Gran concierto. Los músicos regiomontanos tomaron el escenario para decir adiós y gracias a los laguneros que los acompañaron en la Avanzada Sinfónica.
Con gran expectativa acerca de este proyecto en el que se mezclaría lo sinfónico de la Camerata de Coahuila con otros géneros como el pop rock, el ska, el hip hop y el rap, los laguneros fueron llegando a una Plaza Mayor que poco a poco era abrazada por la noche.
En una rueda de prensa previa, integrantes de la Avanzada Sinfónica comentaron que se trata de un proyecto que resultó como experimento y que ha sido un éxito en las plataformas donde se han presentado. Comentaron que representa un tributo sinfónico a la avanzada regia y que les ha sorprendido que a las nuevas generaciones les esté interesando el movimiento que se creó a mediados de 1990. Y es precisamente de esa época que se consideró la elección de las canciones que son parte de esta mezcla de sonidos.
Casi al dar las 8:30 de la noche arrancó la avanzada que fue disfrutada por grupos de amigos, familias completas y parejas.
La sinfónica activó los instrumentos y ofreció a los asistentes un popurrí, momento que le dio pauta a que se parara sobre la plataforma Pato Machete, artista que prendió al público y que fusionó su propuesta junto a violines, flautas transversas y chelos.
Luego el estilo de Chetes le dio un toque romántico a la noche. Cantando canciones de Zurdok, banda de la que fue integrante, evocó a uno de los pioneros de la avanzada regia.
La palabra Inspector apareció en la pantalla gigante detrás del escenario y el público se volvió loco. Mediante gritos y chiflidos le dio la bienvenida a tres integrantes de la agrupación. Big Javy callaba unos segundos y el cielo ya oscuro de Torreón era invadido por la voz de cada lagunero que se dio cita en la Plaza Mayor.
Con su éxito Amargo Adiós, logró que el público no sólo no dejara de entonar cada estrofa sino que le pidiera entusiasmado que se quedaran un poco más.
Después, Jonaz subió al escenario. Los arreglos sinfónicos fueron los protagonistas durante su participación. Fue así que la combinación de una canción como Mr. P. Mosh con las manos expertas de los músicos resultó un gran deleite al oído.
El público no decaía. Con movimientos rítmicos de sus pies y sus celulares apuntando al escenario frente a ellos, estaban listos para recibir al próximo artista. Gilberto Cerezo y Omar Góngora, integrantes de Kinky, tomaron sus puestos. Gil acompañó su interpretación con bailes improvisados que ocasionaron gritos y bullicio entre los asistentes. Comentó que la ciudad lagunera le trae muy gratos recuerdos y agradeció el apoyo.
Los laguneros guardaron silencio porque presentían que el final se acercaba. El Gran Silencio se unió a los integrantes de la Camerata y éstos arrojaron sus partituras para dejarse envolver por la música de la agrupación. Con los primeros acordes de Chúntaro Style, ninguna silla quedó ocupada, todos estaban parados cantando al unísono y bailando sin parar.
Cada artista regresó al escenario a interpretar una última canción, un grato regalo muy bien recibido por el público.
Cabe destacar que en algunas intervenciones la sinfónica no era muy identificable y las canciones sonaron igual.
A pesar de ello esta nueva propuesta fue bien recibida por los laguneros que no dejaron de solicitar una última canción.