25 noviembre 2003
Bogotá, (Notimex).- Unos 800 integrantes del Bloque Cacique Nutibara de las ultraderechistas Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) entregaron hoy sus armas a las autoridades, durante un acto efectuado en la noroeste ciudad de Medellín.
La ceremonia, celebrada en el Palacio de Exposiciones, es la primera desmovilización de paramilitares luego de los diálogos iniciados en diciembre pasado con representantes del gobierno del presidente Alvaro Uribe Vélez.
El bloque fue fundado hace cinco años como una fracción de las AUC y con el objetivo de acabar con la influencia de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y del Ejército de Liberación Nacional (ELN) en los barrios populares Medellín.
El comandante militar de las AUC, Carlos Castaño, dijo en la ceremonia que su organización tiene voluntad de paz y que espera el apoyo de la sociedad colombiana y el acompañamiento de la comunidad internacional.
"La opinión publica se ha debatido entre los que consideran que cualquier aporte a la paz debe ser bienvenido, hasta los que equivocadamente han considerado que no es seria nuestra propuesta", dijo Castaño.
Al respecto, recordó que hay una serie de compromisos que le han planteado al gobierno nacional que garantizan la intención de los paramilitares de concretar un proceso de paz.
Manifestó que las AUC, que cuentan con unos 13 mil hombres en armas, esperan que el Estado asuma el control de la seguridad en las regiones que ellas abandonen para que no caigan en manos de la guerrilla.
Castaño indicó que una vez que las autodefensas ingresen a la vida civil se termine también "toda la trama que sustenta la actividad armada".
El proceso comenzó la madrugada del martes cuando 855 paramilitares fueron conducidos al Palacio de Exposiciones, donde entregaron sus armas, para luego concentrarse durante tres semanas en un centro recreacional del vecino municipio de La Ceja.
La concentración permitirá que los jóvenes reciban cursos de capacitación para su reingreso en la vida civil y laboral, luego de lo cual regresarán a sus hogares en Medellín.
En clara referencia a una ley que permite que un paramilitar desmovilizado que haya sido condenado por delitos atroces pueda cambiar su pena de prisión por labores sociales, Castaño manifestó que las AUC tienen derecho a este beneficio.
"Las AUC deben alcanzar los beneficios jurídicos de quienes dejan la lucha armada y los beneficios sociales que implican el perdón y la disposición que se tienen para la reconciliación. Si el gobierno aceptó este proceso es porque lo entiende así", dijo.
El jefe paramilitar, quien enfrenta un pedido de extradición desde Estados Unidos por tráfico de drogas, reconoció que su organización ha cometido excesos en la lucha contra los grupos guerrilleros.
Muchos de los paramilitares que este martes dejaron sus armas están acusados de asesinatos despiadados y esperan, mediante su desmovilización, reingresar a la vida civil sin contratiempos eludiendo de esta forma a la justicia.
Según organizaciones humanitarias colombianas, las AUC son responsables de las mayores masacres contra civiles registradas en el país, especialmente contra campesinos a los que acusaron de respaldar a los movimientos guerrilleros.
El pedido de extradición contra Castaño y su lugarteniente y jefe político de las AUC, Salvatore Mancusso, puede ser un obstáculo en el futuro para la desmovilización total de la organización, según fuentes locales.
Tras la entrega de armas de los paramilitares del Bloque Cacique Nutibara, Mancusso indicó que la paz por si sola no sana todas las heridas que han ocasionado años de conflicto y agregó que este es un primer gran paso que de todas maneras es insuficiente. "Colombia necesita una vigencia plena de una democracia plena, una democracia más eficaz y más representativa, más incluyente. Colombia necesita avanzar en el perfeccionamiento de su estado social de derecho", dijo el líder paramilitar.
Por su parte, el comandante del Bloque Cacique Nutibara, Giovanni Marín, celebró que hoy él y sus hombres sean ciudadanos comunes y pidió perdón a la sociedad por todos los males causados.
Marín, conocido como comandante "R", informó que entregaron 112 fusiles AK-47 y otras armas como subametralladoras y pistolas, que fueron destruidos simbólicamente en la ceremonia a la que asistieron los combatientes, vestidos con trajes camuflados.
"Estamos aquí para sembrar la semilla de la paz, dispuestos a abonarla con actos civilistas a partir de hoy", dijo el comandante "R", jefe político del Bloque.
Esta primera desmovilización hace parte de un cronograma de entrega de armas que debe concluir antes de terminar el 2005 con el regreso a la vida civil de unos 13 mil integrantes de las AUC, según un acuerdo firmado el 15 de julio de 2003.