Peritaje. La noche del 26 de septiembre de 2014, al menos tres fusiles H&K fueron disparados, según peritos de la PGR. (EFE)
Durante la investigación sobre la desaparición de los estudiantes de Ayotzinapa, el Ejército destruyó las armas alemanas Heckler & Koch (H&K) que habían sido decomisadas a la policía municipal de Iguala en Guerrero.
El diario Reforma señala que 16 fusiles modelo G36, fueron destruidos por el Primer Batallón de Materiales de Guerra, ubicado en Santa Lucía, Estado de México; según informó la Sedena en enero de 2017 en el expediente AP/PGR/SDHPDSC/OI/001 /2015.
Peritos de la PGR determinaron que la noche del 26 de septiembre tres fusiles alemanes fueron disparados en el cruce de calles donde fue herido Aldo Gutiérrez, normalista que permance en coma por el balazo.
Durante su estadía el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) recomdenó que se realizaran pruebas de balística a las armas de las corporaciones que intervinieron en los hechos de 2014.
Apenas el pasado miércoles, se reveló que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en su informe de seguimiento al Caso Iguala señalaba que uno de los fusiles estuvo asignado a una agente municipal, actualemente detenida.
El informe también cuestiona la destrucción de evidencia de personas privadas de su libertad por el caso, ya que podría considerarse una grave falta en el cuidado de las pruebas que implican a los responsables. Por lo que la CIDH dará seguimiento al tema.
Por su parte el gobierno federal pidió a la CIDH precisión en las cuestiones para aclarar el punto.
Previamente Reforma había publicado en mayo que a través del Ejército mexicano la empresa Heckler & Koch (H&K) logró "colocar" sus armas en Guerrero, Chihuahua, Jalisco y Chiapas, a pesar de que Alemania lo prohíbe ya que las considera zonas de conflicto.
Entre 2005 y 2011 dichos estados pagaron a la Sedena 98.3 millones de pesos por 5 mil fusiles de distintos modelos que el mismo Ejército había comprado a H&K.
La aparición de dichas armas en el caso de los estudiantes de Ayotzinapa reactivó en Alemania un proceso legal contra el fabricante.