Se encuentran más de 10 mil migrantes que esperan a que se procesen sus casos para saber si procederán o no sus solicitudes de asilo. (ARCHIVO)
Al menos en tres puertos de entrada de Estados Unidos a México se encuentran más de 10 mil migrantes que esperan a que se procesen sus casos para saber si procederán o no sus solicitudes de asilo.
La medida tuvo un inicio en enero en San Diego y posteriormente se expandió a El Paso después de sobrevivir a una impugnación legal inicial de detractores que señalaban que la política era una violación a las protecciones que desde hace tiempo se les habían brindado a los solicitantes de asilo.
Ello ocurrió debido al esquema de los Protocolos de Protección al Migrante que inició Estados Unidos en el mes anteriormente señalado. La medida tenía como principio que todo migrante que fuera detenido por autoridades migratorias de la Unión Americana fuera regresado a México en espera de su audiencia.
El Gobierno estadounidense aún no ha indicado cuándo y dónde se expandirá la medida.
La administración federal de Trump espera que menos migrantes se presenten en la frontera a sabiendas de que tendrán que esperar en México.
Es muy pronto para determinar si la medida lo conseguirá, pero el creciente número de familias migrantes demuestra que aún no logra el efecto deseado. Los arrestos fronterizos alcanzaron su cifra más alta en 13 años en mayo pasado, y El Paso se acerca lentamente al Valle del Río Grande, Texas, como el principal corredor de cruces fronterizos ilegales del país, según informó la agencia AP.
Los solicitantes de asilo -y las ciudades mexicanas que los albergan- enfrentan un largo y creciente retraso en las cortes migratorias de Estados Unidos. Para algunos, podrían pasar años antes de que sus casos se resuelvan. En lo que eso sucede, los migrantes deben encontrar trabajo y enviar a sus hijos a la escuela.
Migrantes en el albergue El Buen Pastor, que fueron enviados de regreso a Ciudad Juárez el 23 de mayo, no recibieron una fecha de audiencia en El Paso sino hasta el próximo febrero. El reverendo Juan Ferro, quien administra el refugio metodista, dijo que ya no impone un límite de estadía de 15 días después de darse cuenta de que los migrantes podrían permanecer en la ciudad por mucho tiempo y sin muchas opciones.
Muchos dicen que se sienten inseguros esperando en México y han tenido problemas para ponerse en contacto con abogados estadounidenses que estén dispuestos a cruzar la frontera para darles asesoría legal.
La medida de aguardar en México se aplicó inicialmente a los adultos solteros, pero se expandió rápidamente para incluir a las familias completas, que representan más de la mitad de los arrestos efectuados por la Patrulla Fronteriza.