Parroquia de Asunción. Foto: Puebla.travel
Ideal para los viajeros atraídos por el ecoturismo y las actividades al aire libre, es un mágico lugar enclavado en la Sierra Norte de Puebla. Un municipio que recibe a sus invitados con una variada gastronomía y una oferta cultural, artesanal y hotelera para todos los gustos y presupuestos.
Con una vegetación envidiable, Tetela de Ocampo está ubicada en la carretera interserrana que comunica Chignahuapan con Zacapoaxtla; allí se promueven a los turistas nacionales y extranjeros extensas caminatas, muchas de las cuales buscan difundir el conocimiento de los principales atractivos del municipio, pero también la convivencia familiar y en pareja. Así como su variedad de pinos, como de asociaciones de pino-encino, pino colorado, lacia y ayacahuite, encino colorado, cesante y oyamel.
Su nombre proviene de las raíces náhuatl: tetl, cerro; tla, partícula abundancial, que quiere decir "abundancia de cerros" o "donde hay teteles". Es decir montículos que contienen tesoros enterrados. Fue fundada en 1219 por cuatro tribus chichimecas que venían por el poniente, adoradores del Huitzilopochtlí, que combatían en las Xochiyaótl (guerras floridas), con Zacatlán y Tlaxcala.
PARA VISITAR
Durante el viaje se pueden visitar las cascadas de Aconco, a 45 minutos del centro de Tetela. Los cuerpos de agua rompen en pozas cristalinas donde está permitido nadar. Las cascadas se pueden descender en rappel o volar sobre ellas en una tirolesa. Las Grutas de Acocomoca están un poco más retiradas, pero valen la pena. Con casco y linterna se exploran las entrañas de la tierra, así mismo hay salones con formaciones rocosas.
Mirador Tatzalan. Foto: Puebla.travel
En el pueblo, se debe visitar la Parroquia de Nuestra Señora de Asunción, construida en el Siglo XVI, con una atractiva arquitectura y una interesante colección de arte barroco. En el centro también se puede visitar el museo Los Tres Juanes, en honor a los generales que encabezaron la lucha contra la Intervención Francesa, donde hay un acervo que incluye las banderas del Ejército de Oriente, y objetos pertenecientes a los soldados que participaron en las batallas de 1862 y que correspondían a los municipios de Tetela de Ocampo, Xochiapulco y Cuautempan.
Al igual que las Grutas de Carreragco, que se encuentran a una hora de camino por terracería rumbo a Zacapoaxtla, las Grutas de Nanahuatzingo, se localizan a 15 minutos de camino por carretera y pedazos de tierra en cuapacingo; y las Grutas de Tempextla, se encuentra a hora y media por tierra de Puente Seco.
MÁS ATRACCIONES
Otro imperdible es contemplar el amanecer desde El Zotolo, un cerro con casi tres mil metros de altura, desde el cual se admira el Pico de Orizaba y algunos pueblos de Veracruz.
Amanecer desde El Zotolo. Foto: Puebla.travel
Los viajeros pueden llevarse un buen recuerdo de este municipio poblano, artesanías elaboradas en telares de cintura, en las cuales se manufacturan cobijas y cotorinas de lana. Así mismo se encuentran una gran variedad de talleres de forja donde se elaboran herraduras, azadones, picos y talachos; se teje la palma, se trabaja el carrizo y se producen cucharas de madera y mangos para herramientas y se fabrican romanas para pesar.
Para consentir el paladar, es obligatorio probar el tesmole (semejante al mole de olla), las gorditas del alberjón y el pan de queso, algunos de los platillos más tradicionales, aunados a un menú que también incluye la salsa serrana con huevo y la salsa de chile serrano; mole poblano, escamoles, tlatloyos, quesadillas, chalupas y las "mariquitas".
Entre la variedad de dulces están los higos y calabaza cristalizados, marquezote, jamoncillo, galletas, polvorones y macarrón, y se puede beber vino de huiquiño, manzana, mora, ciruela, durazno, naranja, capulín, nuez y "Juan Francisco".
Uno de los mayores atractivos de este pueblo del centro del país, es que puede llegar desde la capital en menos de dos horas, y los turistas encuentran una oferta hotelera que incluye las Cabañas Campo Real, donde la noche cuesta 250 pesos por persona.