14 julio 2003
Xalapa, Ver., (SUN-AEE).- En el interior del penal Ignacio Allende del puerto de Veracruz, murió presuntamente de un paro cardiaco un lugarteniente del exlíder del cártel del Golfo, Juan García Ábrego, el cual contaba con una orden de extradición del gobierno de Estados Unidos.
El narcotraficante Roberto Beltrán Félix, quien se encontraba sentenciado a 15 años de prisión, diez de los cuales ya había cumplido, apareció muerto en el interior de su celda la madrugada de este sábado.
De acuerdo con el titular de la Agencia Quinta del Ministerio Público del Fuero Común, Ernesto Luna Duarte, indicó que la muerte fue provocada por problemas del corazón en el hombre de 76 años.
Reveló que de acuerdo con los resultados del Servicio Médico Forense, el capo acusado de delitos contra la salud en la modalidad de traslado y tráfico de drogas murió a las cuatro y media de la mañana del sábado, aunque su cuerpo fue encontrado cuatro horas después.
De acuerdo con informes de prensa, Beltrán Félix había sido detenido en octubre de 1991 al ser sorprendido custodiando, en compañía de varias personas, un tráiler que llevaba un cargamento de dos toneladas de cocaína.
El integrante del cártel del Golfo tenía además en su contra una petición de extradición de Estados Unidos, donde enfrentaría cargos por los delitos de narcotráfico y homicidio, presuntamente cometidos en el estado de Texas. Dicho personaje era buscado por la Drug Enforcement Administration (DEA) por delitos de narcotráfico, agencia que solicitó su extradición.
Beltrán Félix había sido detenido en mayo de 1992 en las cumbres de los municipios de Maltrata y Orizaba (centro del estado) donde fue sorprendido custodiando un trailer con más de una tonelada de cocaína que habían bajado en Campeche del Cártel colombiano.
En aquella ocasión, junto con el narco, también fueron aprehendidas otras 13 personas, entre ellos Melitón Renedo Martínez, agente de la Policía Judicial Federal destacamentado en La Piedra Michoacán; Eleazar López Uribe, también efectivo de dicha corporación; y al comandante Rogelio Olivares Oropeza, a quienes se les instruyó la causa penal 0189/1992.
Durante dicha acción también fueron detenidos Pastor Beltrán –sobrino del ahora occiso–, Santiago Olivares y Marco Antonio Álvarez Peña, quienes ya se encuentran en libertad.