ILUSTRACIÓN: TOMÁS PALOMARES
Buscando complementar la celebración del Día del Padre y el Día de la Madre, países de todo el mundo celebran un día dedicado a los adultos mayores, particularmente a los abuelos, variando en las fechas. Chile fue el país que estuvo a la vanguardia en esta celebración en lo que respecta a América Latina.
En México, desde 1983, cada 28 de agosto, se festeja a los abuelos. La historia de la celebración se remonta a la presidencia de Lázaro Cárdenas, quien decidió designar un día para consentir a los grandes del hogar; también hay quienes aseguran que la tradición proviene de tiempos del Porfiriato, cuando los hacendados festejaban a los adultos mayores durante el día de San Agustín.
Una nueva versión indica que el Día del Abuelo se instituyó gracias al locutor Édgar Gaytán Monzón, en su programa de radio dedicado a recordar la música de tríos y boleros y que tenía como audiencia meta a los adultos mayores.
De acuerdo con las historias que se narran de manera extraoficial, se dice que a Édgar le llegaban comentarios de personas que todavía no pasaban los cuarenta años y ya eran abuelos, pero se sentían incómodos de ser felicitados el día del adulto mayor, razón por la cual surgió la idea de instituir en el país un día dedicado a quienes no tienen ya el título oficial de jefe de familia con los nietos, pero siguen brindando amor y protección paternal a éstos.
En la celebración se busca darle a los abuelos el lugar que merecen en el cuidado de la familia, recordar que son la semilla del fruto que ahora se tiene y no dejarlos fuera de las nuevas tareas que se adquirieron, pues su experiencia puede ser clave para su desarrollo.
También se invita a visitar a los abuelos olvidados en algún asilo de ancianos u hospital y en general a hacer un llamado social para no abandonar a las personas mayores, que bien pueden seguir siendo de utilidad en distintos aspectos.