El Quijote 400 años
Si se invita con insistencia a leer El Quijote, principal objetivo de esta columna, lo menos que el convocante está obligado a hacer es verificar que esté disponible en las librerías de la ciudad. Por tal razón, en días pasados -el 23 de enero- me di a la tarea de realizar un recorrido por los establecimientos de este giro existentes en Torreón. Me llevé algunas sorpresas.
Aclaro que no visité las librerías de lance, también conocidas como de libros viejos o usados, que no necesariamente son lo mismo. No pocas veces he visto libros de antigua impresión -o sea, viejos- que a leguas se observa jamás fueron usados, es decir, leídos; bueno, ni siquiera abiertos alguna vez o desprendido el empaque plástico que ahora algunas librerías suelen ponerles ("emplayarlos", dicen).
Sé que funcionan, ¡santo y bueno! algunos negocios de este tipo en la ciudad. Pero pienso que los libros de El Quijote que seguramente habrá en ellos, deben ser para coleccionistas o para quien ande en busca de alguna edición en particular. Si alguien de veras se propone leer El Quijote, considero que debe hacerlo en libro nuevo y propio -no de biblioteca pública- y en buen estado, sin anotaciones de un propietario anterior.
En el periplo por la ciudad sólo localicé seis librerías, sin considerar las de libros religiosos o técnicos muy especializados (fiscales, jurídicos, etcétera), ni otra que funciona como anexo de un conocido restaurante. Tres se ubican al poniente, dos sobre la avenida Morelos, y la otra a media cuadra de ésta. Otro par se localiza en un centro comercial de la avenida Cuauhtémoc y la sexta al oriente, en la prolongación del bulevar Independencia.
En dos de las seis librerías, una de la Morelos y la otra del centro comercial, exclusivamente tienen -o tenían- al visitarse, ediciones con versiones compendiadas del genial libro de Cervantes, o bien de corte infantil o juvenil con resúmenes de la obra y numerosas ilustraciones. Sin considerar el caso de los menores, creo que está bien este tipo de publicaciones para quienes hayan perdido toda esperanza de leer en su vida la inmortal novela cervantina. Chesterton decía que "si vale la pena hacer algo, vale la pena hacerlo bien". Igual ha de ser con El Quijote. Vale la pena leerlo, pero bien y completo, aunque la tarea dure uno o más años.
En una de las librerías de la Morelos tenían en existencia tres ejemplares de El Quijote. Dos de éstos del famoso número 6 de la colección "Sepan cuantos…", reimpresión de la 32a edición, de 2012. La primera de estas ediciones mexicanas, de Porrúa, a las que haré referencia en otra entrega, es del año 1960 y todas llevan un excelente prólogo del renombrado cervantista Américo Castro, en 55 páginas, así como un esbozo biográfico de Cervantes en otra decena de páginas, amén de 41 especie de anexos, casi todos muy interesantes, sobre diversos tópicos de El Quijote. En total 1,055 páginas por 120 pesos, en edición rústica, aunque de aceptable encuadernación.
El otro ejemplar de la librería de la Morelos va con prólogo de Luis Rutiaga, sin notas, 907 páginas, edición mexicana en rústica y su precio 149 pesos.
En la tercera librería del centro histórico, la situada a media cuadra de la Morelos, tenían en existencia ocho ejemplares de El Quijote, de editorial hispana, sin prólogo ni notas, 977 páginas, pasta dura. Su precio: $199.90.
En la otra librería del centro comercial se localizó una tercia de ejemplares: uno de editorial española, sin notas explicativas aunque texto íntegro de la novela, con buen número de ilustraciones de Gustave Doré, pasta dura y 587 páginas por 256 pesos. Los otros dos ejemplares corresponden a la 15ª edición, de 2010, de una editorial mexicana y sólo 94 pesos su precio.
En la librería de más al oriente tenían en existencia el día de la visita trece ejemplares en total, todos de casas editoriales mexicanas, como sigue: uno con presentación de Emilio Carballido y 109 pesos su precio; dos con presentación y notas del conocido cervantista hispano Francisco Rico, ejemplares de pasta dura y precio de 219 pesos; y diez ejemplares en edición rústica de la propia librería, que se pueden adquirir por 199 pesos cada uno.
En total, disponibles para venta 27 ejemplares con texto íntegro de El Quijote, de ocho diferentes casas editoras, seis mexicanas y dos españolas, con precios desde 94 hasta 256 pesos, es decir, muy razonables y bastantes accesibles, aunque su número, veintisiete, francamente muy bajo para una ciudad como Torreón. Triste decirlo, y no por las librerías desde luego, pero es nuestra realidad. Y nos referimos al universalmente reconocido como el mejor libro escrito -¡y en español, qué privilegio!- desde que el hombre está sobre la Tierra. (6)