ASUNCION, (Reuters).-"Partiku" era el término despectivo con el que los militares se referían a los civiles durante la dictadura de 35 años liderada por el general Alfredo Stroessner en Paraguay.
Los informantes de la policía eran conocidos como "pyrague" y cualquier opositor al gobierno recibía con frecuencia el apodo de "barbudo", que lo equiparaba a los revolucionarios cubanos, comunistas o terroristas.
Los principales vocablos que formaron parte de la jerga política del régimen derrocado en 1989 fueron compilados por el investigador Alfredo Boccia en el "Diccionario usual del stronismo", lanzado en Asunción.
El libro reúne 550 términos, lugares, apelativos de personas y expresiones que fueron olvidadas o tomaron otro significado en la última década, explicó a Reuters el autor, un médico que pretende rescatar "la memoria verbal de toda una generación".
"Todo comenzó hace un año cuando le contaba una anécdota sobre la dictadura a mi hijo, que le resultó incomprensible. Le dije que estábamos con un grupo de amigos en una esquina, pero legó caperucita roja y todos salimos corriendo", relató Boccia.
Caperucita roja era la expresión utilizada por los enemigos del régimen para denominar a las patrullas de la policía stronista, por el color carmín de la carrocería.
"Entonces comencé esta recopilación de lo que en cualquier investigación política o sociológica seria serían las llamadas notas a pie de página", agregó el autor.
La explicación sobre el uso de los vocablos durante la dictadura permite además comprender la reticencia de algunos paraguayos a utilizar palabras de uso corriente, que todavía parecen censuradas en el vocabulario cotidiano.
Una de ellas es el término "individuo", que figuraba en los partes policiales con una carga peyorativa, al igual que "ciudadano" o "sujeto". No es de extrañar que en la actualidad, un adulto paraguayo se sienta ofendido si se le llama individuo.
Boccia, quien es autor de otras seis obras relacionadas con el gobierno de Stroessner, investigó durante años los archivos secretos de la policía del ex dictador, quien reside en Brasilia desde su derrocamiento protegido por un asilo político.
Los llamados "archivos del terror" descubiertos en 1992, documentan la Operación Cóndor, un operativo conjunto de las dictaduras de la región para apresar y reprimir opositores.