Foto: EFE/Alex Cruz
Dedicado, con el olfato del periodista de investigación, a seguir casos de narcotráfico, injusticia, inseguridad y corrupción, el periodista mexicano Ricardo Ravelo es autor de ocho libros e innumerables reportajes que han desnudado al México oscuro del que muchos no hablan. En su más reciente publicación, Los incómodos, bajo el sello editorial Temas de Hoy, de la colección Historia y Sociedad de Grupo Planeta, ofrece una extensa radiografía de los casos de corrupción que han dejado en evidencia el poder político mal ejercido desde los estados.
¿Qué tienen en común una persona que ha sido llamada 'capo de las drogas', una que soslayó incontables asesinatos, otra que desvió más de 80 mil millones de pesos del erario y una más que llegó al poder gracias a la maquinaria política del narcotráfico? Sencillo: todos fueron gobernadores. Ahora detenidos y procesados, Tomás Yarrington (Tamaulipas, 1999-2005), Eugenio Hernández (Tamaulipas, 2005-2010), Javier Duarte (Veracruz, 2010-2016) y Roberto Borge (Quintana Roo, 2011-2016) constituyen una casta que utilizó el poder político y la confianza popular para satisfacer los más descabellados caprichos, vivir con escandalosa opulencia y satisfacer cualquier tipo de excesos. Todo gracias a los recursos de las entidades, a costillas del pueblo al que dejaron en llamas.
La astucia, sin duda, es necesaria para sostener el teatro que montaron por gobierno, pero estratagemas del calibre de las contenidas en este libro requieren maldad. La investigación exhaustiva que presenta el autor revela datos y declaraciones sobre momentos cruciales en que las administraciones de estos personajes se volcaron en un perfecto desastre. Una vez más, y de forma lamentable, la realidad supera a la ficción. La historia de sus mandatos es la de nuestros gobiernos recientes, esa triste memoria nacional que quedará. Helos aquí, consumados villanos de estados a los que manosearon a voluntad, los incómodos, esa estirpe ingobernable.
¿Un libro para reflexionar en tiempos electorales?
Sin duda. Las historias abordadas en este libro permiten que los lectores puedan ahondar y reflexionar sobre qué tipo de gobernantes hemos tenido y tenemos en el país. La idea es que sirva también para que la sociedad madure un poco más y que al momento de emitir su voto lo haga con una profunda conciencia de lo que va a decidir y por quién va a votar. Ese es uno de los objetivos del libro.
Foto: EFE/Alex Cruz
Son casos que has abordado en varios reportajes, ¿hay contenido complementario?
Mucha de la información, en efecto, ha sido publicada en varios medios, es de conocimiento publico, pero el trabajo del libro en realidad abunda en los expedientes, así como en las investigaciones ministeriales que se realizaron en la Procuraduría General de la República (PGR) y en la corte de Texas. Hay elementos adicionales que, por ejemplo, en los casos de Tomás Yarrington y Eugenio Hernández, robustecen más las investigaciones; hay declaraciones que no se conocían, historias muy interesantes de lo que ocurrió en esos gobiernos tamaulipecos y, sobre todo, hay ampliaciones de las declaraciones de los testigos protegidos que rindieron declaración en Estados Unidos para complementar los expedientes. Me parece que hay elementos adicionales que le dan un peso especifico a cada una de las historias.
¿Tamaulipas es el reflejo de doce años de impunidad?
Si analizamos el gobierno de Eugenio Hernández, hallamos un sexenio de continuidad. Fueron doce años en los que se consolida un proyecto político criminal, donde aparecen dos carteles (zetas y golfos) muy fortalecidos, pero, sin dudas, son dos gobiernos (Yarrington y Hernández) con un mismo esquema de operación. De alguna manera también podría decir que ambos llegaron financiados por el crimen organizado, trabajaron para el crimen organizado y, además, desarrollaron las mismas practicas de enriquecimiento, cobrando al crimen organizado para dejarlos operar y moviendo millones de dólares a través de testaferros. Ambos adquirieron propiedades dentro y fuera de México. Son dos sexenios que en realidad son muy parecidos, con un mismo modus operandi, como también fueron muy similares los gobiernos de Roberto Borge y de Javier Duarte.
