Majestuoso. Vista acutal del hotel sobre el Paseo Morelos. (EL SIGLO DE TORREÓN)
El pasado 15 de diciembre cerró sus puertas al público el Hotel Palacio Real, ubicado en la avenida Morelos frente a la Plaza de Armas, fue inaugurado el 2 de febrero en 1954. Se estrenó bajo el concepto de que era el mejor hotel de Torreón y uno de más alta calidad de la República Mexicana.
Lo mandó construir el agricultor y empresario gallego-español Fernando Rodríguez Rincón, quien, asimismo, ordenó la edificación del antiguo Hotel Galicia, también ubicado frente a la Plaza de Armas por la calle Cepeda esquina con avenida Juárez.
Su elegante residencia particular de estilo neomudéjar se localizaba en la esquina suroeste de la Calzada Colón y avenida Abasolo, fue conocida como La Alhambra, desgraciadamente la demolieron en 1984; también dispuso su construcción.
Asimismo, fue propietario del predio rústico Batopilas en el municipio de Madero, Coahuila, y de una vinícola que fabricaba el brandy y el anís denominados Batopilas que fueron muy famosos.
El C.P. Jesús Héctor de la Garza Villarreal, copropietario del Hotel Palacio Real, narra que Rodríguez Rincón trajo arquitectos de España para que diseñaran los planos originales del hotel. Comentó que la construcción está totalmente sana, reúne las condiciones que exige la modernidad.
Refirió que su fundador le dio el nombre de Hotel Elvira, en honor a su esposa Elvira Ramírez, quien era nativa de Batopilas, Chihuahua. Sus posteriores propietarios le cambiarían esa denominación por la de Hotel Palacio Real.
"La cantera rosa que luce su fachada fue traída del Estado de Durango, al colocarla la pintaron con polvo extraído de este material, por eso su exterior luce ese color. A mediados de la década de los años sesenta, el hotel fue adquirido por los hermanos Elías y Juan Murra Marcos, quienes luego lo venderían a la familia De la Garza Villarreal en 1972; la compraventa la formalizó el notario público Matías L. Carmona", afirmó el entrevistado.
Dijo, además, que el gran candil que luce la recepción es una réplica de un candil que está instalado en uno de los elegantes salones del Palacio Real de Madrid.
De la Garza Villarreal recordó que en la planta baja del hotel por la calle Valdez Carrillo, funcionó la nevería Martín que fue propiedad del comerciante español Martín Gómez, quien vendía aparte de una deliciosa nieve de diferentes sabores, chocolates, finos puros y revistas.
LOS MOTIVOS
Considera que el cierre del hotel podría ser temporal, pues sus propietarios están contemplando una posible remodelación del mismo, señaló otros factores que incidieron en el cierre como la drástica caída del comercio en el Centro Histórico de Torreón.
El copropietario del Hotel Palacio Real, manifestó: "Veo muchos inmuebles cerrados o semivacíos como los edificios González Cárdenas, El Algodonero, el que albergó al banco Bital en Juárez y Rodríguez, los pisos superiores del Skotia Bank frente a la Plaza de Armas y los locales ubicados en una de las esquinas de Hidalgo e Ildefonso Fuentes".
Abundó en detalles: "existen otros edificios que fueron departamentos y están abandonados. Los hay que eran hoteles y lucen desoladas sus plantas altas como el Hotel Naves y el Howard Johnson (antes Hotel Salvador), por la avenida Hidalgo; todos ellos tienen años así".
Al ser cuestionado sobre el polémico Paseo Morelos, realizado por la administración municipal saliente, respondió: "Este proyecto no logró sus objetivos de expansión comercial y de incrementar el número de paseantes que lo visitara. Ha decaído dramáticamente el comercio tradicional de la Morelos, estos señalamientos los hemos hecho a la prensa, la comunidad de vecinos, han cerrado muchos negocios. La clausura de la doble circulación de vehículos y la falta de estacionamiento nos dañó".
ANÉCDOTAS POLÍTICAS
En el Hotel Palacio Real se hospedó en 1976, José López Portillo cuando fue candidato del PRI a presidencia de la república, estuvo acompañado por Porfirio Muñoz Ledo y Alfonso Martínez Domínguez, entre otros importantes políticos.
De la Garza Villarreal, relata: "El último día de su estancia en nuestro hotel vinieron a despedir al candidato priista cientos de personas, López Portillo, al ver al líder campesino Arturo Orona, le preguntó:
´¿Y mis nueces don Arturo?
-Ya están en su avión, -le respondió Orona".
