(Primera de dos partes)
La fundación de Laredo en 1755
Este 2005 varias ciudades están celebrando importantes aniversarios de su fundación, una de ellas es Gómez Palacio, Durango, la otra Laredo, Texas. La de Gómez Palacio es fundamental para comprender el desarrollo actual de esa urbe trabajadora; la de Laredo nos remite a las colonizaciones del siglo XVIII cuando los fundadores estaban obligados a trabajar con una sola mano, pues la otra la mantenían ocupada sosteniendo el fúsil o la espada, ante el temor del ataque de indios.
Para los descendientes de los fundadores debe ser una real satisfacción saber inmiscuidos a sus antepasados en tan relevantes epopeyas, especialmente los que tuvieron que imponerse al hostil entorno. Un caso excepcional es el del fundador de Laredo del que sus ramas genealógicas han llegado hasta nuestros días y en especial a nuestra ciudad. Esa rama está formada por la que conforma hoy la familia González de la que forma parte el filántropo, deportista y excelente persona don Germán González Navarro.
Durante todo este año los habitantes de Laredo estarán festejando los 250 años de tan notable acontecimiento, motivo por el cual redactamos este artículo, esperando la presencia de los laredanos para el año 2007 cuando los torreonenses celebremos el de la nuestra. Vaya pues una brevísima reseña de mérito fundacional de Laredo.
Tomás Tadeo Sánchez de la Barrera nació en el valle del Carrizal (hoy Ciénega de Flores, N.L.), fue bautizado el cuatro de junio de 1709 en Monterrey, N.L.; en el mes de junio de 1729, en Salinas Victoria, N.L., contrajo matrimonio con doña Catalina de Iribe Vergara Tovar y de la Cadena. Sus padres fueron don Tomás Sánchez de la Barrera (1680) y doña Josefa de la Garza y Sosa Ayala (1707).
Durante su juventud se desempeñó en el ejército al servicio de la corona española, más tarde se dedicó a la explotación de la tierra, estableciéndose en un rancho de Coahuila. Cuando la colonización se empezó a dar hacia el norte del río Grande y José Vázquez Borrego estableció su rancho y jefaturas en la hacienda de Nuestra Señora de los Dolores, situada en la margen derecha del río, Sánchez, en 1754, ya se encontraba ahí, es decir, al sur del río, en tierras cercanas a las de Vázquez. Ante la oportunidad de acrecentar sus bienes solicitó a José de Escandón, gobernante del Nuevo Santander, el permiso para establecer una población en la margen izquierda, al norte del río; Escandón deseaba un asentamiento más allá, cerca del río Nueces. Ordenó a Sánchez explorar para determinar la viabilidad de establecer una colonia.
Después de un reconocimiento, Sánchez informó no haber encontrado un lugar a propósito e insistió en su petición para establecer esa población en la margen del Bravo y cerca de las tierras de Vázquez, en un lugar conocido como El Paso de Jacinto al que después se le conocería como El Vado Indio. Eran tiempos en que el acoso de los grupos indígenas sembraba el terror entre los colonos, pues amenazaban sus vidas, destruían sus casas y saqueaban sus bienes, por lo tanto, era comprensible la actitud de Sánchez al querer estar cerca de tierras ya pobladas. Ya para entonces el gobernante Escandón había establecido al sur del río Bravo varios asentamientos como Camargo (1749), Reynosa (1749), Dolores (1750), Revilla (1750) y Mier (1752).
Escandón aprobó la petición del capitán el 15 de mayo de 1755 nombrando al capitán Sánchez jefe de justicia del lugar; al asentamiento se le dio el nombre de Laredo en honor a la población situada en el norte español en el entonces llamado Santander, hoy provincia de Cantabria. (Continuará)
*Roberto Martínez García es profesor de historia y autor de varios textos de historia regional.
PIE DE FOTO:
Capitán Tomás Sánchez, 1709-1796.
