Gabriel Chávez de la Mora: arquitectura y fe
Monje y arquitecto formado por el genial Ignacio Díaz Morales y los maestros europeos Mathias Goeritz, Bruno Cadore, Horst Hartung Franz, Silvio Alberti Levati y Erich Coufal en la década de los cincuenta. Pertenece a la primera generación de egresados de la Universidad de Guadalajara que le han dado una verdadera identidad cultural a la arquitectura de México de finales del siglo XX y de comienzos del siglo XXI.
Es difícil entender muchas obras de arquitectura y de arte en general sin la presencia de la religión. La fe inspira grandes obras y proezas en todos los campos del conocimiento y de la vida del ser humano. La arquitectura del fraile Gabriel Chávez de la Mora no ha sido la excepción. Amante del culto litúrgico, su obra ha surgido a partir de una profunda inteligencia espacial, cultura de trabajo, estudios teóricos y programáticos que rayan en la obsesión (influido por Ignacio Díaz Morales y José Villagrán García) del dominio técnico de los materiales y de una intuición artística perseguida que hoy es reconocida no solo en México sino a nivel internacional.
Hombre de oración, contemplativo, religioso, humilde, trabajador, refinado y de trato cordial, ha desarrollado un estilo único con un enfoque claramente sacro en sus proyectos, el cual le ha permitido respetar el patrimonio construido y diseñar además varias obras que hoy son de gran valor por su integridad plástica. Buscador de soluciones que responden hasta al más mínimo detalle, discutidas y pulidas con los clientes, su trabajo busca crecer espiritualmente para alcanzar la perfección. La arquitectura de fray Gabriel Chávez es, más que racionalista, 'divinizante', además de espiritual…
ARQUITECTURA MONÁSTICA
La Abadía del Tepeyac, ubicada en Lago de Guadalupe en Cuautitlán-Izcalli en el Estado de México, es una obra de Gabriel Chávez de la Mora llena de sobriedad y elegancia. Se construyó en 1968 en una colina de acuerdo al plan tradicional de los monasterios que se desarrollan alrededor de un patio central. Una plaza exterior sirve de atrio y es un espacio que permite la circulación (espacio servidor) para acceder al monasterio o a la capilla. Aunque también se puede acceder a ella desde un corredor interior.
Las principales áreas que componen el proyecto en su planta general son: la entrada principal, el salón, la entrada de la comunidad, la entrada de servicio, el patio, la terraza, el estacionamiento y el camino de acceso.
En la capilla, la simpleza de sus volúmenes y de sus formas deleitan, conmueven… Está iluminada por vitrales laterales de su autoría y una linternilla que hace rebotar los rayos del sol hacia adentro. Los ejes de la composición destacan la cruz, el altar, el ambón, la capilla del santísimo y el acceso central. El techo es una estructura apoyada en armaduras metálicas y tiene un plafón de madera.
El programa arquitectónico donde normalmente se plantean las necesidades para el diseño del nuevo conjunto fue desarrollado con sus superiores y los demás miembros de su comunidad religiosa. La comunidad (monjes de la orden de San Benito) provenía de St. John’s Collegeville, Minnesota y casi una década antes se había solicitado un proyecto al arquitecto Enrique de la Mora y Palomar con la abadía y el colegio formando un solo conjunto, aunque este criterio fue modificado por Gabriel Chávez de la Mora tiempo después.
El conjunto de la abadía sigue un diseño en conjunto asimétrico y forma un espacio amplio en su centro a manera de claustro para lograr intimidad interior de los espacios habitados por los monjes alrededor de un patio central. Se buscó en todo momento propiciar la mejor iluminación solar de sus áreas eb verano e invierno.
La iglesia de la abadía es el elemento principal del conjunto y es coherente con los lineamientos establecidos en la liturgia por el Concilio Vaticano II de la década de los sesenta. Esta iglesia recuerda las soluciones asimétricas de la Capilla de Notre Dame du Haut en Ronchamp de Le Corbusier y la Capilla de las Capuchinas Sacramentarias de Tlalpan de Luis Barragán. Su disposición interior tiene un presbiterio central donde el altar y la eucaristía son el centro y en tres de sus lados se encuentran sentados los feligreses y el coro. Es por tanto un cuadrado asimétrico, compartimentado donde se rompen los ejes en lugar de generarlos para volver la disposición interior mucho más interesante en sus recorridos.
DETALLES
Sus acabados son a base de enjarres rústicos, pintados en su mayoría de color blanco (aunque hay algunos muros coloridos, cuidadosamente escogidos, de una enorme belleza), concreto aparente, piedra, barro, jardines, flores, alfarería, maderas, agua, entre otros, que le brindan a los espacios interiores y exteriores una elegancia plástica inigualable.
Hay además dentro de la iglesia y del conjunto una serie de vitrales, iconografía, textiles, orfebrería, diseño de vestiduras litúrgicas y otros detalles (todos de su autoría) que crean toda una atmósfera y experiencia integral, completa e inolvidable.
Se puede considerar, pues, una obra de arte total. Habitamos otro mundo diferente al nuestro cuando estamos ahí, es realmente impactante.
El acceso ordinario a la iglesia es por medio de un nártex donde está una pila con agua bendita y el confesionario. Un hermoso relieve de San Benito preside una pequeña capilla y en la entrada se encuentra un retablo de la Virgen de Guadalupe. Además hay otra pequeña capilla dedicada a San José en un costado lateral. Finalmente, en el claustro se encuentra una fuente que proporciona agua y que cruza la sala capitular por un canal hasta llegar el área de la terraza. Alrededor del claustro se encuentran los salones de reunión, la sala capitular, refectorio y oficinas. Las celdas están orientadas hacia el sureste y se encuentran en la planta superior. La Abadía del Tepeyac tiene un área de clausura y otra pública para visitantes claramente separada. El proyecto se diseñó y se construyó por etapas en un total de cuatro años. El conjunto también cuenta con un cementerio al que se accede a través de un arco masivo de color blanco.
OBRAS REPRESENTATIVAS:
Capilla Ecuménica de la Paz (Acapulco, Guerrero, 1971).
Nueva Basílica de Guadalupe (Ciudad de México 1976).
Centros Parroquiales La Madre de Dios y La Trinidad (Guadalajara, Jalisco 1976).
Seminario Interdiocesano Guadalupano (Estado de México, 1983).
Sede de la Conferencia del Episcopado Mexicano (Estado de México, 1990).
Prince of Peace Abbey (Oceanside, California, 1985).
Santuario de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro (Tequisquiapan, Querétaro, 1987).
Capilla de las Hermanas de la Sagrada Familia (Estado de México, 1995).
Centro Escolar del Lago (Estado de México, 2005).
Teatro San Benito Abad (Estado de México, 2000).
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