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Diego Luna pasa por 'terminal' de Spielberg

Agencias

LOS ÁNGELES, EU.- La entrevista concedida por el protagonista de Y tu Mamá También para promocionar su participación en The Terminal, la película dirigida por Steven Spielberg donde trabajó al lado de los famosos artistas Tom Hanks y Catherine Zeta-Jones, se desarrolló en un clima tranquilo y relajado.

Vestido, como siempre acostumbra hacerlo, con pantalones vaqueros, una camisa azul suelta y tenis de gamuza, Diego Luna luce la barba que crece los días de descanso, cuando no se está bajo la presión de terminar de filmar una película dentro de un calendario marcado estrictamente.

Según el actor mexicano en The Terminal una de las principales estrellas fue, además de los actores, el aeropuerto donde tienen lugar todas las acciones. Dice eso porque la inmensa terminal internacional que le da título al filme se construyó en su totalidad, sin escamotear el más mínimo detalle, en las afueras de Los Ángeles.

“Esto facilitó el trabajo de quienes participamos en The Terminal, asegura el actor “porque no es lo mismo recordar que tienes que actuar como si estuvieses en una terminal, de mentiritas, que actuar en una terminal verdadera, que es lo que pasó. Ese aeropuerto donde filmamos tenía todo lo que hay en cualquier aeropuerto del mundo, sólo faltaban los aviones y la torre de control”.

Por otro lado, señala con agudeza que “lo que se gastaron en crear esa terminal es lo que nos gastamos en México haciendo diez películas, toda la filmografía del país el año pasado”.

“La razón de construir tal foro”, explica Diego Luna, “no fue un capricho de Spielberg. Se hizo porque, simplemente, en la vida real, nadie le presta un aeropuerto a una compañía de cine por tres meses, para filmar una película. Para mí fue bien emocionante ver un set como el de The Terminal, porque nunca estuve en un lugar así en toda mi carrera. No sé que es lo que hicieron con todo lo que había ahí luego que terminó el rodaje. Eso es algo que tienen de raro las películas, porque luego de tanto esfuerzo seguramente todas las cosas van a dar a la basura”.

“El aeropuerto que se ve en The Terminal “es una mezcla entre el Charles de Gaulle (de París) y el de Frankfurt (Alemania), tiene una apariencia más europea que gringa, y eso está padre”.

Como ambiente para una historia, el actor mexicano cree que la gente que pasa por un aeropuerto tiene siempre algo interesante.

“Si te fijas, hay gente y situaciones bien raras en cualquier aeropuerto, desde los romances que surgen fugazmente en la estación, hasta la presencia de drogadictos y maleantes. Se trata de un submundo interesante y si incluyes entre esos personajes al universo de gente que trabaja en un aeropuerto todo se convierte en un microcosmos humano increíblemente interesante. Porque además de eso la gente anda caminando en los aeropuertos, caminando de un lado a otro, como si tuviera un chip desconectado en su cabeza”.

Con respecto a Steven Spielberg, Luna asegura: “Te queda muy claro, desde el primer momento que llegas al foro qué es lo que él quiere de ti. Por ahí empiezas, y luego si le interesa lo que haces puede llegar a dedicarte un poco más de atención e incorporar otras escenas que pueden irse improvisando en la filmación. Pero con alguien como Spielberg no existe una situación a la que tú puedes llegar con tus planteamientos e ideas personales para que él se ajuste a tus planes. Para nada. Spielberg es un tipo que tiene un control total de la historia que está contando”.

Las escenas de Diego Luna que se incorporaron al filme son las que describen los juegos de seducción que el personaje de Tom Hanks, un extranjero, varado indefinidamente en el área internacional del aeropuerto JFK de Nueva York, utiliza para conquistar a una empleada de aduana.

“Todas las escenas que improvisamos Steven Spielberg las fue incorporando a las que ya tenía, que eran exclusivamente de Hanks”, explica Luna. “Es una historia entre muchachos que tienen dificultades para expresar sus sentimientos, es uno de esos trekkies que lo único que les sale fácil es hablar de todos los episodios de Star Trek, que tienen todos los muñequitos, que se saben todos los nombres de esas series y que tienen dificultad en expresar lo que sienten, y de relacionarse con una muchacha”.

“Lo que más me gustó de la película, cuando la vi por primera vez, es que toda la sala terminó apoyando a un protagonista que es un individuo extranjero, de Europa del Este, que simplemente quiere entrar en este país. Se me hizo muy chistoso que un cine lleno de gringos estuviese a favor del inmigrante, aunque se trate de Tom Hanks”.

“Hasta casi dudé por un segundo si estaba en Estados Unidos. También creo que es la película con mayor mezcla racial que ha hecho Spielberg, y a propósito, por supuesto, pero porque creo que irónicamente, y no sé por qué, también en los aeropuertos se dan las mezclas raciales más diversas. Y además si vas a retratar una historia que ocurre en una ciudad cosmopolita entonces tienes que mostrar diferentes razas y acentos, porque así es la realidad”.