¿Existe una diferencia entre los gobiernos del sur con los del norte? ¿Son unos más cercanos al crimen organizado y otros al desfalco?
En efecto, tienes toda la razón. Hay gobernadores, de los que yo abordo en el libro, donde predominan las tareas criminales, que son Yarrington y Hernández; y otros donde se imponen como prácticas gubernamentales todas las operaciones de saqueo, desvíos de recursos, el tráfico de influencias, un enriquecimiento desde las finanzas publicas, que son los casos de Veracruz y Quintana Roo.
En el caso de estos dos últimos el esquema fue crear empresas para darles contratos que no cumplieron pero cobraron, por ello compraron propiedades dentro y fuera de México, se enriquecieron de manera descomunal. Tengo que decir y subrayar que la PGR no integró carpetas por delincuencia organizada ni en el caso de Borge, ni en el caso de Duarte.
Foto: EFE/Alex Cruz
¿Cuatro gobernadores llevaron al PRI a una crisis de credibilidad?
Contribuyeron, sin duda. No podemos decir que son la única causa, pero, sin minimizar a otros, son parte de los casos más escandalosos en la historia del PRI. En la historia más reciente, me parece brutal el golpe que estos políticos le dan al corazón del PRI, en su momento fueron considerados el prototipo de un nuevo PRI, como lo dijo el propio presidente del país, Enrique Peña Nieto, al inicio de su sexenio. Terminaron encarcelados y desprestigiados, y le pegaron a su partido político, le dieron un golpe que lo tiene bastante doblado frente a la elección que viene y que, de cierta forma, ha logrado que su precandidato a la próxima elección presidencial, José Antonio Meade, no esté teniendo la aceptación que se esperaba.
¿Qué crees que haya detonado que ahora sí se ventilen estos casos?
Parece que hay varios aspectos. Uno, la exigencia social, la presión social y la internacional derivaron en que se tomara la decisión de procesar a estos políticos. Dos, no hay que soslayar toda la información que se empezó a mover a través de las redes sociales. En el momento que se empezaron a hacer encuestas para la elección anterior, me refiero a la de 2016, se fueron constituyendo números rojos para el PRI en distintos estados de la República. Obviamente se comenzó a considerar que, en estos niveles a la baja registrados por el partido en el poder, mucho tenían que ver, si no es que eran la razón de ello, los malos gobiernos que estaban ejerciendo estos personajes.
Claro que a ellos se les protegió hasta el límite de las posibilidades. En más de una ocasión hubo sugerencias para que se aplicara la ley en otros momentos de este sexenio, pero el presidente se opuso a ello, según se sabe, por temor a que se desatara un escándalo mayor, aguantaron todas estas decisiones hasta que finalmente se impuso la necesidad de llevarlos a juicio porque, se dijo, de otra manera estaba afectando la imagen presidencial, pues se le señalaba como la tapadera de la corrupción de los gobernadores.
Me parece que son muchos factores. La elección anterior se pierde en la mayoría de los estados y, de acuerdo con el balance que dio a conocer Manlio Fabio Beltrones, presidente del partido en ese momento, un factor fundamental de la derrota fueron las malas administraciones que llevaron a cabo los gobernadores.
Presentación del libro NarcoMex, historia e historias de una Guerra de Ricardo Ravelo en la XIII Feria Internacional del Libro del Zócalo de la Ciudad de México. Foto: Marla Cepeda/Secretaria de Cultura
¿Cómo definir a estos personajes que se enriquecen y no lo ocultan?
Cayeron en el descaro. No tuvieron escrúpulos, ningún aseo en sus malos manejos financieros y de gobierno. Me parece que hay un factor que detonó esta orgía de corrupción. Concretamente, tengo que señalar que fue el financiamiento de la campaña de Peña Nieto en 2012, cuando estos gobernadores le aportan dinero al presidente para la campaña. En el caso de Borge tengo entendido que entregó como 1 mil 200 millones de pesos; Duarte, dicho por él en privado según fuentes, entregó 3 mil millones de pesos.
