera de las dos otitis el médico utilizará un otoscopio, un instrumento con una luz que ayuda a examinar el oído.
Otra exploración habitual que se realiza es la timpanometría que ayuda en ocasiones a confirmar los hallazgos en la otoscopia. Esta prueba permite objetivar el estado de la membrana timpánica.
El médico puede extraer una muestra del líquido del oído y enviarla a un laboratorio para identificar cualquier tipo de bacteria u hongo.
Una complicación que pudiera presentarse de no tratarse a tiempo es que la infección se disemine a otras áreas alrededor del oído, incluyendo el hueso del cráneo siendo necesario tratar la enfermedad con antibióticos en altas dosis administrados por vía intravenosa.
El tratamiento habitual de otitis media aguda se realiza con antibióticos durante diez o catorce días y habitualmente, con el tratamiento antibiótico la sintomatología mejora significativamente en 48 horas.
La otitis de nadador normalmente desaparece entre siete y diez días siguiendo el tratamiento que puede incluir gotas de antibiótico en el oído o antibióticos orales.
Otros tratamientos pueden abarcar: analgésicos como paracetamol o ibuprofeno, gotas para el oído con vinagre (ácido acético), además de que colocar algo caliente contra los oídos puede reducir el dolor.
Para prevenir estas infecciones debe evitar rascarse los oídos y no insertar cotonetes de algodón u otros objetos, mantenga los oídos secos y limpios, y no permita el ingreso del agua al oído al ducharse, echarse champú o bañarse en la tina. Seque los oídos cuidadosamente después de haber estado expuesto a la humedad, evite nadar en aguas contaminadas, use tapones de oídos al nadar y/o mezcle una gota de alcohol con una de vinagre blanco y coloque dicha mezcla en los oídos después de que éstos se humedezcan pues el alcohol y el ácido del vinagre ayudan a prevenir la proliferación de bacterias.
