¿Cuándo es de hoy en ocho días?
¡Qué curiosa manera de contar los días tenemos nosotros los mexicanos!
Si hoy es jueves y me voy a citar con un amigo para vernos el próximo jueves ¿Cómo le digo? Pues que nos veremos de hoy en ocho días ¿no? Pero ¿están bien esas cuentas?
Digamos que si hoy es –por ejemplo- jueves uno de marzo y nos vamos a ver dentro de ocho días, sumo 1+8 y el resultado siempre resultará igual a 9. Entonces lo lógico es que la cita fuera para el viernes 9. Sin embargo, si la cita se acordó “para dentro de ocho días” mi amigo y yo entendemos que nos veremos el próximo jueves ocho. ¿Por qué? ¡Quién sabe!
Cuando se cita uno con alguien para verse dentro de una semana, le dice con todo desparpajo: nos vemos dentro de ocho días, queriendo decir en realidad que la cita es para después de que pasen siete días, pues el día presente no debe incluirse en la cuenta.
Ahora, vamos a suponer que por el uso y la costumbre ya queda establecido que “dentro de ocho días” significa “en una semana”, pero luego, cuando hablamos de dos semanas, no decimos “nos vemos dentro de 16 días” a pesar de que la tabla del dos nos dice inexorablemente que 8+8 son 16.
También se podría pensar que si una semana realmente es de siete días, pues dos semanas totalizarían 14 días (la tabla del dos sigue incólume). Pues no… Si queremos vernos dentro de dos semanas, hacemos la cita ¡para dentro de 15 días! Podrían ser 16 o podrían ser 14, pero no, le ponemos 15, el número intermedio: Ni tú ni yo.
O sea que si la cita se hiciera el jueves uno de marzo, mi amigo y yo acordaríamos vernos dentro de 15 días, pero en vez de sumar 1+15 y vernos el 16, ¡¡los dos entenderemos que la cita es para el día 15!! ¿Por qué? Sigo preguntándome yo. ¿Por qué una semana tiene ocho días y dos tienen 15? ¡Sólo Dios en su infinita sabiduría podrá entenderlo, porque aquí sí que hasta mi compadre Pitágoras desilusionado se cortaría las venas!
¿Qué nos está pasando, Laureano?
Y todavía hay más: Si alguien, por ejemplo, está tomando una clase los lunes, miércoles y viernes, dirá que su clase es “cada tercer día” pero ¿cómo va a ser eso?
Si quiere usted podemos ir contando con los deditos: Hay una clase el lunes, luego pasa el martes y después del martes viene el miércoles como ha estado sucediendo desde hace siglos. Si hubo una clase el lunes, pasa el martes y hay otra clase el miércoles, solamente han pasado dos días, martes y miércoles, entonces la clase debe decirse que es cada segundo día. El lunes ya no debería contarse porque ya pasó.
De todo este enredo sacamos por conclusión que, los mexicanos somos muy buenos para muchas cosas, pero lo que es medir con exactitud el tiempo, es algo que “no se nos da”.
Por si las dudas
Pregunta: David Emmanuel Kantún me escribe de Ciudad del Carmen, Campeche: He leído en muchas revistas que usan la expresión “cabeza de chorlito” cuando hacen algo tonto. Quisiera saber qué significa.
Respuesta: El chorlito es una ave más o menos del tamaño de una paloma. Vive en las zonas costeras, pero se dice que es un animal muy poco listo porque por ejemplo hace su nido en el suelo y así, pues es fácilmente atacado y destruido por otros animales. Por eso, cuando alguien se comporta de una manera absurda se dice que tiene “cabeza de chorlito”.
Frase loca... de remate
El problema de hacer las cosas bien desde la primera vez, es que nadie se da cuenta de lo difícil que fue hacerlas.