Al menos 120 activistas alemanes tomaron ayer una planta de energía que utiliza carbón como elemento principal, para exigir leyes sobre el empleo de energía.
Advirtieron que esta toma, en la norteña Dortmund, se realizaba para demostrarle al gobierno y a la empresa Uniper que no dejarán que las energías basadas en la explotación de la tierra sean permitidas este 2020, informó Deutsche Welle.
El miércoles mismo el gobierno alemán anunció que dejarían de utilizar carbón a más tardar en 2038 y el cierre de las centrales de procesamiento de carbón comenzarán el 31 de diciembre de 2020.
El costo promedio de este cambio costará al gobierno alemán aproximadamente 40 mil millones de euros.