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Las Islas Galápagos fueron decretadas Parque Nacional en 1959 a manera de celebración por el primer centenario de la publicación El origen de las especies de Charles Darwin, quien viajó al archipiélago e hizo de él un laboratorio al aire libre para desarrollar su teoría de la evolución por selección natural.
Los más buscados para fotografiar
Casi todas las especies de reptiles son endémicas de Galápagos, entre ellas, la iguana marina (si no la ves serpenteando en el agua, te la encontrarás en grupo, una encima de la otra) y sus primas: las iguanas terrestres que, según la isla donde se encuentren, son amarillas, rosas o azules. Abundan los lobos marinos; los pingüinos de Galápagos, en cambio, sólo se observan en ciertas islas como Fernandina, Floreana, Santiago y Bartolomé. Bajo el mar, el trofeo de cualquier buzo es el avistamiento de tiburones martillo. No pueden faltar las tortugas gigantes que se distribuyen en Santa Cruz, Isabela y San Cristóbal. Las fragatas, albatros y pájaros bobo son otro espectáculo.
Libre de bichos
Para evitar la entrada de especies invasoras que amenacen el ecosistema, sólo existen dos vías para llegar a Galápagos: por Quito e Iquitos. En ambos aeropuertos, el personal revisa las maletas para cerciorarse de que el pasajero no lleve consigo algún organismo. En el avión, la cabina es fumigada.
Cómo moverte
Puedes contratar tours por separado o tomar un crucero que recorre algunas islas durante varios días. Ésta es una de las mejores opciones, si quieres llegar a los sitios más alejados, aunque es la más costosa.
El origen de su nombre
Galápago es sinónimo de tortuga o un reptil parecido a ésta. Los españoles descubrieron las islas en 1535 y las bautizaron con ese nombre al ver las tortugas gigantes.
Hay que pagar tributo
En los aeropuertos de Quito o Iquitos, la Oficina del Consejo de Gobierno de Galápagos emite una Tarjeta de Control de Tránsito que cuesta 20 dólares por visitante. Además, para entrar a las islas, se debe pagar un tributo de ingreso por turista de 100 dólares, destinado a la conservación de los ecosistemas y al beneficio de la comunidad local.
Sigue las reglas
Para proteger estos ecosistemas tan frágiles, hay un reglamento que todo turista debe seguir: si quieres explorar las islas, es forzoso contratar a un guía naturalista autorizado; deja el lugar cómo lo encontraste: no tires basura, no te lleves piedritas, restos de coral, ni siquiera arena de recuerdo; procura mantenerte a dos metros de distancia de los animales; no los toques ni alimentes y no te salgas de los senderos marcados.
Dónde quedan
El archipiélago de las Galápagos es un tesoro ecuatoriano a 928 kilómetros de la costa continental, en el Pacífico. A estas mismas islas, en septiembre de 1835, llegó a bordo del Beagle un joven naturalista de nombre Charles Darwin para realizar un estudio biológico.
Reserva marina
Galápagos es uno de los mejores lugares de la Tierra para bucear. Bajo sus aguas, de 133 mil kilómetros cuadrados de extensión, se han avistado dos mil 900 especies, 25% de las cuales son endémicas. Entre ellas, hay 24 especies de mamíferos marinos como ballenas, delfines, lobos marinos y arrecifes de coral.
Un nativo emblemático
El 24 de junio murió el "Solitario George", la última tortuga gigante de la especie Chelonoidis abingdonii. Era uno de los habitantes de las Islas Galápagos más entrañables. Fue encontrado en la Isla Pinta en 1971, cuando se creía que su especie estaba extinta. Durante los 40 años que estuvo en cautiverio, los científicos se las ingeniaron para conseguir su reproducción, pero todo fue inútil. Ahora, se exhibe su cuerpo embalsamado en el Centro de Crianza de Tortugas Gigantes de la isla Santa Cruz. Murió alrededor de los 100 años.