Siglo Nuevo

Casa Gilardi

Gran arquitectura a pequeña escala

Foto: Adrian Whittle

Foto: Adrian Whittle

Jesús Armando Tovar

Luis Barragán, el excepcional arquitecto mexicano, ya con la avanzada edad de 74 años, diseñó y supervisó por última vez en su carrera, en 1976, esta vivienda que es una joya de valor incalculable; un libro construido no sólo con poesía sino también con influencias de muchas culturas, épocas, experiencias y personajes.

Una obra maestra de 350 metros cuadrados construida alrededor de una jacaranda que vive solitaria en su patio. La Casa Gilardi, última obra diseñada y supervisada por Luis Barragán, es el colofón de una trayectoria que resuena con mayor fuerza en un mundo cada vez más inhumano, y menos entregado a la contemplación.

Más que en el alarde o la soberbia, el encanto de las obras de Barragán está en el diseño de sus recorridos, en las experiencias que sólo pueden ser percibidas visitándolas, en la curiosidad que generan sus giros, sus cambios de escala, su manejo del color, sus encuentros sorpresivos, su luz y su penumbra.

Esta casa es un paraíso creado en medio del caos y es un claro ejemplo del dominio de los recursos de un verdadero artista, un personaje inolvidable que nos legó un conjunto de obras, relativamente pequeñas en tamaño y cantidad, pero sólo algunas de ellas se han protegido, como su casa estudio en Tacubaya, que hoy es Patrimonio Mundial de la UNESCO.

CASTILLO FAMILIAR

La Casa Gilardi es una construcción ubicada en la colonia San Miguel Chapultepec de la Ciudad de México. Pequeña en escala, pero de gran calidad espacial, la vivienda está encerrada en sí misma gracias al uso generalizado de muros altos y cerrados, un recurso de gran mexicanidad que la aísla del ruido urbano que afecta siempre emocional y psicológicamente a cualquier habitante.

Se trata de un castillo familiar de silencio propicio para la charla sabrosa, el encuentro esperado y buscado, el descanso diario y necesario; un hogar ideal, pues recordemos que la casa es la guarida, el escondite espiritual, el oikos griego.

El cuerpo principal de la casa está echado hacia adelante para que sirva de protección y el resto se ubica detrás, característica que se constituye como la solución más inteligente para un predio con tres lados colindantes, uno posterior de diez metros y dos laterales de 35.

RASCACIELOS DE SHIBAM

Esta casa nos recuerda las viviendas defensivas de Arabia del Sur, que tenían una altura equivalente a nuestros edificios de diez o doce pisos y que eran atacadas constantemente. El carácter defensivo de la Casa Gilardi está en el hecho de que sólo tiene una entrada de luz en la parte frontal, a través de un cristal ámbar que ilumina una recámara en la planta alta, y los accesos a nivel de calle están totalmente cerrados tanto física como visualmente. Sus aberturas al frente son mínimas y está volteando a los espacios interiores que son realmente los que cuentan, los que se viven.

MONASTERIO EN LOS PEÑONES DE TESALIA

Casi como esos monasterios griegos construidos sobre las montañas, aislados de la vida común, esta fortaleza busca aislarse también de la vida de ciudad, guardarse a sí misma, ofrece la posibilidad de una vida monacal que permite a los que la disfrutan olvidarse momentáneamente de lo que sucede en una mancha urbana de 20 millones de habitantes. En silencio, los monasterios generan vida espiritual, por tanto la Casa Gilardi invita también al hombre a encontrarse a sí mismo en una atmósfera de recogimiento, a ser mejor y a entender la vida.

A los monasterios de Tesalia se accedía por una red casi secreta; a esta casa se accede por su puerta principal, una pieza de madera con trazos diagonales, que también pasa desapercibida; es el primer secreto por descubrir.

KASBAH MARROQUI

La Arquitectura de Marruecos también marcó la mente de don Luis. La vida en sus azoteas, su interconexión y aprovechamiento, la integración de sus fachadas al entorno. Con el color rosa mexicano esta casa está integrada al entorno, a su país, a su cultura. Es un rosa tan vibrante como nuestras fiestas, murales y frutas, al igual que los Kasbah, con sus colores ocres que se integran a su paisaje color arcilla, rojo o naranjas. El norte de África está presente en México digerido, el diálogo entre ambas se da a partir de un hombre. Es un oasis en el desierto urbano que invita a vivir.

CASA MEXICANA

La influencia de la tradición y cultura de México es enorme. La Casa Gilardi es contemporánea y tradicional al mismo tiempo. Es simple y compleja; combina enjarres coloreados, que evocan las arquitecturas vernáculas, con pisos nacionales, de tal modo que no sólo respeta su herencia nacional, sino que la ennoblece y la promueve; es casi como un libro de Octavio Paz, que es mexicano y universal al mismo tiempo. No cae en la trampa de un nacionalismo folclórico, va más allá y por eso logra mover corazones extranjeros. Es un convento del siglo XVI o una hacienda para ciudadanos del siglo XXI, pues sigue siendo habitada y disfrutada hasta hoy.