Cita la época cuando el hotel gozaba de las preferencias de los gobernadores: "Aquí hospedamos varias veces a Óscar Flores Tapia y José de Las Fuentes Rodríguez de Coahuila, también atendimos a Héctor Mayagoitia Domínguez de Durango. Del mismo modo recibimos a Fernando Pámanes Escobedo y José Guadalupe Cervantes Corona, de Zacatecas, así como a Antonio Toledo Corro de Sinaloa".
HOTEL DE CÉLEBRES ARTISTAS
De la Garza Villarreal comenta que este emblemático edificio de Torreón, posee una interesante carga de historias y anécdotas por los afamados artistas que allí se hospedaron como Cantinflas, Dolores del Río, Juan Gabriel, Lola Beltrán, Carmen Montejo, Guillermo Capetillo y los toreros Manuel Benítez "El Cordobés" y Eloy Cavazos, entre otras figuras del espectáculo.
Martha Pichardo Alvarado, laboró como cajera del Restaurante La Rambla que se localizaba en la esquina noreste del crucero de avenida Morelos y calle Cepeda (Edificio Esparza), y que luego se cambió al Edificio González Cárdenas. Relató: "En La Rambla desayunaron Cantinflas, Pedro Armendáriz y Rosita Quintana, llegaron al Hotel Elvira".
Agrega a sus ochenta y cinco años de vida: "También fue huésped de ese hotel Lola Beltrán, corrió el comentario que bajó al Bar Elvira que estaba por la calle Valdez Carrillo en el subterráneo, donde bebió abundantes copas porque la había dejado su esposo el torero Alfredo Leal del que estaba muy enamorada".
José Luis Galván Hernández, empleado desde 1964 de la Bolería Chabelo, ubicada en la Plaza de Armas, comenta que en el Hotel Elvira vio a la actriz Lilia Prado. Y relata con una sonrisa: "También allí se hospedaron y conocí a las famosas estrellas hollywoodenses, John Wayne y Katharine Hepburn, cuando vinieron a filmar una película en parajes naturales de La Laguna de Durango".
María de la Luz Rojas Cid, vendedora de periódicos y revistas desde hace más de cincuenta años en la Plaza de Armas, rememora que en el multicitado hotel conoció a los cantantes Enrique Guzmán y César Costa. Y concluyó: "También estuvo Dámaso Pérez Prado, lo divisé cuando vino a comer al restaurante Apolo Palacio, estaba frente a mi negocio".
UN PIANO PARA LA SEÑORA LÓPEZ PORTILLO
Jesús Héctor De la Garza Villarreal, recuerda cuando en su calidad de primera dama de México se hospedó en el Hotel Palacio Real, Carmen Romano de López Portillo. Fue famosa por sus caprichos suntuarios.
"Nos pidieron permiso para instalar un piano en la suite que ocupó la esposa del presidente; decían lo tocaba a diario. Se tuvo que demoler una pared exterior para colocarlo, fue toda una faena porque se requirió el servicio de una grúa, así fue llevado a un piso superior. Desde luego, nos repusieron la pared", expresó.
INOLVIDABLES TARDEADAS DEL ROOF GARDEN
Gloria Humphrey de Ruiz, a sus setenta y nueve años de edad, recuerda los felices días de su juventud que vivió en el Roof Garden del Hotel Elvira, en la década de los cincuenta y así lo describió:
"Este centro social estaba en el último piso que tiene una hermosa vista panorámica de Torreón, eran unas agradables tardeadas que iniciaban a las cinco de la tarde y concluían a las diez u once de la noche, convivíamos con los muchachos".
Narró que era un sitio frecuentado por sus amigas y las menciona: "Conviví con María Rosa Bredee Ortiz, Cristina Rodríguez, Magdalena Rodríguez Cavazos, María Beatriz Castillón Vega, María Luisa (La Nena) Estrada González, Banchis De la Garza Villarreal, Guadalupe González Ugarte, Elvia Luisa Cavazos Rodríguez, Martha Valencia García, Olga Morales, Patricia de la Peña y mis hermanas Aurora (La Rorris) y Ruth (La Tuti), entre muchas torreonenses".
EL RESTAURANTE DEL HOTEL ELVIRA Y LA PLAZA DE ARMAS
Esther González Navarro, evoca: "En el restaurante del Hotel Elvira había una rockola, si a un joven le gustaba una muchacha, escogía una pieza musical y se la dedicaba".
Nostálgica, detalla: "Eran los inolvidables días en que la dorada juventud de Torreón daba vueltas a la plaza. Los hombres caminaban en un sentido, las mujeres hacían lo mismo, pero en sentido contrario, si un varón deseaba cortejar a una dama le ofrecía una orquídea; allí nacieron noviazgos y matrimonios".