La forma bubónica es ocasionada por la picadura de pulgas infectadas. (ARCHIVO)
Dos personas están siendo tratadas en un hospital en el centro de Beijing, China, tras ser diagnosticadas con la bacteria de la peste negra, informaron autoridades locales quienes hasta el momento no tienen claro cómo contrajeron esta enfermedad.
Los dos pacientes provenientes de la Región Autónoma de Mongolia Interior están recibiendo el tratamiento médico adecuado, pero se tomaron medidas de prevención y control de enfermedades peligrosas, detalló el Comité de Salud del Distrito de Chaoyang de Beijing en el portal web del gobierno local.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), esta enfermedad es ocasionada por la bacteria Yersinia pestis que se encuentra normalmente en animales pequeños y en pulgas que hayan estado en contacto con otros infectados.
La transmisión del animal al ser humano se produce a través de picaduras, contacto directo, inhalación y en casos muy raros por la ingestión de materiales infectados. Dependiendo de la vía de infección se clasifica en dos tipos bubónica y neumónica, siendo la primera la forma más común.
La forma bubónica es ocasionada por la picadura de pulgas infectadas, cuando el bacilo de la peste entra en el organismo se desplaza por el sistema linfático hasta el ganglio más cercano donde se multiplica, generando una inflamación y tensión dolorosa denominada bubón.
Cuando está muy avanzada la enfermedad, los ganglios pueden convertirse en llagas abiertas supurantes y se puede extender a los pulmones.
En el caso de la forma neumónica, es invariablemente mortal, virulenta, su periodo de incubación puede ser de tan solo 24 horas. Si no se trata adecuadamente puede desencadenar epidemias graves con transmisión de persona a persona a través de la vía respiratoria. La tasa de curación resulta alta si se detecta y trata dentro durante las primeras horas tras su diagnóstico.
La peste es una enfermedad grave para el ser humano, sobretodo porque causa una infección sistémica ocasionada por la presencia de bacterias en el torrente sanguíneo. La tasa de mortalidad oscila entre el 30 y 100 por ciento de los casos. Tan solo entre 2010 y 2015 se contabilizaron tres mil 248 casos de los cuales 584 resultaron mortales.