Por: Eunice Martínez Arias
El Siglo de Torreón
TORREÓN, COAH.- Lo que prometía ser una tarde de convivencia familiar y colorido, se convirtió en un caos. Ayer, una multitud de personas acudió al estacionamiento de un centro comercial localizado sobre Diagonal Reforma y Boulevard Revolución, ya que estaba anunciado que los integrantes del grupo regiomontano Los Payasónicos, estarían firmando autógrafos a partir de las 18:00 horas.
Fue tal la euforia de la gente y excesivo el número de seguidores, que los elementos de seguridad no se dieron abasto, por lo que decidieron cancelar la firma de autógrafos, ya que aquello estaba tomando otros niveles.
Niños perdidos y hasta desmayados hubo durante el encuentro que tuvieron Ratón, Campita, Regalito y Pompo con la gente de la localidad. Los payasos estaban admirados de ver aquel sitio lleno. Cuando estaban a punto de llegar, pudieron percatarse que muchas personas caminaban con rumbo al centro comercial, incluso que se estaban acomodando en los puentes peatonales.
Por fin, 40 minutos después de lo previsto, Los Payasónicos hicieron su aparición en el foro. En lugar de plasmar sus firmas, optaron por cantar algunas canciones, pero aquella medida no logró calmar los ánimos.
“Era impresionante ver a tantas personas reunidas; de veras aquello fue todo un caos. Los de seguridad -que eran más de 20- no se dieron abasto. Cuando los Payasónicos terminaron su actuación los metimos a la tienda para dirigirlos a la camioneta que iban a abordar, pero las personas querían pasar a toda costa, hubo mucho peligro, incluso me tocó ver a señoras buscando sus criaturas”, señaló Jorge Quintero, promotor de EMI/DLV en la zona norte del país.
Incluso los artistas resultaron afectados ante el tumulto. Al trasladarlos al interior del centro comercial, Ratón, (uno de los integrantes del grupo), fue herido por la gente, que en su afán de querer tocarlo, le propinó un golpe en la cara, haciéndolo sangrar. El accidente no fue grave.
Cerca de 30 minutos “disfrutaron” los laguneros a sus Payasónicos, quienes llevaban carteles y fotos para demostrarles su cariño.
LA PAYASONICOMANIA EN LA PVC
Horas antes del desafortunado evento, Los Payasónicos ofrecieron un show de casi una hora en el Auditorio de la Escuela Preparatoria Venustiano Carranza, pero solo tuvieron acceso los alumnos, maestros y personal administrativo de la institución.
Ante casi 700 personas, los payasos cantaron algunos temas de su reciente producción Con Ritmo Payasónico, y aunque todos ellos fueron coreados y aplaudidos con la misma intensidad, sin duda “Bajo la Lluvia”, fue la favorita de la tarde.
“Nos fue muy padre, la verdad no me imaginaba el recibimiento que nos iban a dar. Es la primera vez que venimos a Torreón y no sabíamos que nos iba a ir así, fue como estar en Monterrey”, dijo Ratón quien se convirtió en el más asediado por las chicas; incluso estuvo presente su club de fans “Enamoradas de Ratón”.
Aunque el espectáculo estaba programado para dar inicio en punto de las 2:00 de la tarde, fue casi 20 minutos después que empezó el show. En ese momento desapareció la molestia que llegaron a sentir algunos alumnos por la tardanza, pues la simpatía y sencillez de los Payasónicos se impuso.
Mi Pollosónico, Con Ritmo Payasónico y Bajo la Lluvia fueron tres de las canciones que interpretaron, mismas que cantaron en vivo, solo ayudados por las pistas musicales.
Casi una hora después de iniciado el concierto, los Payasónicos se despidieron de los preparatorianos, demostrando que no solamente los niños son su público cautivo, sino también los jóvenes y adultos.
DESCUBREN IDENTIDAD DE LOS PAYASÓNICOS (NOTA RELACIONADA)
Hasta hace unas semanas, cuando Los Payasónicos se deshacían de sus personajes, podían caminar en el supermercado como cualquier cliente, pero ahora, los cuatro miembros de la familia Campa, que dan vida a los payasos y cantantes regiomontanos, no pueden pasar inadvertidos porque su identidad ha sido revelada en internet por un supuesto fan del grupo.
Tristes y a la vez resignados por la situación, así fue como quedó el cuarteto cuando en un correo electrónico encontraron la fotografía donde aparecían sin pelucas ni maquillaje.
El día que posaron sin sus personajes de payasos, contó Pompo, se encontraban en un evento privado donde trabajaron como comediantes, labor que realizaban anteriormente en centros de espectáculos.
"Nos tomamos la fotografía, lógicamente ni para cuándo fuéramos a pensar que esto fuera a ir a internet o algo. Yo creo que fue como una simple curiosidad porque la señora que nos la pidió dijo que la foto se la prestó a una sobrina, que porque éramos nosotros, luego a la sobrina se la robaron y hasta que la volvieron a ver en el internet", contó sin dar el nombre de la mujer.
Campa consideró que el hecho de que los conozcan cómo son en la vida real no perjudicará la imagen del grupo, solamente afectará su privacidad.
AL MUNDO VOLVIÓ LOCO SU FORMA DE SER..
En fechas próximas, los Payasónicos estarán presentándose en Gran Musical, Vida Tv y están por confirmarles su visita a Otro Rollo, donde habrán de someterse a entrevistas chuscas y cantar sus éxitos.
-Este nuevo concepto surgió el 11 de diciembre de 2001 en Monterrey, N.L.
-Además de tener su propio programa, el cual llega a muchas ciudades de la República (incluyendo La Laguna), Los Payasónicos trabajan en su circo y actualmente promocionan su primer material discográfico.
Los Payasónicos son:
Pompo: es el hermano mayor y el más serio. Su nombre verdadero es Luis Alfonso Campa, de 28 años de edad.
Regalito: es el ocurrente, travieso y de pronto el líder de Ratón y Campita. Sus frases predilectas son “Me Estresas”, “Zorrillito, Zorrillito”, “Cómprate un Bosque y Piérdete”, “Si Quieres...”, “Tú Eres Chuky”. En la vida real tiene 25 años y su nombre es Carlos.
Ratón: es el bailarín, coqueto y tierno, también el ligador. El joven que interpreta a Ratón se llama Alejandro y tiene 16 años de edad.
Campita: es el chillón, a veces no entiende y hace lo mismo que los demás. Fuera de su personaje es Alfonso, padre del resto de los Payasónicos, se llama Alfonso y tiene 54 años.
FUENTE: El Siglo de Torreón.