In-Edit Indio México. Foto: Lina Acebo S
Consolidada como una de las bandas más importantes del rock mexicano, Zoé decidió dar un paso más allá e incursionar en el mundo del cine documental. Panoramas es un filme que retrata a la agrupación en el camino y el proceso creativo al momento de componer música. Este material, dirigido por su baterista Rodrigo Guardiola y Gabriel Cruz Rivas, tuvo una gestación de cuatro años, carece de entrevistas y posee una propuesta más orientada al cinema verité, donde los sujetos empiezan a olvidarse de la cámara que los filma y la narrativa posee una dimensión más humana. Siglo Nuevo tuvo la oportunidad de platicar con Rodrigo Guardiola en su reciente visita a Torreón, con motivo de la presentación de Panoramas en la gira de documentales Ambulante.
Nacido en la Ciudad de México, Rodrigo Guardiola Zierold descubrió desde infante, gracias a la familia, su interés por la música. Ya radicado en Monterrey, creció en un hogar donde se escuchaba todo tipo de géneros, con énfasis en el rock y en los compositores clásicos. Comenzó a estudiar piano a los 5 años de edad y desde los quince perteneció a bandas de rock. Antes de cumplir la mayoría de edad ya se había rodeado de amigos instrumentistas.
Estudió comunicación en el Tecnológico de Monterrey. En un principio, el plan era estudiar una maestría en cine. Antes de alcanzar esa especialización, empezó a tocar con un conjunto regio que se llamó Vaquero, para después ligarse a Zoé. Si bien no estudió cinematografía como tal, cursó dos posgrados: uno en Teoría de Cine en la Universidad de Nueva York y uno en Dirección de Actores en la Escuela de Cine de Cuba.
El proyecto fílmico inició en 2012 a partir de una iniciativa de Guardiola. El propósito era contarle a su público lo que ocurría durante las giras de la banda. Este año, Panoramas forma parte de la cartelera del festival Ambulante.
¿Cómo inicia la relación entre Rodrigo Guardiola y el cine?
De forma paralela a la música, crecí viendo un montón de películas. Siempre me gustó mucho el cine. Luego, me gustó mucho la unión entre cine y música con documentales sobre bandas. Al vivir tantas experiencias únicas con Zoé y con las influencias de estos documentales que me gustan, decidí juntar a un equipo de producción para armar un documental en forma de lo que pasaba detrás de la música del grupo y de nuestras giras. Entonces empezó la unión con Gabriel Cruz Rivas, que es codirector de Panoramas y con quien he trabajado dirigiendo dos conciertos de Zoé (el 28-11-07 y el 8-11-14). Por mi lado había dirigido varios videos musicales de la banda y tenía muchas ganas de incursionar en el lado del documental, contarle o mostrarle a la gente cómo era realmente este cachito de vida que vivimos juntos en las giras y durante el proceso de hacer un disco.
¿Qué tan importante es la musicalización en el cine?
En lo personal me gusta mucho, estoy a favor del uso de la música. Es una herramienta muy valiosa para sumarle una capa a la narrativa de una historia. También entiendo que hay películas de un grado académico tal que ni siquiera se considera usar la música como elemento de apoyo. Entiendo esa teoría, es muy válida y es muy buena. Hay películas que logran contar la historia casi al 100 por ciento sin el uso de música. Por lo general, existen momentos donde cierta música suena entre los personajes, pero no es un soundtrack o un scort que apoye por encima de la escena con música. Entonces, hay estas dos variantes del cine. A mí sí me gusta mucho la incursión de música, tanto de scort como de soundtrack, aunque también reconozco el peligro y lo sencillo que es lograr una escena de menor valor debido a la música, pero creo que cuando ambas cosas están bien hechas, la escena que se quiere contar y la pieza musical que se escoge, sí es un elemento muy interesante.
¿Para ti qué significa el documental?
El documental es, igual que la ficción, una manera de contar una historia. El documental está basado en cosas que están pasando en la vida y la ficción es una puesta en escena, pero me parece muy interesante como en los últimos años el documental ha inventado más maneras de contar historias, inclusive, que la ficción. Me gustan ambos géneros, pero considero que la ficción ha tenido hasta cierto punto menos avances o menos novedades en las maneras en que se cuentan las historias. El documental sí ha logrado unos híbridos muy interesantes, incluyendo el documental falso (cuando se utiliza la técnica de un documental, pero lo que estás contando no es real).
