A través de la mastografía se detectan también masas, crecimientos anormales de cualquier tejido que pueda desplazar o modificar la anatomía convencional de una mama.
Ante el creciente número de muertes por cáncer de mama, la mastografía se ha convertido en un estadio clave para hacer detecciones oportunas y salvar la vida de la mujer. Rafael Hernández González, radiólogo intervencionista y jefe del departamento de Imagenología del Sanatorio Español, explica que el estudio consiste en una serie de imágenes de alta resolución que se obtiene a través de rayos X. El estudio permite observar la mama en dos proyecciones que son utilizadas para buscar la posibilidad de alteraciones en el tejido, asimetrías e imágenes que presenten calificaciones o que modifiquen el contexto mamario.
Durante el estudio, una técnica radióloga posicionará la mama que será colocada en una plataforma especial y comprimida con una paleta, para obtener la imagen. Con el estudio se pueden detectar calcificaciones o masas que sugieran la presencia de cáncer, aunque no en todos los casos es así.
Las calcificaciones son pequeñas cantidades de calcio que son opacas a los rayos X y permiten evaluar alguna alteración; las hay benignas y otras que sugieren un proceso maligno. “Si son benignas muchas veces se observan en las alteraciones que presentan las arterias o las pequeñas alteriolas de los conductos, esas las llamamos calcificaciones de tipo vascular. Las otras habitualmente son conglomerados que pueden estar en relación a la alteración ductual o de un tumor primario”, explicó.
Las calcificaciones pueden ser puntiformes y estar esparcidas, o bien, formar conglomerados.
“Si son puntiformes tenemos que verlas con lupas y poder determinar si están conglomeradas o aglomeradas y que sugieran alguna alteración maligna” agrega.
A través del estudio se detectan también masas, crecimientos anormales de cualquier tejido que pueda desplazar o modificar la anatomía convencional de una mama.
La masa se puede percibir a simple vista siempre cuando la mama sea modificada, ya que provoca una alteración en la anatomía convencional. Esto por lo general indica la existencia de un problema mayor, por lo que entre más pequeña esté la masa, mayor probabilidad tienen de salvar el seno o la vida, si se trata de alteraciones cancerígenas.
Cuando hay sospecha de cáncer, se puede realizar la toma de una biopsia, es decir se extrae un pedazo de tejido pequeño para analizarlo a través de un microscopio especializado por un médico experto en patologías, quien será el que determine el origen. Si el tejido de la masa está alterado se puede operar y quitarlo a la brevedad, pero si se descubre que es maligno, se puede quitar la mama completa incluyendo los ganglios de la axila, a través de una cirugía denominada mastectomía.
Si las calificaciones o masas son benignas, hay ocasiones en las que no es necesario dar un tratamiento estricto, pero si el aspecto tiende a ser malignizante, obligatoriamente se tiene que evaluar por el medico especialista en oncología, quien determinará el tratamiento así como las cirugías.
La intervención puede ser una cuadrantectomía o extirpación de un cuarto de la mama, o bien, la mastectomía. Hernández González dice que la mastografía es un método preventivo o de detección oportuna al que todas las mujeres mayores de 40 años tienen que recurrir, para detectar esta enfermedad que puede llegar a ser mortal si no se trata a tiempo.
La sugerencia es que se acuda a la mitad del ciclo menstrual, debido a que la sensibilidad de las mujeres antes, durante o después de la menstruación, puede ocasionar molestias por la comprensión que se hace en el estudio, o presentar algunas alteraciones en los ganglios mamarios que se pueden confundir.
La mujer debe llegar aseada y sin ningún desodorante o antitranspirante, ya que por las sales que contiene, puede generar falsas alarmas de calcifiaciones.
La mastografía es recomendada una vez al año después de llegar a la cuarta década, sin embargo cuando se tienen antecedentes hereditarios, las revisiones pueden ser antes, incluso en el caso de las jovencitas que presenten sintomatologías o alteraciones en la forma de los senos, se pueden someter a ultrasonidos para descartar esta enfermedad.
El médico radiólogo es el encargado de realizar el estudio e interpretarlo. En el sector privado en 4 o 5 horas los resultados están listos.
Es el ginecólogo o médico general, el que puede ordenar un estudio de mastografía, cuando se sospeche alguna alteración con las autoexploraciones que la mujer se debe hacer de manera rutinaria, o bien, aprovechar las campañas que las instituciones del Sistema Nacional de Salud realizan de manera periódica para la detección del cáncer de mama.
El especialista destacó que es importante que la mujer aprenda a evaluar sus senos y conocer su cuerpo, para que ante cualquier alteración o modificación acuda con el especialista.
“Vivimos en un área difícil, tenemos una serie de cambios en el medio ambiente, una mala y un estilo de vida sedentario, entre otros factores que predisponen al organismo para desarrollar cáncer, por eso cada una debe estar muy al pendiente de lo que pasa con su cuerpo para prevenir una muerte por esta enfermedad”, explica el radiólogo.
El cáncer de mama se detecta con la mastografía, pero se previene con estilos de vida saludables que incluyen una alimentación sana, rica en frutas y verduras, hidratarse con agua constantemente, hacer ejercicio, no fumar ni ingerir bebidas embriagantes.
