Hay 63 minerales claves para la industria y la economía de las corporaciones mineras estadounidenses (y canadienses), los cuales se extraen de 53 países. Por los tanto, sus Gobiernos despliegan una diplomacia económica con objetivos geopolíticos específicos, buscando asegurar condiciones geográficas, políticas y económicas ventajosas.
Hay 21 minerales (asbesto, cesio, fluorita, galio, grafito natural, indio, itrio, manganeso, mica, sienita, niobio, cuarzo, rubidio, escandio, estroncio, tántalo, talio, tierras raras, torio, trióxido de arsénico y vanadio) que los Estados Unidos no poseen, los cuales son fundamentales para su industria automotriz, aeronáutica y aeroespacial, farmacéutica, de equipos médicos, de construcción, papel, cemento, metalúrgica, de aleaciones, maquinaria industrial, vidrio, cerámica, turbinas, equipos militares, relojes atómicos, explosivos, telefonía celular, satélites, computadoras, televisores, combustible nuclear, filamentos de lámparas eléctricas, material cerámico de alta temperatura, lámparas electrónicas, lentes de alta calidad para instrumentos de precisión, electrodos especiales para soldadura y la construcción de reactores nucleares.
Si bien las actividades mineras siempre han acompañado el avance industrial -los nuevos usos y tecnologías, en particular en las industrias militar, electrónica y automotriz-, han provocado una mayor demanda mundial. Aunque las reservas son extensas, la explotación masiva e intensiva y un mayor almacenamiento conducen a un fenómeno de expansión y alza de precios, proliferando los conflictos sociales en torno a la minería en numerosos países y regiones. Por ello las grandes empresas mineras tienen enorme interés en los fondos marinos, lo cual plantea múltiples desafíos para los Estados y las relaciones internacionales. Depósitos minerales se encuentran en la superficie de todos los océanos, a distintas profundidades. Los más importantes por su potencial económico e industrial son aquellos yacimientos de minerales polimetálicos: nódulos de manganeso, costras de ferromanganeso ricas en cobalto y sulfuros hidrotermales polimetálicos. Estos se distribuyen a lo largo de todos los fondos oceánicos y contienen metales muy codiciados: hierro, manganeso, platino, níquel, oro, plata, titanio, cobre, mercurio y tierras raras. Sus concentraciones tienden a ser mucho más altas que en los yacimientos terrestres y las áreas que podrían ser explotadas son más extensas, ya que los mares y océanos cubren el 70 % del globo terráqueo.
Estas breves reflexiones buscan contribuir a enriquecer las discusiones en curso en el Legislativo y a las decisiones y acciones de política pública sobre la minería, en los tres niveles de Gobierno, superando una aparente inmediatez y miopía ante el declive circunstancial de las actividades mineras en México.