(ESPECIAL)
Impactantes historias de esfuerzo, coraje e inspiración. Mujeres que se atreven a cambiar destinos y forjar una huella por la igualdad de género en Perú.
El reconocido camino del Inca es una travesía sumamente bella que atraviesa las montañas de los Andes por senderos de ensueño y culmina con la joya arquitectónica más conocida del país, El Machu Pichu.
Allí, un grupo de mujeres de diversas aldeas aledañas a la zona montañosa se desempeñan como maleteras o porteadoras. Es una profesión que requiere un entrenamiento físico especial ,ya que junto a los turistas camina por las alturas con tiendas de campaña, alimento y utensilios útiles a cuestas para proveer a los clientes todo lo necesario para que vivan una experiencia única.
De la mano de la agencia Evolution Treks es posible esta hazaña que seguramente marcará el camino para muchas otras mujeres que quieran trabajar en el mundo del turismo y seguir creciendo y haciendo carrera en el rubro.
Lucía Vela es madre soltera, tiene dos niños a los que deja a cargo de su padre cuando se va a trabajar al camino Inca. Ella no verá a sus hijos por los siguientes cuatro días pero se siente orgullosa de la enseñanza que les está legando.
Su trabajo consiste en cargar bultos de hasta 15kg a lo largo de este famoso sendero y de asegurarse de que los turistas tengan todo lo necesario para que puedan completar la excursión con total placer.
El camino Inca a Machu Picchu es un tramo de aproximadamente 43 kilómetros que comienza en el Valle Sagrado de los Incas y conduce a la enigmática ciudad de Machu Picchu a través de senderos empedrados, construidos a lo largo de valles fértiles, punas frías e inhóspitas, selvas del bosque nuboso y el Santuario Nacional de Machu Picchu.
Los ancestros de Lucía, los poderosos Incas, construyeron estos caminos a lo largo del Imperio de los Incas hace más de 500 años.
El propósito de los senderos del camino del Inca era conectar su lugar con la ciudad de Cuzco. Es decir enlazaban áreas ricas en recursos naturales y humanos con centros administrativos, militares y religiosos que los Inca construyeron para mantener su hegemonía sobre estos pueblos.
Lucía es una de las primeras porteadoras (cargadoras de equipaje) trabajando en el camino del Inca.
Durante mucho tiempo este empleo fue exclusivamente del dominio de hombres, posiblemente por la creencia de que ellos resistirían mejor en la altura cargando objetos pesados. Lo cierto es que las mujeres no eran consideradas competentes y aptas para realizar este trabajo y simplemente nadie las convocaba, o bien ellas nunca se postulaban para hacerlo.
Lucia y su amiga Sara Quehuarucho, otra de las mujeres porteadoras, eran estudiantes de guía de turismo cuando aceptaron esta propuesta de trabajo por parte de la agencia turística Evolution Treks.
Sin dudas, y sin saber que su decisión transformaría los cimientos de la industria turística del senderismo en el Perú y el Mundo, ellas se embarcaron en una experiencia que servirá de ejemplo para muchas personas, principalmente mujeres.
Han pasado casi tres años desde que dieron ese primer paso y los efectos de su ejemplar decisión han generado cambios que nadie habría imaginado antes. Por ejemplo, ahora son muchas las mujeres que han sido contratadas en este rubro por muchos otros operadores de turismo, quienes han seguido el ejemplo de Evolution Treks Perú, una empresa de turismo ética y sostenible que además de su compromiso con el empoderamiento femenino es la única empresa con vocación cooperativista donde algunos de sus empleados son porteadores, guías y cocineros.
En la actualidad ya existen casi 200 porteadoras que
han sido registradas con las autoridades del Santuario Histórico de Machu Picchu para cumplir estas labores; lo cual reivindica la iniciativa de los fundadores de Evolution Treks quienes afirman con convicción que no se puede hablar de turismo sostenible si en él no se incluye a las mujeres.
La visión general de empoderamiento femenino de esta empresa no termina en proveer a estas mujeres de una mera oportunidad de trabajo, sino más bien impulsar un proyecto en el que estas mujeres puedan ascender en la escalera corporativa profesional dándoles la oportunidad de estudiar por tres años, para graduarse como guías oficiales de turismo, dejar atrás la labor dura del porteador y así poder desarrollarse profesional y personalmente.
Lucia y Sara ahora trabajan parcialmente como porteadoras y como guías asistentes en preparación para guía líder o titular.
Muchos medios periodísticos incluyendo la prestigiosa revista National Geographic han resaltado esta iniciativa y a las mujeres que la componen.
Son muchas más personas alrededor del mundo que sueñan con visitar Machu Picchu y descubrir el Camino Inca. Hoy es posible que tengas la oportunidad de conocer a estas dos valientes mujeres.