Diego Luna cree que necesita ver la película otra vez más para juzgar su trabajo honestamente. “Es que durante el estreno no estás relajado, hay muchas otras cosas que te distraen. Estás viendo, por ejemplo, qué escenas quedaron dentro y cuáles escenas quedaron fuera, no estás viendo tu trabajo con calma. Uno nunca se imagina cómo queda la propia actuación, porque apenas te muestran la escena que filmaste en una pantallita de video cuando lo filmaste, y eso en nada se compara con verte dentro de la película, donde también descubres cosas que ocurren en el resto de la historia y que desconocías”.

Frente a la pregunta de si alguna vez se imaginó trabajando con Spielberg, el actor finge y bromea diciendo: “Por supuesto que sí, claro” y luego afirma con actitud solemne. “Sería muy pretencioso de mi parte decir que cuando el niño toca el dedo de E.T., yo sabía que algún día ese iba a ser yo. De hecho, cuando me avisaron de la oportunidad de probar para este papel yo estaba filmando, aquí en Los Ángeles, la cinta Criminal con John C. Reilly. Un día que terminé de filmar temprano aproveché para cumplir con esa cita, pero llegué a la sesión sin saberme las líneas, por lo que después pensé que había sido un baboso, porque estaba frente a una oportunidad que muy pocos tienen y ni siquiera había aprendido las líneas que tenía que decir. Hice la prueba y luego me fui. Así tal cual. Y luego olvidé el asunto de The Terminal hasta que, a las tres semanas me hablaron y me dijeron que querían trabajar conmigo, y creo que me tardé unos 30 segundos en decir que sí”.

Diego Luna todavía recuerda lo que pensó en esos momentos.

“Supongo que algo positivo le ocurrió ese día” a Spielberg, “algo que debió ser muy bueno, que lo puso de tan buen humor que decidió contratarme para que trabajara en su película”.

Se codea con los grandes

La nueva película de Steven Spielberg, The Terminal, representa no sólo una oportunidad más para que Tom Hanks se luzca como actor, tanto cómico como dramático. También es otro salto de Diego Luna dentro del competitivo mundillo de Hollywood. Y el mexicano tiene un papel no tan destacado como en Havana Nights, pero en un filme de mayor calidad y más significativo que el que hizo en Open Range.

-Diego no aparece en la pantalla hasta bien entrada la película, es decir, una vez que se establece el drama del turista proveniente de Krakozhia, Viktor Navorski (Tom Hanks). Krakozhia, un país ficticio de Europa Oriental, ha sido convulsionado por una guerra civil durante el vuelo a Nueva York y ahora Navorski no puede entrar a territorio estadounidense ni ser deportado. Está condenado a vivir en el terminal hasta que se resuelva su situación.

-El desconocimiento del idioma y su torpeza casi infantil ponen a Navorski en aprietos, hasta que aparece el primer buen samaritano: Enrique Cruz (Diego Luna), el encargado del traslado de la comida de los aviones. Cruz nota que Viktor es capaz de hacer sonreír a una empleada de inmigración (Zöe Saldana) de la que está perdidamente enamorado pero a la que no se le acerca por timidez. Entonces le ofrece a Viktor comida a cambio de facilitarle el camino para llegar a su amada.

-Spielberg consigue su objetivo de mostrar a un aeropuerto como un microcosmos de la sociedad, donde se cruzan personas de toda clase y con todo tipo de problemas.

-El personaje de Diego es un joven mexicano, no ilegal, pero sí involucrado en prácticas consideradas irregulares por el implacable burócrata del aeropuerto Frank Dixon (Stanley Tucci), ansioso por deshacerse de Navorski. Lo mismo que dos de sus compañeros, uno de ellos de nacionalidad india, que al principio desconfía de Navorski, creyendo que es un espía.

-Diego, es decir Enrique Cruz, no es el único en encontrar amor en el terminal: Navorski conoce a una bella azafata, Amelia Warren (Catherine Zeta-Jones). Pero la vida de ella es demasiado complicada con una relación adúltera, como para realmente lograr algo con el atribulado extranjero, más allá de un romance pasajero. Pero es una prueba de que, igual que en el mundo exterior, todo es posible dentro del terminal de un aeropuerto.

-Por lo pronto, en este terminal, Diego Luna ha hecho un sueño realidad: trabajar con uno de sus directores más admirados, Steven Spielberg, y con una estrella de Hollywood como Tom Hanks.

-Diego compara esa experiencia a la que vivió con Kevin Costner y, sobre todo, Robert Duvall, en Open Range. Y si bien tiene la intención de seguir haciendo cine en su natal México, The Terminal es un paso más hacia su consolidación en el cine internacional. Es más, tanta fue la confianza que desarrollaron el actor y el director, que éste decidió darle más diálogo a su personaje, incluso una frase en español.

FUENTE: Agencias

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