¿Qué documentales te han inspirado en tu trabajo como cineasta?
Me gusta mucho la dupla de los hermanos Maysles, son importantes en la historia del cinema verité, que es el estilo de documental que más me gusta. Ellos hicieron Grey gardens y luego una película con Paul McCartney durante cuatro días en Nueva York, cuando pasó lo del 9/11 (el ataque a las Torres Gemelas). Me gusta la simplicidad con la que filman, cómo encuentran lo interesante de esa pequeña historia que cuenta el documental. Son obras con menos información y con más atención al detalle, y eso me inspiró mucho en Panoramas.
También hay ciertos documentales que son híbridos entre ficción y documental como 20.000 days on earth, que es el penúltimo documental que sacó Nick Cave o Shut up and play the hits de LCD Soundsystem, donde ya combinan un poquito del lenguaje de cine de ficción con el de documental.
Rodrigo Guardiola presentando el documental Catfish, en compañía de Maya Zapata y Johanna Murillo. Foto: Adolfo Gurrola/Festival Ambulante
¿Filmar Panoramas fue una iniciativa tuya o de la banda?
Fue iniciativa mía, pero la banda estuvo muy involucrada. De hecho, hicimos música original para el documental, es una parte muy importante, le da un twist muy interesante al no tener que usar todas las canciones que ya conocemos de Zoé; como nos gusta tanto la música de las películas, generar música original fue un buen reto, una experiencia distinta, nos sacó de ese lado de hacer discos de estudio. Incursionar en música que apoye imágenes también fue muy interesante, pudimos experimentar mucho. Entonces, la banda hasta cierto punto es cómplice, pero la iniciativa de contar esa historia sí fue mía y después del equipo que armamos Gabriel Cruz y yo.
¿Se trabajó primero la música o la música se montó después con el video terminado?
Hicimos primero la música. Es muy poco común este proceso, por lo general la música se hace hasta el final, pero hay directores de cine de ficción que han experimentado con el orden; se encargan de la parte musical, incluso antes de filmar escenas, y después utilizan la música como una guía durante todo el proceso de filmación para nunca salirse del estado de ánimo que quieren producir con la película. En este caso, como somos músicos y teníamos el tiempo y la oportunidad, decidimos empezar con la música y que siempre sirviera de inspiración. A lo largo de muchos meses, durante la gira en que se filmó este documental, escuchábamos el trabajo que hacíamos en la carretera y funcionó para todo, principalmente para inspirarnos.
¿Se trabajó solamente con la banda o también con músicos externos a Zoé?
El scort de Panoramas se hizo al mismo tiempo que León Larregui estaba mezclando su primer disco en París. Los otros cuatro miembros de la banda hacíamos música con el apoyo de dos muy buenos amigos que tocan con Zoé en vivo, se llaman Andrés Sánchez y Felipe Ceballos, mejor conocido como Pipe. Yo quería más experimentación. Improvisábamos mucho, tocábamos casi todo en vivo, entre todos, de forma simultánea. Entre más manos mejor. Teníamos la confianza de colaborar con ellos. Fue muy divertido. Realmente teníamos mucha libertad para hacer la música que quisiéramos. No había la presión de seguir ciertas estructuras o una cierta línea en el disco, entre más ecléctico fuera, mejor. De hecho, Andrés trabaja haciendo música original para películas y nos ayudó mucho con lo que ya tenía de experiencia. Por su parte, Pipe es un multinstrumentista que nos ayudó con un montón de instrumentos más que añadieron unos tintes sonoros distintos a lo ya escuchados en discos de Zoé.
¿Cómo describirías y justificarías la narrativa del documental?
