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Simón Ghraichy un virtuoso

El pianista méxico- libanés nueva figura de la música internacional

Sus bases. El joven pianista de origen méxico-libanés, Simón Ghraichy, que en octubre tocará en Torreón, es egresado del conservatorio de París y de la reconocida Academia Sibelius de Helsinki.

Sus bases. El joven pianista de origen méxico-libanés, Simón Ghraichy, que en octubre tocará en Torreón, es egresado del conservatorio de París y de la reconocida Academia Sibelius de Helsinki.

YOHAN URIBE JIMÉNEZ

Ganador del Concurso BNDES en Río de Janeiro, del concurso Manuel M. Ponce en Toluca y del gran premio de la Fundación Cziffra, el joven pianista méxico-libanés Simón Ghraichy, ha conquistado la escena internacional de la música con una técnica impecable y un estilo desenfadado.

Como un verdadero rockstar, estridente en su forma de vestir y encantador en su estilo de tocar, Ghraichy ha conquistado escenarios como solista, con la Orquesta Sinfónica Brasileña, la Orquesta Sinfónica del Estado de México, la Orquesta Sinfónica de la ciudad de El Cairo, la Orquesta Filarmónica del Líbano, y la Orquesta Sinfónica Nacional de Cuba, entre otras.

→ ¿Ha influido la mezcla cultural en tu estilo?

Sí. Eso siempre ha sido algo positivo en mí, en mi personalidad, mi temperamento, en mi trayectoria y en mi carrera está presente esa mezcla de nacionalidades y de culturas, mi madre es mexicana, mi padre es libanés, yo crecí en París. Soy como la ONU, y eso se reflejó en la forma que hago música.

El lado cosmopolita me dio también la curiosidad de buscar nuevos compositores, nuevas obras y tocarla además para nuevos públicos, entre ellos los jóvenes.

→ ¿Cómo la infancia entre tantas culturas?

Tuve la gran suerte de crecer desde los primeros años escuchando música oriental, pero también música popular latinoamericana. Los sabores de la comida mexicana, la comida de Medio Oriente, poder hablar español, árabe y también francés, le da a uno una abertura para todo.

Eso se escucha en la música, hay miles de pianistas que tocan súper bien, y que tienen mucho talento, pero lo que da un valor agregado y un sabor adicional, son esas pequeñas diferencias en la personalidad y en el temperamento, gracias a la mezcla cultural.

→ ¿Eres un rockstar en la música clásica?

Lo que pasa es que los jóvenes de hoy tienen una barrera con la música clásica porque es lo que sus abuelos escuchaban y que ir a la ópera es para los de la tercera edad. Y no es cierto, porque hay muchas obras en el repertorio clásico que están abiertas a todo tipo de público, cualquier persona puede acercarse a la música.

A mí me emociona mucho tener público joven, yo apenas voy a cumplir los 30 años, entonces es súper importante cultivar el público joven, porque me puede acompañar en mi carrera.

→ ¿Es complicado adaptarse al color de orquestas de culturas tan diversas?

Sí, porque una orquesta que sus miembros residen en México, por ejemplo, va a generar aspectos muy diferentes, en la personalidad y el sonido de sus integrantes, a una orquesta europea o de Oriente Medio.

Hay que adaptarse, pero la buena noticia es que la música es un idioma internacional, y frente al instrumento, todos hablamos en el mismo canal.

→ ¿Cómo fue la experiencia de un programa como Estrambótico, tan difícil y bien aceptado?

Me gusta lo difícil, pero me gusta más que lo difícil parezca fácil, porque esta carrera, este trabajo de músico es una competencia permanente. Pero un programa tiene que parecer algo muy sencillo, agradable para todos, la persona que va a un concierto tiene que tener la sensación de que el músico en el escenario está tocando con un máximo de facilidad.

Ese sello es lo que busco en cada concierto, con mucha técnica, mucho virtuosismo, pero también con sensualidad y comunicación, porque lo más importante es lo que va a dejar en el corazón del público y eso no es técnico, el intercambio musical, de ideas es lo más importante.

→ ¿Cómo recuerdas el primer contacto con la música?

En la casa teníamos un piano, aunque mis papás no son músicos, y tenía como una atracción muy particular al instrumento, desde los tres o cuatro años, empezaba a tocar las teclas y los sonidos me entretenían, fue en ese momento que mis padres se dieron cuenta que tenía una atracción por el instrumento y me pusieron una maestra que venía a la casa desde los cuatro años, en adelante fue el amor de mi vida.

→ En tu caso un amor de muchas satisfacciones...

Sí. A mí siempre me ha acompañado, y con muy pocas decepciones (jajaja).

→ Has sido afortunado en muy corto tiempo ¿a qué lo debes?

He sido muy afortunado, sobre todo, creo, por las personas que han estado a mi lado, porque no es una carrera fácil, es una carrera de soledad, el músico está estudiando solo, ensayando solo, y en el escenario varias veces toca solo. Es una vocación de religión, siempre comparo mi carrera con una vocación religiosa, por eso es muy importante estar bien acompañado, siempre con personas que te ofrecen mucho cariño en momentos muy estresantes y complicados.

→ ¿Cuánto ensayas y estudias al día?

Es una carrera de mucho sacrificio, son muchas horas diarias, pero si uno lo maneja de una manera inteligente, siempre hay tiempo para disfrutar de la vida, no debe ser una carrera de frustración, el sacrificio sí, pero siempre manejo el placer y la vocación.

→ ¿Cómo concebiste el programa del Carnegie Hall de Nueva York?

Desde hace unos dos años he estado estudiando a muchos compositores mexicanos y latinoamericanos, porque son mis raíces, me interesaba mucho descubrir la música del Siglo XX y de los contemporáneos, quería mezclar a esos autores que el público europeo no conoce muy bien. No conocen bien por ejemplo a Manuel M. Ponce, Ernesto Lecuona, etcétera, y yo los quería mezclar con un compositor clásico, como una iniciativa un poco pedagógica para el público europeo, claro, con un compositor que ellos ya conocen, y Franz Liszt era el mejor ejemplo.

Aunque Liszt nunca visitó las Américas, tenía muchos vínculos con el continente, tenía muchos alumnos latinoamericanos y un gran amigo que lo influenció mucho de la música del caribe y la música popular de Latinoamérica. Entonces me surgió la idea de mezclar un referente de la música como Liszt, y todos esos compositores que fui descubriendo. Cuando el productor del Carnegie lo escuchó le gustó y me dijo hay que presentarlo. Ahora me da mucho gusto que dos días después de Nueva York, lo tocaré en México, en especial en Torreón.

Un paso definitivo

El ingreso de Gharichy al Conservatorio de París, en 2004, marcó el inicio de una sólida carrera como intérprete, la formalidad de la academia francesa, enriquecida con el legado de la mítica Academia Sibelius de Helsinki, a donde Simón llegó en 2008, para tener la oportunidad de tomar clase con maestros de la talla de Tuija Hakkila, Michel Beroff, Cyprien Katsaris y Daria Hovora, dieron como resultado un joven con un atractivo estilo ecléctico.

Un éxito internacional

El pianista Simón Ghraichy ha participado como solista en:

⇒ El Festival de Sudáfrica.

⇒ El Festival Internacional EXIT en Serbia.

⇒ El Festival Isang Yun en Corea del Sur.

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Escrito en: Simón Ghraichy

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