La bailarina Elisa Carrillo, durante su actuación en el festival “Mex I AM”. Foto: EFE
Elisa Carrillo Cabrera, es sin duda la imagen de la perseverancia, es el esfuerzo y la pasión dentro de un mundo en el que las ganas de sobresalir y la disciplina constante son piezas clave para destacar entre un puñado de jóvenes con un mismo objetivo; ser los mejores bailarines del mundo.
Disciplina, talento, pasión. De estética impecable, con una técnica y sensibilidad interpretativa en el escenario que le ha valido varios reconocimientos dentro y fuera del extranjero, estas son sólo algunas de las características que reúne la mexicana Elisa Carrillo Cabrera, primera bailarina del ballet de la Ópera de Berlín y embajadora de la cultura de México en Alemania.
Elisa Carrillo Cabrera nació en Texcoco, Estado de México en 1981. Es la menor y única mujer de cuatro hermanos. Su comienzo en el mundo del ballet clásico se suscitó cuando tenía cuatro años de edad gracias a sus padres, Miguel Carrillo y Elisa Cabrera, al ser inscrita en una academia particular de baile. Sus aptitudes y condición de bailarina no pasaron desapercibidas por su maestra, quien le recomendó a su madre que la matriculara en una escuela de baile profesional cuando tuviera la edad adecuada. Cuatro años después, Elisa ingresaba en la Escuela Nacional de Danza Clásica y Contemporánea del INBA, donde realizó sus estudios de danza entre 1990 y 1997.
EL ACERCAMIENTO
Carrillo Cabrera creció en un hogar en el que la música era cosa de todos los días. Sin embargo, su primer acercamiento al mundo del ballet clásico, fue alrededor de los cinco años, al asistir a una función de baile en el Palacio de Bellas Artes. Aunque Elisa ya estaba familiarizada con el ballet por sus clases en la academia, no pudo dejar de sentirse fascinada con la majestuosidad de aquel espectáculo en Bellas Artes.
“Fuimos al Palacio de Bellas Artes a ver ballet y ahí me dijo que quería ser como las bailarinas”, compartió durante una entrevista para El Universal, Elisa Cabrera, madre de la bailarina mexicana.
Pese a que pasó parte de su niñez inmersa en el mundo de la danza, con exhaustivas y largas jornadas de ensayos que iban desde las ocho de la mañana hasta las siete de la tarde, la bailarina mexicana ha comentado que le es grato recordar esa etapa de su vida, llena de felicidad, amor, alegría, en la que hacía lo que le gustaba hacer, aquello que al cabo de unos años descubrió y definió como su pasión, el ballet.
LA FORMACIÓN DE UN SUEÑO
Con tan sólo 13 años de edad, Elisa ya había ganado un buen número de concursos nacionales, pero fue hasta los 15 cuando recibe una beca para aprender la técnica inglesa de ballet en el English National Ballet de Londres, esto tras su participación en el Concurso Infantil y Juvenil de la Ciudad de México, en representación de la Escuela Nacional de Danza Contemporánea.
Concluidos sus estudios de dos años en dicho instituto, y con tan sólo 19 años de edad, Elisa Carrillo es invitada por Reid Anderson a formar parte de una de las compañías más importantes de ballet en el mundo, el Stuttgart Ballet de Alemania, y en 2007, Vladimir Malakhov, director artístico del Staatsballett Berlín, lleva a Elisa a dicho recinto para formar parte del cuerpo de bailarines, compañía a la cual pertenece desde hace doce años y ostenta el rango de primera bailarina. Carrillo Cabrera es la primera mexicana que alcanza tal nivel en Europa.
TRAYECTORIA
Entre ensayos y presentaciones en Berlín, Elisa hizo espacio para estudiar y titularse como maestra de ballet, grado que alcanzó en 2003, otorgado por el Ministerio de Cultura de la República Federal de Alemania y por The Jhon Cranko School de Stuttgart.
En 2009, la compañía alemana de danza a la cual pertenece, la eligió para interpretar el papel principal en el nuevo montaje Blancanieves, trabajo que la consolidó como una de las mejores bailarinas de ballet a nivel internacional, y le valió su ascenso en 2011 como bailarina solista o primera bailarina en la compañía Ópera Estatal de Berlín.
El talento y pasión de Elisa Carrillo Cabrera la han llevado a pisar numerosas ciudades para presentar galas de ballet, entre las que destacan Luxemburgo, Bangkok, Panamá, Jerusalén, Dubái, Ciudad de México, Guadalajara, Shanghái, París, y muchas más de todos los continentes.
