De no tratarse, el sarampión puede tener complicaciones graves, incluso puede ser mortal. (ARCHIVO)
Según información de la Secretaría de Salud, el sarampión es una enfermedad viral que de no tratarse podría resultar mortal; sin embargo, puede prevenirse a través de la vacunación, sobre todo teniendo coberturas altas entre la población.
El grupo más vulnerable de adquirir esta enfermedad es el de los niños pequeños y las mujeres embarazadas que no han sido vacunados.
Los síntomas del sarampión, señala la institución federal, cambian conforme se desarrolla la enfermedad. El primer signo es la fiebre alta que dura entre 4 y 7 días, y se presenta después de 10 o 12 días de estar en contacto con el virus.
Durante la fase inicial del sarampión, puede haber congestión nasal, tos, ojos rojos y con secreciones y manchas blancas en la parte interior de las mejillas.
Posteriormente, se produce exantema, es decir, una erupción rojiza en la piel que dura de 5 a 6 días e inicia en la cara y parte superior del cuello, extendiéndose hasta cubrir el cuerpo en un periodo aproximado de 3 días y luego desaparece.
TRATAMIENTO Y PREVENCIÓN
No existe un tratamiento antiviral específico para el sarampión. No obstante, para evitar complicaciones graves, su atención incluye una nutrición adecuada, la ingesta de líquidos, el tratamiento de los cuadros de deshidratación, la prescripción de antibióticos en caso de ser necesarios (por infecciones de ojos, oídos o neumonía) y la suplementación de vitamina A. Este último, con un comprobado efecto para reducir la mortalidad.
De no tratarse, el sarampión puede tener complicaciones graves, incluso puede ser mortal.
Algunas de las complicaciones son neumonía, encefalitis, diarrea grave e infecciones del oído y respiratorias.
Para prevenirlo, la vacunación y la vigilancia epidemiológica son dos de las principales herramientas.