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Buenos hábitos, importantes desde pequeños

Cuando los adolescentes tienen reglas de alimentación orientadas a la salud desde sus primeros años de vida en el hogar, es factible que coman de manera saludable a futuro. (ARCHIVO)

Cuando los adolescentes tienen reglas de alimentación orientadas a la salud desde sus primeros años de vida en el hogar, es factible que coman de manera saludable a futuro. (ARCHIVO)

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Un equipo de investigadores estadounidenses realizaron un estudio en el que identificaron que, cuando los adolescentes tienen reglas de alimentación orientadas a la salud desde sus primeros años de vida en el hogar, es factible que coman de manera saludable a futuro.

Los resultados son importantes para los padres que quieren que sus hijos coman frutas y verduras, pues son hábitos que se pueden crear desde los primeros años de vida.

Las especialistas de la Universidad de Stanford, Jennifer Wang y Priya Fielding-Singh, comentaron que es importante que los padres comprendan que tener normas alimentarias puede ayudar a fomentar una nutrición saludable.

Ambas explicaron que cuando los padres permiten la comida chatarra para ocasiones especiales o que un vegetal se debe comer en la cena, puede ser eficaz porque enfatizan la importancia de considerar la salud al elegir alimentos.

Para comprender mejor las elecciones de alimentos independientes de los adolescentes, Fielding-Singh y Wang realizaron una encuesta a mil 246 adolescentes, de una escuela secundaria del Área de la Bahía de San Francisco, Estados Unidos.

Se les preguntó a los estudiantes sobre sus creencias y comportamientos dietéticos, y también sobre sus percepciones de las actitudes y prácticas de los padres relacionadas con los alimentos.

En un comunicado de la Universidad de Stanford, la investigadora Fielding-Singh afirmó que los estudiantes que participaron en el estudio entendieron qué alimentos eran saludables y no saludables.

“Nosotros, los adultos, tendemos a subestimar lo conscientes que son los adolescentes de lo que consumen”, mencionó Fielding-Singh.

Pero ambas especialistas querían saber algo más que lo que los adolescentes pensaban sobre la comida, tenían curiosidad por saber cómo se comportaron realmente los adolescentes cuando pensaban que sus padres no los estaban mirando.

“Queríamos ver cómo los adolescentes hacen elecciones de alimentos cuando están solos”, especificó Fielding-Singh.

Por lo que integraron un experimento controlado dentro de su estudio: al comienzo de la encuesta, se les dijo a los estudiantes de secundaria que su participación automáticamente los inscribía en un sorteo donde podían ganar dos bocadillos de su elección para recoger de la oficina de la escuela la semana siguiente.

Ni los estudiantes ni los maestros, sabían que la rifa de bocadillos era parte del experimento de los investigadores. A partir de ese momento, los investigadores corrieron varias condiciones para manipular si los adolescentes pensaban que sus padres tendrían que aprobar sus opciones de meriendas.

En una condición, se les dijo a los estudiantes que necesitarían la aprobación de los padres antes de poder recoger sus bocadillos y en otra condición, se les dijo a los estudiantes que no necesitarían la aprobación de sus padres para recoger sus bocadillos.

A los estudiantes se les mostraron 10 refrigerios, cinco de los cuales eran más saludables y cinco de los cuales eran menos saludables; después, se les pidió a los estudiantes que eligieran dos meriendas.

Wang y Fielding-Singh descubrieron que los adolescentes que informaron tener al menos una regla de alimentación orientada a la salud en el hogar tenían más probabilidades de elegir un refrigerio más saludable, independiente de la supervisión de los padres que percibieran.

Además, los estudiantes con una regla de alimentación orientada adecuadamente, informaron que tenían más probabilidades de sentirse bien cuando tomaban decisiones saludables y se sentían mal cuando tomaban alimentos no saludables.

“Estos resultados sugieren que las reglas alimentarias que los padres tienen en casa pueden continuar moldeando el comportamiento de sus adolescentes, incluso cuando los padres no están supervisando activamente", apuntó Wang.

De acuerdo con investigaciones previas, encontraron que el sexo, la edad y la educación de los padres desempeñaban un papel en las decisiones de alimentación saludable: ser mujeres, en un grado superior y tener un padre con mayores niveles de educación, aumentaba las posibilidades de un adolescente de elegir bocadillos más saludables.

Sin embargo, un hallazgo que surgió de su estudio fue que una regla de alimentación orientada a la salud tuvo un efecto tan grande como la educación de los padres sobre la elección de los alimentos.

“Teniendo en cuenta los desafíos que enfrentan los padres para que los niños coman de forma más saludable, nuestros hallazgos son esperanzadores. Tener una regla de alimentación orientada a la salud en el hogar puede brindarles a los niños una hoja de ruta para tomar decisiones más saludables sobre los alimentos cuando están solos”, enfatizó Fielding-Singh.

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Escrito en: alimentación nutrición

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