A partir de eso, fuentes políticas a las que consulté me dijeron (todos coinciden) que estas aportaciones los hicieron pensar que estaban blindados, que nunca habría proceso en su contra, además los hizo sentir parte de una relación de contubernio con el presidente, lo cual me parece que derivó en un absoluto libertinaje para gobernar y robar, para desviar dinero y todo lo que sabemos que ocurrió en sus estados. En Quintana Roo, me dijeron, los primeros tres años de gobierno no fueron tan malos, incluso la deuda publica no creció tanto, pero a partir del primer tramo de gobierno federal se disparó la corrupción, el dispendio y comenzó el escándalo del desvío financiero.
Me parece que el caso Chihuahua da sentido a esta maquinaria electoral de los estados, cuya operación suponíamos y ahora quedó evidenciada. La forma de desviar recursos en Veracruz y Quintana Roo, coincide con lo que hoy sabemos del gobierno de César Duarte en Chihuahua; claro, una parte para financiar campañas, pero otra para beneficio propio.
En el entramado de la corrupción las figuras visibles son los gobernadores, pero no operan solos, hay empresarios, bancos y cómplices.
Yo creo que sí. La propia autoridad tiene que seguir con las investigaciones. En el caso de Javier Duarte ya están en la cárcel muchos excolaboradores, algunos prestanombres están siendo perseguidos, andan escondidos en Canadá, Inglaterra, España. Son investigaciones que tienen que agotarse con todos los elementos posibles porque el quebranto, en todos los casos, es muy serio. Hay personas libres, impunes, y como bien señalas, muchos empresarios que estaban coludidos con ellos, recibieron muchos beneficios y no han sido molestados, esto es tarea de la PGR.
El caso escándalo es el de la esposa de Javier Duarte, Karime Macias, una señora que en Veracruz todo el mundo afirma, incluso gente y funcionarios muy allegados al gobierno, que era ella la que tomaba a su cargo el manejo de los recursos. Comprar inmuebles, invertir en acciones de empresas de Europa, construir hoteles, quien movía todo eso era ella, y la PGR no la ha molestado, vive muy tranquila en Londres.
¿Hubo un arreglo con el exgobernador Duarte?
Es probable. Pero no sólo en ese sentido, hay arreglos con ellos mismos. Las detenciones, se sabe, fueron acordadas y estas situaciones son muy difíciles. Por eso hoy existe una fuerte sospecha sobre la probabilidad de que al final del sexenio puedan salir libres Borge y Duarte. Me parece que la integración de las carpetas de investigación por parte de la PGR está dejando muchos huecos, muchos vericuetos que la defensa puede utilizar para que queden libres. Esperamos que la justicia se aplique y pueda llegar una sentencia ejemplar.
¿Gobernadores que te hubiese gustado abordar quedaron fuera del libro?
Hay una segunda entrega, posiblemente saldrá por el mes de abril, con otros exmandatarios, algunos sujetos a juicio, otros prófugos y otros que quizás puedan entrar en problemas legales muy pronto.
¿Cuántas barreras se tienen que saltar para investigar estos temas?
Es muy difícil, uno de los problemas en México es poder acceder a las carpetas de investigación, sobre todo cuando los procesos están en curso. Fue un trabajo de acopio, de mucha consulta informativa con fiscales, abogados, con algunos de los implicados en estos casos, un poco de acá, otro poco de allá, para moldear el libro. Uno de los casos más complicados fue el de Borge, había mucho silencio en Quintana Roo. Sin embargo, las personas que interpusieron las denuncias fueron fuentes importantes para conocer pormenores del caso.
La consulta de los expedientes en los casos de Yarrington y Hernández fue más fácil porque en Estados Unidos la información es abierta. En México sí hubo muchas trabas para acceder a los expedientes porque en la PGR, como era obvio, no los querían abrir, ni siquiera permitir consultarlos. Fue un trabajo complicado. Lo que siguió fue darle forma a manera ya de reportaje, ya de crónica, para tener en un capítulo un resumen lo más puntual posible de lo que fue un sexenio fatídico en cada uno de estos casos.
Twitter: @uyohan