Hermenegildo Galeana, nacido hace 258 años, fue considerado como el brazo izquierdo de José María Morelos y Pavón. (ESPECIAL)
Por su audacia, fortaleza, capacidad de liderazgo, valor y arrojo, Hermenegildo Galeana, nacido hace 258 años, fue considerado como el brazo izquierdo de José María Morelos y Pavón (1765-1815).
Oriundo de Técpan, Guerrero, Galeana, también conocido como “Tata Gildo”, se ganó el apreció de su tropa y la confianza de su mando, por su carisma y talante.
En el artículo Hermenegildo Galeana, el brazo izquierdo de Morelos, Luz Elena Mainero del Castillo reseña cómo a pesar de gozar de una holgada posición económica, esta figura nunca aprendió a leer ni a escribir, por lo que hay pocos documentos que den cuenta de su pensamiento y de sus emociones.
No obstante, asegura la investigadora del Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM), tenía una gran capacidad para tomar decisiones, además de poseer un carácter generoso, bondadoso y atrayente.
A decir de sus biógrafos, descendía de un marino británico llamado Lucios Gllier, quien naufragó por la Costa Grande, en el sur de Acapulco, a principios del siglo XVIII.
Su padre fue José Antonio Galena y tras contraer nupcias con una nativa de Guerrero, los descendientes de Hermenegildo castellanizaron el apellido, cambiándolo por Galeana.
Sus hijos fueron José Antonio, Fermín y Juana, juntos formaban una familia que era parte del grupo de hacendados criollos asentados en la zona de la Costra Granda.
Luego de conocer la insurrección y gracias a que su hacienda quedó dentro de la ruta que seguía el Ejército de Morelos, que pasó por Técpan el 7 de noviembre de 1810, Hermenegildo se encontró con él y se sumó a la causa, junto con su hermano José Antonio, dos primos y un sobrino, poniendo a disposición del patriota mexicano un pequeño cañón, hombres y armas.
Hermenegildo organizó los primeros batallones de las fuerzas insurgentes y creó el primer regimiento que se hizo famoso en el ejército de Morelos, el Regimiento de Guadalupe.
Por su distinguido desempeño en diversas batallas que libró mientras se dirigía a Acapulco, se le nombró lugarteniente de Morelos y quedó al mando de la vanguardia de sus huestes, a partir de ese momento lo consideró como uno de sus más allegados subalternos.
Su valentía lo llevó al mando de una de las tres divisiones del ejército de Morelos, con el que continuó su marcha. Uno de los episodios más recordados es el sitio de Cuautla, que duró 72 días, hasta que Galeana logró sacar a los insurgentes, protegiendo a la población y salvando a Morelos.
“Yo no sabré escribir en un pedazo de papel, pero sé dirigir una batalla”, dijo Galeana cuando el 12 de septiembre de 1812 lo nombraron mariscal, a la par de Mariano Matamoros.
Se presentaron diversas batallas, antes de la final, que fue contra las fuerzas realistas del teniente coronel Fernández de Avilés, el 27 de junio de 1814.
Galeana se dirigía a Coyuca y fue atacado en un lugar llamado El Salitral, a manos de Joaquín de León, quien lo degolló.
Sin embargo, Avilés, reconociendo su valor, dijo “esta cabeza es de un hombre valiente” y ordenó que fuese sepultado en el atrio de la iglesia.
Al enterarse de los sucedido, y ya muerto también Matamoros, Morelos exclamó “¡He perdido mis dos brazos!, ya no soy nada”.
Se dice que el cuerpo de Galeana fue recogido por dos de sus soldados y sepultado en secreto, hasta la fecha se ignora el lugar donde fue inhumado.
Sobre Hermenegildo, el historiador Carlos Alvear Acevedo ha escrito: “Sobresalió por su valor; en los combates parecía un verdadero león, su solo nombre bastaba para infundir terror entre los realistas, y pocos eran los que se resistían cuando se presentaba empuñando su espada, que manejaba como si fuera un machete”.
El 19 de julio de 1823, el Congreso declaró a Hermenegildo Galeana “Benemérito de la Patria”, otorgándole una distinción especial a su nombre, pues desde entonces es recordado como uno de los más valerosos hombres que participaron en la lucha por la independencia de México.