El tema del desarrollo social es muy amplio, cubre entre otros, la educación, la salud, la alimentación, el empleo y el crédito, tema este último al cual nos referiremos en esta columna.
El Comité Nobel de la Paz premió en 2006 a Muhammad Yunus por promover oportunidades económicas y sociales para los pobres, especialmente las mujeres, por medio de su proyecto pionero de microcréditos. Reconoció ese año la labor de Yunus y del organismo financiero que fundó en 1976, el Grameen Bank (Banco del Pueblo), por "los esfuerzos para promover el desarrollo económico y social desde abajo".
En relación a lo expuesto en el párrafo precedente, el 13 de octubre de 2016 el periódico español El País resumía el comunicado del Comité Nobel en los siguientes términos: "No podrá alcanzarse una paz duradera hasta que una gran parte de la población mundial encuentre la manera de salir de la pobreza. Los microcréditos constituyen una de las formas de conseguirlo. El desarrollo desde abajo sirve además para que la democracia y los derechos humanos ganen posiciones. Yunus ha demostrado ser un líder capaz de traducir sus ideas visionarias en hechos para beneficio de millones de personas, no sólo en Bangladesh sino también en muchos otros países. Los créditos para gente sin respaldo financiero parecían una idea imposible. Pero desde su humilde inicio hace tres décadas, él -primero y sobre todo a través del Grameen Bank- ha convertido los microcréditos en un importante instrumento en la lucha contra la pobreza. El Banco ha sido una fuente de ideas y un modelo para muchas instituciones en el campo de los microcréditos en todo el mundo". Finalmente, "El comité reconoce que este organismo ha permitido comprobar que incluso los más pobres entre los pobres pueden trabajar en pos de su propio desarrollo".
La evidencia empírica ha demostrado que los microcréditos pueden ser una herramienta exitosa en el alivio a la pobreza. Lo interesante es que el programa fomenta la participación de los beneficiarios, les ayuda a tomar sus propias decisiones y a buscar solución a sus problemas. El programa pretende apoyar preferencialmente a las mujeres, ya que en muchas comunidades carecen de una historia laboral estable y no tienen acceso al crédito formal. Sin embargo, a pesar de los beneficios que ocasionan y del crecimiento exponencial registrado en las últimas décadas, algunos críticos argumentan -sin mucho sustento- que no han logrado reducir la pobreza y han llevado a muchos prestatarios a caer en problemas de endeudamiento.
Permítaseme ahora comentar una experiencia local: En 1997 en Torreón, siendo Presidente Municipal el Lic. Jorge Zermeño, se implementó por primera vez un programa de microcréditos, tomando como base el programa Santa Fe de Guanajuato, inspirado a su vez en el Grameen Bank de Bangladesh. Los resultados, de acuerdo al III Informe de Gobierno 1997-1999 fueron sorprendentes: "En septiembre de 1997 se inició el programa piloto de ahorro y microcrédito para el fortalecimiento de la economía familiar, el cual arrancó con ocho grupos. Debido al éxito obtenido, en febrero de 1998 el Cabildo canalizó a este programa un millón 350 mil pesos, para lo cual se creó el Fideicomiso Acción Comunitaria de Torreón. En 1999 se efectuó un incremento al patrimonio del fideicomiso con dos aportaciones de 400 mil pesos cada una. Este año se crearon 38 grupos que aunados a los 56 que existían en diciembre de 1998, suman un total de 94, con 1,145 participantes, en su mayoría mujeres a quienes se han otorgado 3 millones 890 mil pesos en microcréditos. El programa beneficia a más de 5,725 personas y tiene una recuperación de 96 por ciento". Las autoridades municipales habían ya informado en 1998 que "los beneficios detectados no eran sólo económicos sino personales y familiares. En el aspecto económico, pudieron ampliar el surtido de sus mercancías, lo que se reflejó en un aumento en los ingresos; en el aspecto personal se ha elevado la autoestima, y en el familiar se sienten orgullosos de apoyar económicamente el gasto, especialmente en los estudios y alimentación de sus hijos, además que ha mejorado la convivencia familiar, debido a que los negocios son propios. Este programa dejó un gran precedente en nuestra ciudad sobre la manera en que la administración municipal puede apoyar las actividades productivas de las familias de escasos recursos sin tener que recurrir a prácticas paternalistas ni clientelares"
Hoy sabemos que la próxima administración municipal tiene contemplado implementar-como hace 20 años- un programa de microcréditos, el cual se convertirá, sin lugar a dudas, en una herramienta fundamental para combatir la pobreza en nuestra ciudad.
(Economista)