La Organización de Naciones Unidas, que tiene desplegada una misión de paz en el Sáhara Occidental desde 1991 con el nombre de Minurso, se ha vuelto prácticamente irrelevante en este conflicto que ha cumplido ya 45 años y que enfrenta a Marruecos con el Frente Polisario.
El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó el pasado viernes la renovación del mandato de la Minurso por un año más, en una resolución casi calcada de la del año anterior y en la que se reproducen las buenas palabras, leves críticas a los dos rivales y ninguna decisión que saque al conflicto del punto muerto.
En el plano operativo, la Minurso llegó con la misión de organizar un referéndum de autodeterminación entre los saharauis que nunca pudo llevarse a cabo por discrepancias sobre el censo de votantes saharauis; desde hace más de diez años, el único papel de la Minurso es el desminado de la zona y la comprobación del respeto al alto el fuego.
El ministro marroquí de Exteriores lo dijo este sábado con claridad: congratulándose por la última resolución 2548 del Consejo, Naser Burita afirmó que “el Consejo confirma que su mandato se limita a la observancia del alto el fuego”.
Burita dijo que el Consejo “no cedió a la lógica del chantaje (...) que abogaba por una modificación de las misiones de la ONU”.