El Gobierno de Siria condenó la decisión tomada este miércoles por la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) de suspenderle de sus derechos en el organismo por el uso de armamento prohibido contra la población civil y alertó de que estas sanciones suponen un 'paso peligroso'. (ARCHIVO)
El Gobierno de Siria condenó la decisión tomada este miércoles por la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) de suspenderle de sus derechos en el organismo por el uso de armamento prohibido contra la población civil y alertó de que estas sanciones suponen un "paso peligroso".
El Ministerio de Exteriores aseguró en un comunicado difundido por la agencia oficial de noticias SANA que la decisión, aprobada con 87 votos a favor del total de 136 países que acudieron a la sesión, constituye un paso "peligroso" y "agresivo" contra un estado miembro, además de ir en contra del estatuto de la convención.
El castigo impuesto esta mañana supone la suspensión de los derechos y privilegios de Damasco en la OPAQ hasta que entregue todo su arsenal químico, con lo que la organización recurre por primera vez en su historia a la herramienta de sanciones más importante que tiene a su disposición.
El departamento de Exteriores sirio cargó en su nota contra los países "occidentales", destacando el papel de Estados Unidos, el Reino Unido y Francia, por sus métodos de "extorsión, amenaza, intimidación y presión" con el objetivo de adoptar un fallo contra el país árabe.
Asimismo, afirmó que sólo el 45 % de los 193 países miembro de la OPAQ -decenas de ellos no acudieron a la sesión de hoy- respaldaron el castigo y, por ello, argumentó que la decisión no representa la voluntad de la mayor parte de ellos y es "inconsistente" con los procedimientos de voto adoptados desde su creación.
Las sanciones fueron aprobadas después de que el Equipo de Investigación e Identificación (ITT) de la OPAQ confirmase la semana pasada que las fuerzas gubernamentales sirias utilizaron armamento prohibido en un ataque contra la ciudad de Saraqib, en la provincia siria de Idlib, el 4 de febrero de 2018.