Los mexicanos festejamos la independencia el 16 de septiembre, aunque en realidad México no logró su independencia sino hasta 11 años después. El 16 de septiembre marca simplemente el inicio en 1810 de una mortífera guerra de independencia.
¿Cuántas personas murieron en ese conflicto? No hay cifras precisas ya que nadie estaba contando los muertos, pero usualmente el número se estima entre 250 mil y 500 mil. Alejandro Rosas, autor de numerosos libros sobre la historia de México, se inclina por esta última cifra. Las crónicas sobre la matanza de españoles, criollos y "ricos" en la alhóndiga de Granaditas son terribles. y el hecho es injustificable.
¿Medio millón de muertos es mucho o poco? En 1810 la Nueva España tenía unos 6 millones de habitantes por lo que la cifra representaría un 8 por ciento de la población. Según el Consejo Nacional de Población en 2015 somos ya 121 millones de mexicanos. Una guerra con una mortandad similar dejaría hoy casi 10 millones de muertos. Si nos duelen las decenas de miles de víctimas de la guerra contra el narco, podemos imaginar lo que sería perder al 8 por ciento de la población en hechos de violencia.
Los políticos e historiadores oficialistas justifican esta guerra, como tantas otras, por sus supuestos beneficios a la nación, aunque quienes lo hacen no perdieron a seres queridos en la violencia. La independencia parecería un premio que compensa el sacrificio de tantas vidas humanas.
La verdad, sin embargo, es que la violencia no nos dio la independencia. La guerra que encabezaron primero Miguel Hidalgo y posteriormente José María Morelos terminó en derrota y en la ejecución de ambos. Fue un acto de paz, el abrazo de Acatempan del 10 de febrero de 1821 entre Vicente Guerrero, quien dirigía lo poco que quedaba de las fuerzas insurgentes, y Agustín de Iturbide, comandante en jefe de las fuerzas del virreinato, lo que realmente garantizó la independencia.
Cuando Iturbide decidió tomar el poder, en el primero de una serie de golpes de estado que afectarían a México durante un siglo, tenía ya asegurado el control del país. Lo significativo es que quiso lograr el apoyo de Guerrero, quien mantenía un reducto en las sierras del Sur pero sin reales posibilidades de expandir su zona de influencia o de lograr la independencia. El abrazo de Acatempan es un símbolo de que al final no fue la guerra sino un acuerdo político lo que logró la soberanía del país.
Lo mismo podemos decir de la Revolución Mexicana. Esa contienda armada detuvo el crecimiento económico del período de Porfirio Díaz y dejó también una terrible cauda de muerte y destrucción. La parte más violenta de la contienda, hay que señalar, no se dio en los meses en que Francisco I. Madero se levantó en armas contra Díaz, quien renunció a la presidencia en mayo de 1911 para evitar una sangría, sino en el período en que los revolucionarios se pelearon entre sí por los despojos del poder. Los logros de la revolución no empezaron a darse sino hasta que un nuevo régimen, surgido de un acuerdo político, generó estabilidad en el país.
No sorprende que se pretenda que la independencia de México se obtuvo el 16 de septiembre de 1810, cuando la fecha real sería el 28 de septiembre de 1821 con la firma del acta de independencia, ya que tenemos una historia oficial que le da un lugar de privilegio a la violencia. Por eso tenemos también un himno nacional que es un canto a la guerra.
Sin embargo, la historia real, la que se aleja de los dogmas oficiales, nos dice otra cosa: han sido los acuerdos y no los actos de violencia los que nos dieron independencia y la poca prosperidad que hemos logrado.
INFORME DE MANCERA
Hoy presenta su informe el jefe de gobierno de la ciudad de México, Miguel Ángel Mancera. Se acordó que escuche las posiciones de los partidos, pero no se permitirán preguntas. Es un avance, pero en una democracia no debería preocupar que un mandatario responda preguntas respetuosas.
Twitter: @SergioSarmiento