ILUSTRACIÓN: ALEJANDRA MORALES
En Dolores (hoy Dolores, Hidalgo), el 16 de septiembre del año 1810, durante la conquista española que había implantado en lo que hoy es México a la Nueva España, ocurrió el llamado a la sublevación conocido como "El Grito de Dolores".
Desde el año 1809 se extendían por el país los ideales independentistas y se habían formado grupos que "conspiraban" para lograr liberarse de los españoles.
Uno de estos grupos era el de Querétaro, que estaba encabezado por el corregidor Miguel Domínguez y su esposa Josefa Ortíz de Domínguez. A este grupo se unieron también algunos oficiales del llamado Regimiento de Dragones de la Reina, como Ignacio Allende, Ignacio Aldama y Mariano Abasolo. El cura Miguel Hidalgo y Costilla se unió al grupo en 1810.
El papel del cura dentro del movimiento consistía en reclutar partidarios y comprar o construir armamento.
El movimiento encabezado por el corregidor tuvo un impacto considerable, sin embargo no pasó desapercibido por las autoridades virreinales, quienes a principio de septiembre descubrieron la conspiración.
El 14 de septiembre Allende llegó a Dolores y se reunió con Hidalgo. Los dos desconocían que habían sido descubiertos, pero Josefa Ortíz de Domínguez envió un mensaje al pueblo el día 15 alertando a estos dos integrantes del movimiento, pues varios conspiradores ya habían sido aprehendidos.
De inmediato, Hidalgo se dirigió a la prisión, liberó a los presos y los dotó con armas de la policía y del Regimiento de la reina.
Ya durante la madrugada del 16, convocó a todo el pueblo tocando la campana de la iglesia, y una vez reunida la multitud exclamó la histórica frase "Viva la América y mueran los gachupines".
Con ese hecho, según la tradición histórica, dio inicio la lucha por la independencia de México, que concluiría el 27 de septiembre de 1821 con la entrada triunfal del Ejército Trigarante a la Ciudad de México.