Una mejor administración del combustible llevó al novato estadounidense Alexander Rossi a llevarse la edición 100 de la Indy 500. (EFE)
Alexander Rossi se impuso ayer en la edición centenario de las 500 Millas de Indianápolis.
El novato estadounidense administró mejor su combustible, mientras que los líderes tuvieron que hacer altos para recibir reabastecimiento en las últimas vueltas, dándole al equipo Andretti Herta Autosport una notable victoria.
Uno de los que pagó caro la estrategia de combustible fue Carlos Muñoz, cuyo repostaje cuando quedaban cuatro vueltas por completar la carrera le costó el primer lugar. Muñoz pasó uno cuantos segundos en los pits, e infructuosamente intentó darle alcance a Rossi.
"No tengo las más mínima idea de cómo he podido salir ganador", dijo Rossi.
Muñoz debió conformarse con el segundo lugar, seguido por Josef Newgarden, Tony Kanaan y Charlie Kimball.
Rossi es novato en la IndyCar y volvió a Estados Unidos luego de no poder conseguir un lugar estable en la Fórmula Uno. Es el noveno novato en ganar las 500 Millas y el primero en conseguirlo desde Helio Castroneves en 2001.
"Aprecio el hecho de que en un momento de la carrera estuvimos en el sitio 33", dijo Rossi. "Apostamos y ganamos, y eso fue lo que posibilitó esta victoria. Es algo increíble".
Aunque es un piloto sustituto en el equipo Manor Racing de F1, Rossi volvió este año a su país para conducir para Bryan Herta en una sociedad con Andretti Autosport. Herta fue el propietario ganador en 2011 con Dan Wheldon como piloto.
El esfuerzo de Herta para esta temporada dependía en gran medida de su alianza con Andretti, y la familia esperaba que Marco Andretti les diera su primer triunfo en la Indy 500 desde que el patriarca Mario Andretti ganara la edición de 1969.
Sin embargo, Marco Andretti nunca estuvo entre los contendientes en una jornada en la que cuatro de sus compañeros de equipo estuvieron claramente entre los mejores en pista. Ryan Hunter-Reay y Townsend Bell se combinaron para encabezar 64 de las primeras 119 vueltas, pero se despidieron del protagonismo cuando Bell tocó a Castroneves al salir de los fosos. El contacto provocó que Bell chocara con Hunter-Reay.
