Antes de entrar en materia, una felicitación para Jared Borgetti Echaverría que suma otro logro a su brillante vida deportiva al ingresar el pasado miércoles al salón de la fama del deporte en su estado natal Sinaloa, reconocimiento merecido a un gran deportista y persona que además en esta su tierra adoptiva hace una callada labor social y en el ámbito del deporte comparte sus conocimientos y asesoría con jóvenes futbolistas que inician su carrera ¡Enhorabuena y muchas felicidades!
Una decisión importante dentro de la práctica deportiva es la elección del zapato, es frecuente que en la elección influya la recomendación directa de un amigo, la información que se ofrece en la red, la mercadotecnia, la moda (elección de marca), o bien, lo vistoso del zapato. En términos reales, no existe un zapato ideal o que pueda adaptarse a cualquier tipo de pie, por lo que básicamente la finalidad de un zapato deportivo debe cubrir dos funciones principales, amortiguación y control de movimiento, la primera de ellas debe ser suficiente en la absorción del impacto cada vez que el pie entre en contacto con el suelo; en cuanto el control del movimiento debe ser ofrecer la estabilidad para una protección adecuada del pie.
Es importante que antes de adquirir los zapatos para correr será de gran utilidad hacer una evaluación de los zapatos que ya se usaron, establecer comparaciones de las ventajas o comodidades que ofrezca determinado tipo de calzado o marca. Una buena forma de evaluar el control de movimiento colocando el zapato sobre una mesa y observarlo desde atrás, se puede considerar como normal cierto grado de vencimiento hacia adentro, si este es demasiado pronunciado hacia el dedo grueso se considerará como una pronación excesiva, que en términos objetivos expresa un problema de control del movimiento que puede condicionar a una lesión, lo mismo sucede si el zapato se inclina en exceso hacia afuera, esto es hacia el dedo pequeño (supinador).
Sin embargo, las lesiones por una mala elección de los zapatos se representan en la rodilla, las cuales van desde lesiones de ligamentos y de los meniscos hasta lesiones óseas. Entre otras lesiones podemos encontrar la molesta periostitis, inflamaciones del tendón de Aquiles o bien lesiones óseas como las fracturas por estrés. Otro factor que considerar es lo ligero del zapato, esto puede disminuir notoriamente el control de movimiento, lo que llevara a la vez a evaluar la superficie del trayecto de la carrera. También es muy importante leer las características del calzado, muchas de las veces estas vienen en la caja del calzado, que ocasiones incluyen un folleto explicativo.
La suela del zapato ocupa otro aspecto de importancia a considerar, un pie con un arco muy pronunciado tiene una tendencia hacia la rigidez, por lo que una suela de características suaves será de utilidad, en contraparte un arco bajo o un pie tendiente a plano requerirá de una mayor firmeza, así mismo guarda gran importancia la adaptación de plantillas correctivas o compensadoras, que una mala elección no te saque de la competencia. ¡Hasta la próxima!
