Una marcha masiva de habitantes de El Alto y familiares de fallecidos el martes, en un enfrentamiento en Senkata, llegaron cargando al menos tres féretros de sus muertos a unos 300 metros del Palacio Nacional, donde fueron reprimidos y gasificados por la Policía y el Ejército de Bolivia.
Además de portar los ataúdes, los manifestantes traían una muñeca de trapo con peluca, a la que comparaban con la presidenta transitoria Jeanine Áñez y arrastraron por las calles mientras pedían su renuncia con cánticos y gritos.
Una vez disuelta la marcha, la Policía Nacional persiguió a manifestantes hasta varias manzanas de distancia en motocicletas y gasificó incluso a transeúntes y comerciantes. Algunas mujeres cayeron desmayadas por los agentes químicos, mientras cerca de 20 personas fueron detenidas.
Desde la mañana, los habitantes de El Alto se reunieron en Senkata, donde está la planta de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), lugar donde el martes hubo un enfrentamiento para sacar de esas instalaciones 45 pipas con hidrocarburos, pugna en la que murieron nueve simpatizantes de Evo Morales.
Varios centenares de manifestantes bajaron desde El Alto a La Paz, mientras la Policía Nacional y el Ejército aplicaron un cerco a 300 metros del palacio de gobierno, en la Avenida Mariscal Santa Cruz y Ayacucho, en pleno centro de la capital boliviana.
Aproximadamente a las 14:00 horas, dos más que en el centro de México, la manifestación llegó hasta el cerco, donde además había dos tanquetas artilladas.
Al grito contra Áñez: “¡qué renuncie carajo!”, “¡asesinos!”, los familiares de los fallecidos el martes en Senkata portaban algunas fotografías de las víctimas y ramos de flores.
Una vez que llegaron por la avenida Mariscal Santa Cruz a la calle Ayacucho, que sube tres cuadras hasta el Palacio Nacional y la Plaza Murillo, encararon el cerco de las fuerzas armadas, a la vez que exigieron la renuncia de la presidenta transitoria.
Algunos manifestantes llevaron uno de los féretros hasta enfrente de la tanqueta artillada. Tres hombres subieron a la tanqueta con la muñeca de trapo que cargaban. Incluso uno de ellos dialogó con el militar que asomaba por la escotilla de la tanqueta, pero luego de unos 15 minutos de encararse, las fuerzas armadas dieron la orden de gasificar a los manifestantes y avanzar.
Los policías y militares no solamente gasificaron a los manifestantes, sino que avanzaron y, durante una hora al menos, persiguieron en motocicletas y con lanza gases a la gente, por lo que muchos transeúntes y hasta comerciantes de varias cuadras de distancia también sufrieron los efectos de los agentes químicos.
Hasta el momento, el Instituto de Investigaciones Forenses, que efectuó la autopsia a dos cadáveres que fallecieron por traumatismo torácico y craneal, indicaron que murieron por armas de fuego de la Policía Nacional y la milicia.
Al grito contra Áñez: “¡qué renuncie carajo!”, “¡asesinos!”, los familiares de los fallecidos el martes en Senkata portaban algunas fotografías de las víctimas y ramos de flores. (EFE)