Luis Salom, piloto español al que apodaban el 'Mexicano'. (Archivo)
Luis Salom, balear de nacimiento pero piloto mundialista por vocación y "Mexicano" para cumplir una promesa sólo desvelable cuando lograra su primera victoria en el campeonato, ha dejado de acompañarnos, aunque lo ha hecho de la manera que había elegido para disfrutar de la vida: competir en moto.
Una curva, la curva doce del circuito de Montmeló, que ni siquiera llegó a trazar pues se fue directo contra las defensas de la misma, se ha cruzado en su vida y en la de una familia que lo dio todo por él.
Tanto María, su madre y la que le acompañaba a todas las carreras, como su padre, han sufrido el varapalo más serio que te puede propinar la vida, ver cómo el hilo de vida de un joven próximo a cumplir los 25 años, se va mucho antes de lo que debiera ser.
Luis Salom, creyente y luchador como pocos, cumplió con todos sus anhelos y lo hizo, casi siempre, de la mano de su madre María, fiel seguidora e incondicional fan de un chaval que lo fue todo en Moto3, en donde llegó a pelear por el título mundial junto a Alex Rins y Alex Márquez, y que luchaba con irreverente esfuerzo por destacar en la siempre complicada categoría de Moto2, donde afrontaba un nuevo reto de la mano de "Edu" Perales.
Ambos tenían enfrente a la verdadera razón de seguir peleando por destacar en un deporte de los más sacrificados, y en los que en ocasiones, pagas con la vida el esfuerzo realizado.
Edu Perales quería un piloto español y puntero con el que destacar y lo consiguió al garantizarse los servicios de Salom, mientras que el deportista balear quería un equipo en el que sentirse "querido" y con el que poder aspirar a lo máximo como número uno de la escuadra.
El "Mexicano" ya no podrá pelear por aquello que desde muy joven le motivó para crecer y luchar en la vida, ser campeón del mundo de motociclismo.