Los padres de familia deben dedicar tiempo de calidad a sus hijos, aunque trabajen largas jornadas. (EL SIGLO DE TORREÓN)
Para el presidente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH), Marco Antonio Güereca Díaz, los menores en la actualidad requieren atención y tiempo de calidad por parte de sus padres, así como límites y el ejemplo de practicar el respeto hacia los demás.
Y es que es necesario que se les abran espacios para que sean escuchados, además de implementar acciones, como el operativo Mochila Segura, también es necesario que se les inculque una mayor responsabilidad "ante problemas extraordinarios que estamos viviendo".
Hizo referencia al caso de la adolescente de 15 años en Chiapas, que transmitió su suicidio en vivo y urgió a los padres a trabajar para evitar el desapego. "No hay excusa de que el papá y la mamá trabajan para ocuparnos de nuestros hijos", enfatizó.
Expuso que la entidad tiene una alta incidencia de suicidio, además de embarazos tempranos y "desgraciadamente nuestro estado de Durango está en segundo a nivel nacional en violencia intrafamiliar".
De ahí que consideró prioritario que cada miembro de la sociedad asuma su responsabilidad y se retomen acciones positivas del pasado, como la convivencia familiar, "no le den tanto apego a la cuestión material (...) Si tenemos poco tiempo, hay que darles poco tiempo, pero de calidad", señaló.
¿GENERACIÓN BLANDITA?
El ombudsman estatal refirió que los adultos de hoy son la primera generación regañada por los padres y regañada por los hijos. Y enfatizó que los menores no tienen el desarrollo emocional para tomar muchas de las decisiones que se les permiten en la actualidad.
Ejemplificó que en Durango hay menores de menos de cinco años con diabetes infantil porque se les pregunta qué quieren comer en vez de que los padres les den algo saludable.
Asimismo, hay veces que los padres cuestionan a los docentes por calificaciones o el lugar que sus hijos tienen en equipos deportivos, lo que deja en evidencia que ni ellos respetan las figuras de autoridad. "A veces un niño que no tiene límites no va a respetar a su papá ni a su mamá y mucho menos a su maestra".
"La mejor forma de revertir esas inercias tan negativas que nos están pegando, como el embarazo infantil, el trabajo infantil, la violencia infantil, el suicidio, es cuando los padres de familia, que somos los más interesados, asumamos un rol de respeto a los derechos humanos, pero también haciendo conciencia", concluyó.
