Cuba registró este martes otros 27 casos de la COVID-19, concentrados sobre todo en el este del país, la región más afectada por los recientes rebrotes del virus que podrían complicarse aún más tras el paso de la tormenta tropical Laura. (EFE)
Cuba registró este martes otros 27 casos de la COVID-19, concentrados sobre todo en el este del país, la región más afectada por los recientes rebrotes del virus que podrían complicarse aún más tras el paso de la tormenta tropical Laura.
De los nuevos positivos, once residen en La Habana, ocho en Matanzas, seis en la cercana Artemisa, uno en Pinar del Río y uno en la central Villa Clara, la única provincia fuera de la zona occidental con reportes hoy, según el parte diario del Ministerio de Salud Pública (Minsap).
La capital, el epicentro de la enfermedad en la isla, hasta la fecha acumula 530 de los 668 contagios diagnosticados en los últimos quince días, seguida por la vecina Artemisa con 69.
"Los datos demuestran que la epidemia sigue concentrada en el occidente del país", señaló el director de Epidemiología del Minsap, Francisco Durán, en su comparecencia televisiva habitual.
El doctor Durán subrayó que a pesar de esto continúan con los estudios en todo el país, incluso en zonas donde no se registran casos desde hace meses.
Los pacientes de este martes se detectaron entre 4,536 muestras PCR completadas la víspera, lo que eleva a 369,889 el total de estas pruebas, complementadas por miles de kits rápidos.
Entre los confirmados hay 26 cubanos y un bebé de 2 años, registrado como ciudadano francés residente en la isla. De ellos 25 fueron contactos de otros casos y en dos no se identifica aún la fuente de infección.
Cuba ya acumula 3,744 positivos con coronavirus, de los que se han recuperado 3,102 (83 %) y se encuentran activos 549: catorce graves, tres críticos y el resto con evolución estable.
En hospitales cubanos permanecen ingresadas 1,138 personas, según datos oficiales, que sitúan el recuento de fallecidos con coronavirus en 91 desde hace dos días.
TORMENTAS EN TIEMPOS DE LA COVID-19
Después de declarar controlada la enfermedad en junio pasado y no diagnosticar contagios a fines de julio, Cuba sufre hoy una segunda ola del virus relacionada con varios rebrotes que han paralizado la reapertura en La Habana y la han ralentizado en otras provincias del occidente.
En medio de todo esto, la isla tuvo que activar sus protocolos ciclónicos ante el paso de la tormenta tropical Laura, que aunque recorrió el país de este a oeste no causó daños de consideración ni víctimas humanas.
La pandemia complicó desde un inicio los preparativos en las zonas vulnerables, que tuvieron que ajustar sus planes a las nuevas medidas sanitarias, sobre todo en los refugios estatales, con capacidad limitada ahora por la obligatoria distancia física.
A pesar de que Laura varió su trayectoria y no afectó al país como se esperaba, miles de cubanos fueron evacuados como prevención, lo que podría contribuir a una mayor dispersión del virus, teniendo en cuenta la mayoría de casos asintomáticos.
Este es un panorama complicado, sobre todo porque en una semana esta previsto el reinicio del curso escolar en todo el país, excepto en La Habana, la única región cubana que mantiene fuertes restricciones de movilidad y aforo.