LA ALHAMBRA

El maravilloso conjunto de Granada posee majestuosidad, masividad y corporeidad, cualidades que también tiene la Casa Gilardi. Los volúmenes que componen ambos edificios son figuras geométricas simples, prismas rectangulares y cuadrangulares, muros altos y cerrados, pocas aberturas al exterior. En el interior de la Alhambra se encuentran una serie de patios bellísimos, quiebres y giros en las trayectorias peatonales que generan una experiencia única de descubrimiento, cambios de escala e innumerables recursos dignos de un estudio completo y más amplio, la Gilardi, compuesta por tres volúmenes principales, dos cuadrados y una “L” en planta, es una síntesis de la Alhambra, una reinterpretación de la arquitectura andaluza que finaliza con el encuentro cumbre que se da con la piscina-comedor y con el patio de la jacaranda.

LA JACARANDA SOLITARIA

Cada proyecto o edificio tiene una razón de ser y la casa Gilardi no es la excepción, Barragán puso como condición no quitar esa jacaranda, que era un digno habitante del predio, y diseñó la casa alrededor de ella. Incluso tomó el color de sus flores para pintar el patio, integrando de esa manera la vegetación del sitio con lo construido por el hombre, detalle que nos indica que se trata de una obra de verdadera arquitectura. Cuando se da este diálogo entre lo natural y lo artificial el resultado es realmente valioso y único, y es algo que no sucede mucho.

LOS COLORES

Barragán utilizó una amplia gama de colores en la casa con un total de ocho tonalidades: rosa mexicano para la fachada principal; morado para el patio interior; amarillo canario para los cristales del corredor principal; azul cielo para el patio exterior de la planta alta; blanco en plafones y muros; ocre en un muro en el patio central (el que colinda entre el patio y la piscina-comedor); azul colonial en la azotea; rojo y azul intensos en la piscina. Con ellos refleja la alegría por vivir, el alma de un niño, es una fiesta de color como la feria de pueblo con papel de china picado y volando con el viento por todos lados.

DISEÑO INTERIOR

La fachada principal en su parte inferior está terminada con piedra volcánica, lo le da un toque de elegancia muy particular. El manejo de los muros interiores también es magistral; muros sencillos y dobles y enjarres que la vuelven una vivienda acogedora. Los muebles tienen una apariencia vieja, sencilla, casi campirana, la piscina-comedor está lejos de la cocina e invita a caminar por un corredor iluminado y llegar al final de manera sorpresiva e impactante a un juego de muros de colores.

ARCHITECTURAL STREAPTEASE

Como toda obra inspirada en la arquitectura islámica, esta casa se da a desear. En un primer momento no es claro su valor ni lo que se espera encontrar, luego nos invita a entrar y recorrer sutilmente los espacios haciendo quiebres, hay cambios bruscos de escala, ya sea con desniveles o con cambios en la altura de los cielos, para enriquecer la experiencia y hacerla inolvidable. “La verdadera arquitectura es el diseño de recorridos”, nos dice Fernando González Gortázar. El gran remate es el muro rojo del piscina-comedor que genera un éxtasis visual, un éxtasis formal, un encuentro espiritual y significativo con la sensibilidad de su creador, con su mundo. La piscina-comedor sigue siendo uno de los espacios arquitectónicos más famosos y fotografiados del mundo.

EL ÁRCANGEL DE LA ESCALERA

La mejor arquitectura del mundo se ha construido por inspiración religiosa. La Casa Gilardi y el conjunto de sus obras en general contiene elementos decorativos como el arcángel de la escalera de esta casa, el cual invita a la contemplación y a la oración. Aquí la religión es un factor determinante para inspirar una obra de arte del siglo XX, cosa que ya no se da tanto en el XXI. Es una arquitectura con valores y con el espíritu de la época en que fue creada.

LA ILUMINACIÓN

La respuesta generalizada de Barragán a este tema es la iluminación natural y artificial. Casi siempre empleaba la natural en la parte superior, mientras que la artificial la situaba a nivel de piso o más rasante e incluso de forma lateral, como es el caso de las hermosas celosías de la casa Gilardi. Daba un lugar muy importante también a la penumbra, no iluminaba excesivamente. En otros casos, como en el de la escalera de esta vivienda, la luz cae desde el cielo, de forma celestial o cenital. La presencia de las luces, sombras y efectos de luz es evidente y variable según la hora del día y la estación del año. Es un proyecto polifacéticos y de una riqueza excepcional.

ESCALERAS SIN BARANDAL

La mayor parte de la concepción arquitectónica de Barragán es excesivamente simple, ya que también tiene una reconocida inspiración zen de Japón. Por esta razón sus escaleras fueron conceptualizadas como esculturas y, en su período mas tardío, nunca llevan barandal. Este punto le ha sido criticado ya que no son las más ideales cuando viven ahí niños e incluso adultos descuidados; son extremadamente peligrosas. Pero Barragán apostaba por la obra de arte y sacrificó algunas cosas en pos de la solución plástica que hoy disfrutamos en la casa Gilardi, esta escalera inmaculadamente blanca y solo con tablones de madera convierte el ascenso y el descenso en una aventura visual.

TERRAZAS DE AZOTEA

Barragán buscó maximizar el uso de las azoteas e incluso lo agregó como un espacio adicional a la obra, con una clara influencia de la arquitectura marroquí. En el caso de don Luis, el fin de las terrazas es la contemplación, se convierten en la famosa “quinta fachada” que permite disfrutar de un 'pedacito de cielo' propio, una solución que busca alimentar los espíritus de los habitantes con vidas rápidas y llenas de estrés; se pude decir que son espacios de terapia necesaria.

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