Hay documentales donde se hace un guión antes de filmar y otros donde decides ir sin guión. Lo nuestro fue un caso único, pasaron dos cosas fuera de nuestro control. Por un lado, León consigue un espacio con el productor y con la gente que iba a colaborar con él en París; le gana al momento en que iba a empezar a filmar el documental y nosotros como crew nos adelantamos y fuimos a París, eso se convirtió en la introducción de la película. Fue como sucedieron las cosas. No sabíamos si íbamos a empezar así el documental o no, pero sí funcionó. Fue una manera inesperada de empezar el documental de una banda. En vez de entrar de lleno con la agrupación entras con el cantante solo en otra ciudad, colaborando con otro grupo de personas, eso le dio buen twist. Te da un poquito más de desarrollo hasta el momento en que la banda tiene que reunirse con él para empezar una gira en España. De ahí decidimos dar inicio al proceso de filmación y una cosa se fue ligando con otra. De España nos ligaron a otra gira en Estados Unidos, luego a Centro y Sudamérica. Estuvimos tantos meses filmando que tuvimos que parar porque era demasiado costoso. Luego, la banda decidió hacer un disco y eso me pareció el tercer elemento elemento clave: ir a filmar a la banda dentro del espacio de un estudio. Entonces se complementó muy bien con un primer acto que es París con León haciendo su disco, un segundo acto que es completamente dedicado a la gira fuera del país, picando piedra en muchos lugares a los que íbamos por primera vez, y el tercer acto es la banda encerrada en un estudio, en un espacio completamente libre de factores que no sean Zoé y su música.
¿Cómo es la experiencia en gira?
Empieza muy agradable y luego se vuelve muy vertiginosa. Creo que la parte larga del documental habla de eso. Al principio todo el mundo está muy emocionado, con mucha energía, es muy fácil salir contento, con sentimientos positivos. Empieza la espiral de la gira, la cambiadera de horarios, comer mal, dormir mal, la convivencia se vuelve densa, la interacción entre todas las partes que viajamos alrededor de una banda (porque no sólo es la banda, es un crew y un grupo de gente) se vuelve un poco más delicada, se va desgastando esa relación. Es como un viaje familiar, empieza muy positivo y hacia los tres cuartos del viaje empieza el desgaste. Entonces yo sí quise transmitir este sentimiento en el documental y es muy interesante esa pérdida de tiempo y de ubicación. De repente ya da igual donde estés, la rutina es la que manda.
¿Cómo fue tocar en la gira y aparte filmar el documental?
Era un esfuerzo extra. Afortunadamente nos gusta filmar, lo hicimos entre amigos (el equipo era cien por ciento un equipo de amigos). Entonces, fue echar el doble de esfuerzo, salir temprano a filmar aspectos de las ciudades donde nos tocaba presentarnos, estar listos a cualquier hora para grabar cualquier momento, moverse en aduanas todo este equipo, hacer juntas diarias para planear y revisar qué teníamos, qué nos faltaba, qué puntos estaban saliendo bien, cuáles estaban saliendo mal. Fue muy interesante, fue como una vida doble que requirió mucha energía. Ahora que pasó el tiempo valoro mucho que lo hicimos, creo que valió la pena. Contamos una historia bonita y única de lo que es Zoé.
¿Qué es para ti Ambulante y que significa que su documental se encuentre en esta gira por todo el país?
Conocí Ambulante desde 2009, nos apoyaron llevando de gira el primer concierto (el 28-11-07), me tocó ir a tres o cuatro ciudades con el festival y me pareció increíble. Era la primera vez que veía una gira de documentales por México y con una sección de música, que es algo muy escaso. Casi no hay exposición de estas películas y para la gente que nos gusta la música y el cine es un muy buen híbrido. Entonces, apoyo mucho la noción de Ambulante de hacer un esfuerzo para tener una cartelera en la que se puedan ver esas películas, especialmente filmes que valen mucho la pena. Como decía al principio, gracias al documental se descubren nuevas maneras de contar historias, no sólo en la ficción, y que este año haya vuelto al festival la sección de Sonidero tiene mucho valor. Entonces yo sí invitaría a la gente de que nunca duden de revisar la agenda de Ambulante y aprovechen para asomarse a ver cosas que, puedo decir, casi en su totalidad son buenos proyectos.
¿Has recibido retroalimentaciones de Panoramas gracias a Ambulante?
Este año la película ya fue a cuatro ciudades y se han llenado las salas. Eso nos ayuda mucho para que los distribuidores y los exhibidores vean que sí hay interés de un público por ver este documental, para que sean mejores sus opciones de estar en los cines. El documental relacionado con música es un subgénero y es difícil encontrarle su mercado. Ojalá y entre quienes atienden el llamado de Ambulante genere un buen boca en boca.
Twitter: @BeatsoulRdz