EL PRECIO DEL ÉXITO
Bien dicen que ir en busca de un sueño, perseguirlo hasta alcanzarlo, requiere de muchos sacrificios, situación a la que Elisa no es ajena. En 2012, durante una entrevista para la revista Expansión, la bailarina mexicana admitió que llegar hasta el lugar en el que se encuentra, no ha sido tarea fácil; la soledad, estar sin su familia en un país ajeno, a millones de kilómetros de su lugar de origen, son sólo algunos de los obstáculos que ha tenido que enfrentar para lograr su sueño dentro del ballet; sin dejar de lado, la ardua competencia que existe en el mundo artístico, un ambiente en el que todos luchan por ser los mejores.
A lo largo de su carrera en el mundo del ballet, Elisa Carrillo Cabrera ha participado en numerosas galas alrededor de todo el mundo, entre las cuales se encuentran El lago de los cisnes, donde representó el papel de la reina; Romeo y Julieta, donde interpretó a la candorosa Julieta; El mago de Oz, La Sílfide, uno de los ballets más importantes y reconocidos del siglo XIX; Apollo Musagète, Un tranvía llamado deseo, La fierecilla domada, La Bella durmiente, y por supuesto Blancanieves su primera interpretación en el rol principal del personaje homónimo.
RECONOCIMIENTOS
Elisa Carrillo ha sido merecedora de numerosos reconocimientos y premios por su trabajo dancístico, el primero de ellos fue en 1996, al resultar ganadora de la medalla de oro en el Concurso Nacional Infantil y Juvenil de Danza Clásica. Años después, en 2010, durante su visita a México con el espectáculo Blancanieves fue nombrada por la Cámara de Diputados y el extinto CONACULTA, Embajadora de la Cultura de México. La prensa alemana no tardó en identificar el talento y constancia de la bailarina mexicana y en 2011 la reconocieron como una de las 50 personalidades más importantes de Berlín.
Justo en el marco de las celebraciones por el Bicentenario de la Independencia de México, las autoridades administrativas bautizaron la sala de conciertos del Centro Cultural Mexiquense Bicentenario como “Elisa Carrillo Cabrera”, reconociendo así su trayectoria como bailarina de ballet clásico. Dicho recinto se ubica en Texcoco, Estado de México, su tierra natal. Ese mismo año, el gobernador del Estado de México, Eruviel Ávila, anunció la creación de la beca Elisa Carrillo Cabrera, un programa de apoyo a los niños y jóvenes practicantes de la danza clásica, cuyo beneficiarios obtienen un estímulo económico para continuar con sus estudios artísticos, así como viajes a Europa para la continuidad de los mismos.
En 2013 Carrillo Cabrera resultó ganadora, junto con su esposo, el también bailarín Mikhail Kaniskin, el premio Dance Open a la mejor pareja, un galardón que es considerado el Óscar del ballet. En 2014, por otra parte, la Asamblea Legislativa del Distrito Federal le entregó la Medalla al Mérito en Arte, por su aportación al ballet en México y en el mundo.
ELISA Y SU COMPROMISO CON EL ARTE
La primera bailarina ha adquirido un gran compromiso no sólo con el ballet clásico, también con el arte y la plena difusión del mismo. Elisa es consciente del imperioso esfuerzo que se requiere para triunfar dentro de la danza, mucho más en un país en el que promover el arte y la cultura entre la población debería de ser cosa de todos los días. Por ello, en 2013 creó junto a su esposo Mikhail Kaniskin, quien también es primer bailarín de la compañía Ópera Estatal de Berlín, la Fundación Elisa Carrillo Cabrera, una asociación civil mexicana no lucrativa cuyo objetivo principal es identificar y ofrecer apoyo a niños con talento para la danza en México, promover la cultura de la danza en México a través de la organización de eventos que cuenten con la participación de estrellas internacionales del ballet, así como apoyar a los maestros que deseen actualizarse en la disciplina dancística para estar a la vanguardia, y poner en práctica dicho aprendizaje con los nuevos talentos en México. Este apoyo se realiza por medio de acuerdos con instituciones europeas.
Desde su creación, la fundación de la bailarina mexicana, en conjunto con el gobierno mexicano, ha logrado varios de sus objetivos, el principal, otorgar todas las facilidades económicas y burocráticas para que los jóvenes talentos cumplan su sueño dentro de la danza.
Sin duda alguna, Elisa Carrillo Cabrera, asumió en su totalidad el papel de Embajadora de la Cultura de México, así lo evidencia el empeño y dedicación que ha invertido para que el pueblo mexicano pueda disfrutar de espectáculos de ballet de la mano de reconocidos directores artísticos como Vladimir Malakhov, Yuri Burlaka, Sergey Filin, Reid Anderson. Su trascendencia ha sido tal que en 2012 su programa fue nominado en las Lunas del Auditorio como el evento cultural más importante del año.
Actualmente, Elisa Carrillo Cabrera radica en Alemania al lado de su esposo Mikhail Kaniskin, juntos disfrutan de la reciente maternidad de la bailarina mexicana, quien en noviembre del año pasado, al anunciar su embarazo de cuatro meses, compartió también que su regreso a los escenarios sería en verano de 2016.
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