Se trata de una de las obras 'más interesantes y extraordinarias' de las creaciones del genio de Urbino, y lo es, en parte, porque 'certifica su paso del mundo florentino al romano'. (EFE)
Realizada por el pintor renacentista Rafael, y considerada como la primera que ejecutó el artista en la capital italiana de Roma, La Virgen de Esterházy, una de las obras más delicadas y sentimentales del creador, es la obra de la semana elegida para dar gusto a todos los amantes del arte y para quienes buscan ampliar su conocimiento cultural.
La pieza fue elegida también debido a que fue noticia recientemente debido a que Roma la "recuperó" temporalmente.
Realizada hacia 1508, cuando a la edad de 25 años llegó a Roma, la obra es "seguramente la primera de Rafael en Roma", destaca Flaminia Gennari Santori, directora de la Galería Nacional de arte del Palacio Barberini, de cuyas paredes colgará hasta el ocho de abril.
La comisaria de la muestra, Cinzia Ammannato, explico que las ruinas romanas que se vislumbran al fondo de la obra, y que no figuraban en los dibujos preparativos, sugieren que el trabajo fue planeado en Florencia, pero inmediatamente completado tras la llegada del artista a Roma.
Robada del museo de Budapest junto con otros trabajos el 5 de noviembre de 1983, la pintura fue hallada poco después por los carabineros italianos en un monasterio griego abandonado cerca de la localidad de Aigio, recuerda Ammannato.
Pocos detalles se conocen de cómo se pudo averiguar su paradero, pero las indagaciones partieron "seguramente, y como siempre, de la pista ofrecida por alguien", apunta.
Ningún misterio rodea, por el contrario, al estado en que fue recuperada la tabla: "rota", explica la encargada de la exposición.
Recompuesta y restituida al museo húngaro del que fue sustraída, esta pequeña tabla del maestro del Renacimiento, pintada al temple y óleo, y con unas medidas de 28.5 x 21.5 centímetros, vuelve así al que parece ser el lugar en el que fue creada.
Asegurada en 35 millones de euros (43.3 millones de dólares), la obra se presenta al público incrustada en un ancho y robusto marco dorado al que recubre una caja de metacrilato, una estructura que "la protege y le garantiza la climatización", pues "cuestión peligrosa para las obras de arte son los cambios de temperatura", indica Ammannato.
No es la primera vez que esta representación de La Virgen y el niño con San Juan Bautista, nombre por el que también es conocida la pintura, pisa suelo italiano, pues desde Budapest también viajó hasta Milán (norte) en 2014.
En cualquier caso, sí se trata de una de las obras "más interesantes y extraordinarias" de las creaciones del genio de Urbino, y lo es, en parte, porque "certifica su paso del mundo florentino al romano", subraya Gennari Santori.
"Una obra muy importante, no solamente en la producción de Rafael, sino para la historia del arte", según remarca en este sentido Ammannato, para quien, junto a la "muy elevada" calidad pictórica que posee la obra, es, en la "poética intimista, afectiva y emotiva" que transmite, donde reside su gran belleza.
"Es la imagen de un entorno familiar. De un madre que protege a su hijo en brazos", describe la comisaria, una pintura en cuya composición domina la armonía en la gestualidad de los personajes.
Y agrega que, a su juicio, es "una de las obras más delicadas y sentimentales de Rafael".
El préstamo del lienzo se enmarca en una política de intercambio con otros museos nacionales e internacionales, y su presentación responde también a una estrategia del museo romano por "exponer pequeñas muestras pero muy centradas" con las que se abran también sus archivos, explica su directora.
Así, en la misma sala que puede verse La Virgen de Esterházy se exponen, además del dibujo que trazó el pintor antes de ejecutar el cuadro, otras tres obras que guardan relación con la misma.
Una reproducción de La Fornarina realizada por su predilecto alumno Giulio Romano, otra que refiere a La Virgen de Loreto (Madonna del velo), atribuida a Danielle da Volterra, y una imitación a la Virgen de los claveles (Madonna del Garofano).