La semana pasada, Metrópoli Laguna tuvo la oportunidad de participar en el taller de Fortalecimiento de Capacidades para el Desarrollo Urbano, Ordenado y Sostenible, organizado por la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) junto a organismos como Cities Alliance, GIZ (Sociedad Alemana de Cooperación Internacional), ONU-Hábitat, entre otros.
Tras atender la participación de representantes de institutos municipales, expertas y expertos en el área legal de la planeación en México, así como analistas internacionales del desarrollo urbano y la sostenibilidad, me gustaría compartir en este espacio algunas de las conclusiones más significativas en términos de retos y oportunidades que ofrece la planeación de largo plazo para las zonas urbanas, con especial énfasis en lo que La Laguna tiene por enfrentar, aprender y aprovechar de esta posibilidad para el desarrollo.
Todas las participaciones, por un lado, coinciden en la necesidad de involucrar a toda la sociedad en los procesos de planeación. Para ello, los institutos han diseñado consejos consultivos o directivos en los que participan diferentes actores de la comunidad. Sin embargo, los expertos coinciden también en el desafío que implica lograr una conformación verdaderamente heterogénea, plural e incluyente de estos órganos para colocar al centro de sus trabajos deliberativos a las personas que habitan y comparten la dinámica social en el territorio.
En la medida en que los consejos logren resolver ese desafío, los institutos podrán construir mayor capacidad para que las ciudades inviertan en el futuro, incorporen saberes y visiones a sus planes de desarrollo, cuenten con hojas de ruta claras que alcancen una verdadera visión de largo plazo, y tengan la oportunidad, también, de combatir la corrupción en la implementación de planes y proyectos transadministraciones locales.
Una gran oportunidad que se perfila en el funcionamiento eficaz de institutos municipales y metropolitanos de planeación, es la posibilidad de perfilar fuentes de financiamiento que no sean exclusivamente gubernamentales, o que sumen colaboración económica de los tres órdenes para llevar a cabo sus planes y proyectos.
Para La Laguna, el primer gran reto será lograr la constitución de un organismo técnico de planeación con diseño institucional a la medida de nuestra realidad metropolitana, interestatal, con atribuciones vinculantes para los respectivos gobiernos estatales y municipales. Luego, el que su reglamento permita un enfoque de gobernanza y derechos humanos de la mano con la sociedad civil para sumar experiencias, recursos, e incentivar procesos de planeación eficientes, más allá de colocar a los instrumentos de planeación como objetivos del organismo.
Para Metrópoli Laguna también ha sido un reto encontrar experiencias exitosas de planeación urbana en zonas interestatales del país, puesto que la mayoría de los institutos a nivel nacional siguen siendo municipales. Sin embargo, creemos que el clima es idóneo para sentar a los actores locales y federal para acordar ese traje a la medida necesario para retomar un rumbo de crecimiento económico y bienestar social necesarios para el desarrollo de todas y todos los laguneros.