Un sonoro triunfo, se apuntó esta mañana el novillero lagunero Arturo Gilio Quintero, quien volvió a demostrar la calidad de su toreo, ahora en Beziers, Francia, donde estuvo acartelado en una novillada matutina.
Un sonoro triunfo, se apuntó esta mañana el novillero lagunero Arturo Gilio Quintero, quien volvió a demostrar la calidad de su toreo, ahora en Beziers, Francia, donde estuvo acartelado en una novillada matutina.
Vestido de grana y oro, Arturo alternó con Carlos Olsina y Cristian Parejo, quienes lidiaron un lote procedente de la ganadería de Cuillé, astados manejables y nobles, de buena presencia y trapío, ante aficionados que acudieron en un buen número a la acogedora plaza bañada por los rayos del sol. Arturo regresó a Francia, un país que le ha dejado buenos dividendos a lo largo de su carrera taurina, cortando orejas y recolectando aplausos, a pesar de que es bien sabida la exigencia que suele imprimir la afición de ese país, a la que el lagunero ha sabido ganarse, en base a su exquisito toreo y su valor.
Gilio dejo claro que su objetivo es ser figura del toreo, cortó la primera oreja de la novillada matinal, luego de una lúcida faena que convenció el exigente público francés, embelesado por muletazos largos y templados que al final le valieron el apéndice al joven torreonense. Con el quinto, de la tarde, Arturo derrochó valor y torería al estar muy por encima de su enemigo, perdió las orejas por pinchar, pero el público lo premió con una calurosa vuelta al ruedo y mientras el lagunero caminaba, los vítores y buenos comentarios no cesaban en el graderío.