Seguramente, una de las palabras más utilizadas en este espacio editorial para hablar de nuestra ciudad es "reto". Porque desde Metrópoli Laguna queremos enfocar el análisis de las condiciones actuales de La Laguna desde una perspectiva de solución a las problemáticas compartidas entre los municipios que la conforman, y de prosperidad para todas y todos sus habitantes.
Si bien hemos insistido en abordar esos temas que la Ley General y las locales señalan que son de interés metropolitano (como el cuidado del medio ambiente, la movilidad de personas y mercancías, el abasto y la calidad de servicios públicos como agua y transporte, la seguridad pública, etc.) es indispensable también preguntarnos si nuestra ciudad se está preparando para gestionar y gobernar una realidad urbana más compleja y eficiente, al mismo tiempo que transitamos el camino de cambio hacia la construcción de instituciones, espacios y procesos de gobernanza metropolitana.
Este tránsito debe obligarnos a migrar de una administración de lo público fragmentada o sectorial, como hasta ahora sigue siendo, hacia una visión y acciones de desarrollo integral del territorio urbano, tomando en cuenta también la dinámica regional, es decir, incluyendo los sistemas que operan y conectan a la ciudad del campo.
Gabriel Lanfranchi y Antonella Contin, investigadores especialistas, han desarrollado un modelo innovador en el que proponen el desarrollo de perfiles nuevos, con capacidades de gestión y articulación para llevar de la teoría y la investigación a la práctica, una forma radicalmente distinta de participar en la vida de las metrópolis aportando conocimientos, capacidades y soluciones de manera integral. Ambos consideran que es necesario "capacitar a una nueva generación de líderes en la comprensión de los problemas metropolitanos" y crear un sentido de pertenencia en las personas que habitamos la metrópoli.
Según este modelo, hay dos tipos de habilidades que un(a) "metropolitanista" debe desarrollar: habilidades duras o técnicas relacionadas con conocimientos básicos en todas las áreas de planeación e impacto metropolitano; y habilidades blandas como la negociación, participación, liderazgo, comunicación y resolución de conflictos.
En La Laguna podemos apostar por el desarrollo de estos perfiles estratégicamente, de nuevo, articulando las necesidades de formación y empleo de esta área con la oferta académica disponible y la integración de nuevos programas universitarios, de la mano con actores de la iniciativa privada, las instituciones públicas descentralizadas, las ONG especializadas, etc.
Para pensar y accionar con enfoque de desarrollo metropolitano en nuestra ciudad es posible llevar procesos jurídicos, institucionales y de formación a la par, sobre la marcha pero de manera ordenada, con la participación y voluntad de los tres órdenes de gobierno y el conjunto de la sociedad.