El próximo cinco de junio va a ser objeto de altísimo honor en USA el ex presidente de México que impunemente transfirió la banca mexicana a manos extranjeras y que, para que tal entrega fuese posible, le hizo pagar al pueblo mexicano el rescate bancario (Robaproa- IPAB) de los ineptos y ladrones “banqueros” amigos de Salinas. En USA premian a Ernesto Zedillo por ésta y muchas otras traiciones a México. Los mexicanos que sabemos de verdad qué clase de entreguista fue, debemos acusar recibo de la afrenta y sobre todo reflexionar sobre sus verdaderas y profundas razones, aunque quizás sólo haya una: Un desayuno en la secretaría de Gobernación a las seis AM., el 23 de marzo de 1994, día en que a las cuatro P.M. moriría Donaldo Colosio. Los asistentes fueron Jorge Carpizo, José María Córdoba Montoya y Ernesto Zedillo. No queda huella del caso, pero en su momento la hubo y se publicó. ¿A quién no traicionó Zedillo?
EL PRI FUE EL PRIMERO en ser objeto de traición y los priistas rescatables no los del Moretón y Doña Batracia, por supuesto -deberían expulsarlo del partido si tuvieran seso y dignidad. Es obvio que Zedillo recibía órdenes del imperio cuyo descaro hemos visto recientemente en toda su magnitud. Y una de ellas fue hacer ganar a su estafeta en el servicio imperial, Vicente Fox, quien por cierto demuestra a diario la cruz de su bushiana parroquia, como fue el caso el domingo 25, fiesta nacional argentina, en que le dio la espalda a Latinoamérica con una blandengue excusa “de salud”. Estando a un paso, no fue a Buenos Aires a la toma de posesión del presidente Kirchner, ceremonia histórica en un país tan golpeado por los amos del dinero y del cinismo. Envió al especialista en terrorismo, el pequeño Derbez. ¡A la porra Bolívar! ¡Y viva el doubletalk foxista! El enfermito dos días después estaba en excelente salud para ir a Tuxpan a ver cómo entrega el gas y hoy ya no le importa que le duela la rabadilla. Se va a ver si incluyen a México en el grupo de las ocho más fuertes economías del mundo... para que sea más fácil entregar el petróleo.
MUCHAS CHAMBAS, MUCHAS TRAICIONES. Pero los priistas son lo de menos, a los que traicionó Zedillo fue a cada uno de los mexicanos.
No es difícil saber cómo y en qué rubros. Actualmente este individuo vive en USA gracias a que tiene chambas y asesorías altamente remuneradas por aquellos a los que favoreció cuando estuvo en la presidencia de México. Por ejemplo, trabaja para la Union Pacific Corp. porque le vendió nuestros ferrocarriles. Para la Procter & Gamble porque ha tenido gracias a él en este país altas ganancias anuales de 2,100 millones de dólares. Para Alcoa el mayor productor mundial de aluminio y consumidor de electricidad, que quiere proveedores privados para sus maquiladoras de Coahuila de las que está despidiendo a 35 mil trabajadores. Es asesor de Daimler-Chrysler, de Coca Cola, de Forbes, miembro del siniestro Council of Foreign Affairs, cancillería paralela en México dirigida por Andrés Rosental Gutman, medio hermano del que sigue siendo canciller paralelo, Jorge Casteñeda Gutman.
Zedillo gobernó México con cuatro cuates de Yale que no tenían puestos oficiales, por eso hoy su alma mater le da el importante puesto de Director del Centro de Estudios de la Globalización. A sus empleados en el gobierno de México, Martin Werner, el argentino que firmó los pagarés del Robaproa, le consiguió acomodo en la correduría Goldman Sachs y a Jorge Silberstein, que privatizó nuestros aeropuertos y los ferrocarriles, en Morgan Stanley.
ZEDILLO SERÁ EL GRAN ORADOR EN HARVARD este jueves venidero y es tanto más importante el honor porque no estudió ahí, a diferencia de Salinas que hoy debe estar furioso porque su universidad a él no lo peló.
Zedillo pronunciará un discurso especial, uno de los más importantes y tradicionales en esa universidad, que a mi entender le ha hecho más daño a México que todas las invasiones gringas juntas que por cierto hoy, a propósito, de la atroz invasión de Iraq, están siendo publicadas con detalles aterradores para los mexicanos. Se llevará a cabo la tradicional ceremonia del “Commencement” que aunque significa “comienzo”, no se refiere al inicio de clases, como cree una becaria de Zedillo, sino que es una graduación, es decir el comienzo de la vida real para una nueva generación de estudiantes harvardianos, preparados para el Nuevo Orden Mundial, ergo para dominar al mundo. Para entender el calibre del honor que recibe el hombre que reemplazó a Colosio en la candidatura priista de 1994, podríamos ver quiénes son otros que han sido invitados a pronunciar el discurso del “Commencement”. Se trata de personas de gran estatura internacional ante las cuales Zedillo nada tiene que hacer, personas además de una ética humanista de la que nuestro traidor ex presidente ni siquiera oyó hablar. Entre esos prestigiados oradores, la historia guarda el nombre en 1945 de George Marshall, quien después de la II Guerra Mundial lanzó en ese foro su famoso “Plan Marshall” para la reconstrucción de Europa. En 1978, y siempre con efectos políticos de alta proyección, Harvard invitó al escritor soviético Alexander Solyenitzin (graduado en matemáticas), combatiente en la guerra, arrestado en 1945 por criticar dentro de la URSS al régimen de Stalin por lo que enfrentó graves consecuencias, como un encarcelamiento de ocho años. En 1970 recibió el Premio Nobel de Literatura y no quiso ir a recibirlo a Estocolmo por temor a no poder regresar a su patria. En 1974 pudo emigrar a Suiza y Alemania y después se estableció en USA. A los 82 años habló en Harvard. (ver cápsula biográfica en mi página web). Hubo otros mexicanos también, pero muy superiores a Zedillín, my God: Antonio Carrillo Flores en 1970 y Carlos Fuentes 1983.
A Zedillo le dan tanta importancia en USA porque a lo mejor fue la pieza clave que el imperio sentó, vía Córdoba, en la presidencia de México, para evitar al nacionalista e inmanejable Colosio. Zedillo fue el único beneficiario del magnicidio ¿o no? www.manu-dornbierer.com.mx
